16 de julio de 2008

El imperio Invisible -Raymond Bernard -II

“EL IMPERIO INVISIBLE”

por RAYMOND BERNARD

BRUSELAS


Como soy francés, quizás debería sentirme halagado cuando un amigo belga me afirma que Bruselas es un “pequeño París”, pero en el Líbano la misma cosa me ha sido dicha de Beirut y en otras partes del mundo, de otras ciudades. Ahora bien, ni Bruselas ni Beirut ni otras ciudades son París en miniatura. Cada gran ciudad sobre nuestra tierra, posee su originalidad y sus maravillosas exclusivas. Beirut tiene las suyas y Bruselas me encanta porque Bruselas ES Bruselas y no una simple copia de París.

Que diversas influencias en el curso de las edades hayan embellecido Bruselas de admirables joyas, eso no sabría ser contestado, pero el adorno no es más que un homenaje a la belleza y si ella ha recibido tantos ornamentos de los que la codiciaron ¿no era eso al principio para tentar en vano - de conquistar sus encantos naturales.

Bruselas para el que permanece allí por algún tiempo, es un apasionante descubrimiento que yo he tenido muchas veces el privilegio de emprender tanto de noche como de día y que estoy lejos de haber llegado a su término. Entre los tesoros que mi recuerdo ha recogido, y que el vuestro, tarde o temprano, compartirá, la Gran Plaza es aquel al ritmo del cual con amor, mi corazón vibra para siempre. Un tal esplendor no se describe, que se experimenta con deleite y es un goce tan sublime y tan variado, según la hora y el tiempo, que instintivamente, se busca en ella el abrazo, igual que tantas otras “cosas” que es preciso conocer en Bruselas, han cautivado temporalmente nuestra curiosidad.

En esta noche de junio, he dejado hace unos instantes, el hotel Amigó muy cerca y heme aquí en la Gran Plaza iluminada, bañada de su mágico esplendor y en la indecible dicha que despierta la contemplación de la belleza. Los paseantes de la tarde no me incomodan, estoy por entero en la Gran Plaza y en mí mismo “Le gusta a Vd. esta plaza?. La importuna voz crea súbitamente en mí, el sentimiento de tiempo y espacio, que había perdido. Voy a responder con una banalidad, cuando posando mi mirada sobre quien me ha interpelado, me estremezco de sorpresa y de incredulidad. ¡No! ¡Es imposible! Él, aquí en Bruselas, Él, delante de mí, Él, que me habla. De un brusco sobresalto de voluntad, recupero mí total conciencia del mundo exterior y si no fuera este lugar, estaría ya de rodillas, pero de mi alma ya ha surgido todo el amor que en una palabra clama: “ ¡Maestro !….. ¡ Vos………….Aquí!”


Encontrar este Maestro en Bruselas no tiene ciertamente nada de extraordinario. El mundo actual y la etapa considerable que debe franquear en TODOS los dominios, comprendido y en primer lugar, en el de la evolución colectiva e individual, necesita donde es preciso, en ocasiones determinadas, la PRESENCIA EFECTIVA Y REAL de aquellos que asumen la responsabilidad cercana o lejana de esta evolución. Es, naturalmente, a los Maestros Invisibles a quiénes me refiero aquí, porque el término “invisible” no significa en ningún aspecto que han dejado NECESARIAMENTE el plano material y no dispongan de un cuerpo físico. Por “invisible”, hay que entender simplemente que no son vistos o “reconocidos” de una manera general. Para cumplir su misió n conforme a la ley estricta de la IMPERSONALIDAD, no se dan a conocer y evitan así’ el culto personal que, para tantos postulantes, en el sendero místico, es el escollo irremediable.

Hay, en efecto, entre un número importante de discípulos en resumen aceptables, la curiosa necesidad de un “maestro tangible”, susceptible de materializar el propósito a alcanzar las esperanzas informuladas de sí mismo y los avisos o consejos que la inspiración sola y la intuición aún no ejercida, no están en medida de revelar con una claridad satisfactoria. Tales “maestros” naturalmente existen en cantidad impresionante, y en la mayoría de los casos, son sinceros consigo mismos y con sus fieles. Que no se equivoquen por su propia cuenta, que estén “en la verdad” es evidentemente otro asunto, pero esa no es la cuestión. Si prestan temporalmente servicio a algunos, tienen su razón de ser y un día llegará en que sus discípulos rebasaran esta etapa de ilusión y de errores, para una marcha eficaz sobre una vía impersonal, y auténtica, tal como la Orden Rosacruz AMORC por ejemplo, de la que la enseñanza y la teórica, como se dirigen a los adeptos cercanos del “No retorno”, está obligada a recordar sin cesar que, NO EXISTE OTRO MAESTRO QUE EL QUE LLEVAN EN ELLOS: EL MAESTRO INTERIOR, los maestros exteriores, verdaderos o falsos, no son más que su reflejo más o menos deformado.

No sería correcto, en todo caso, confundir los reflejos con los Maestros Invisibles, el papel de los cuales es, en primer lugar, de “vigilantes silenciosos” en el universo iniciático y en segundo lugar el de “guías” desconocidos y no obstante, siempre presentes para el discípulo verdadero a quien ellos se aparecen” - entended: Hacen comprender su presencia - cuando él está preparado.

Puede parecer difícil situar perfectamente a los seres teniendo una misión determinada que cumplir en el conjunto manifestado o no de la creación. La dificultad, por lo tanto, no es más que aparente. Ante todo, es esencial hacer una elección en la terminología y asimilar el lenguaje místico o esotérico. Está claro que los arcángeles y los ángeles así llamados para facilitar la comprensión poco profundizada del fiel religioso, serán reconocidos bajo otros nombres y explicados de manera más profundizada por una escuela tradicional de misterios.



En seguida, la palabra “maestro” siendo empleada con el calificativo que sea, “cósmico” para el uno, “invisible” para el otro y diferentemente todavía para los miembros del Alto Consejo de la A… y los Rosa-Cruces, conviene referirse al sistema jerárquico que preside todas las cosas EN TODOS LOS PLANOS, comprendido el nuestro y que quiere QUE NINGUNA RESPONSABILIDAD, NINGUNA FUNCION Y NINGUNA MISION NO ESTEN EN UN NIVEL EQUIVALENTE.

Así, cada oficio se define ante todo por la obra particular que implica y es pues conociendo el objeto de la misión que se puede diferenciar los seres invisibles
y visibles de los que se trata.

Este postulado establecido, un poco de reflexión solamente, es necesaria y sería verdaderamente dar pruebas de mala voluntad o de una increíble dificultad de razonar, el confundir el papel de un Maha con el de un Rosa-Cruz o de un Maestro Cósmico con un Maestro Invisible, o con el “Cardenal Blanco”. Todos tienen no obstante, un rasgo común: OBRAN HACIA UN FIN ULTIMO COMUN - EL BIEN SUPREMO

El Maestro delante del cual estoy en este momento es, por excelencia un “Vigilante Silencioso”. Su función en el mundo secreto de la iniciación, es de un alcance imposible de evaluar en términos humanos. No se llama ni H, ni K. y su nombre, si tiene uno, no ha sido jamás revelado, de suerte que es conocido por los altos iniciados como el “MAESTRO DESCONOCIDO”. Es de una talla mediana y aquellos, muy pocos, que han tenido el insigne privilegio de conocerlo por lo que es, concuerdan en afirmar que, sería azaroso el querer evaluar su edad. Las descripciones que han podido ser hechas de él, hace veinte años, no habrían de ser modificadas - ni tan solo un poco - para representarlo tal cual es hoy. Al verlo así vestido con cierto refinamiento, me pregunto si la multitud sabría reconocer en él al Maestro y responderé negativamente. Para comprenderle hay que armonizar todo el ser con él, hay que ponerse en “su” diapasón y por consiguiente, saber DE ANTEMANO quién es. De otra manera, no se supondría tener trato con alguien de quien emana una fuerza, un poder, un magnetismo particular y es eso precisamente, lo que concreta la impersonalidad del Maestro y que, al mismo tiempo, le protege. EL MAESTRO NO SE DESCUBRE, SE DEJA DESCUBRIR SIN JAMAS, FACILITAR LA TAREA. Todo esto, no lo ignoro y mi emoción no es menos profunda de saberme allí, delante de él, fascinado por LA LUZ que representa y transmite.
Debería guardar silencio y me oigo decir, ridículamente:

“¡Estoy en el hotel Amigó!”
“¡Es allí donde yo estoy también.
¡ Venga!”

¡El, en el hotel Amigó, en “mi” hotel! “Coincidencia” es una palabra banal excluida del vocabulario magistral. ¿Entonces7……¡Señor! ¡Que mi mente, esta noche, me deje en paz!. Tales horas son demasiado capitales para ser profanadas por humanas consideraciones. “Estoy CON el Maestro, estoy CON el Maestro”. ¡Oh, alma mía regocíjate en la alegría de este sublime encuentro

En su apartamento, una mesita redonda, separa los dos sillones grises rayados de negro que nos han acogido, ES a él a quien corresponde hablar y yo espero humildemente su palabra de sabiduría.

Vuelto hacía mí, se apoya en la mesita redonda y extendiendo las manos hacia mí, la palma hacia el exterior, me dice:

“¡Sitúe sus manos bien planas sobre las mías!”

Desplazo ligeramente mí sillón hacia la derecha y hago lo que él ha ordenado. Sus ojos, entonces toman posesión de los míos. Su brillo se vuelve insostenible y no puedo sin embargo apartar de ellos mi mirada. Su rostro se acerca y un ligero halo nos envuelve que parece absorber todo mi ser como sí estuviera de repente totalmente unido al Maestro, como si él y yo estuviésemos confundidos hasta el punto de no ser más que uno, . . . y es el olvido de una beatitud infinita en que todo se vuelve “SUYO” y donde no existe ninguna separación ....

He aquí el “retorno” progresivo en que la individualidad vuelve a tomar forma, en que la unidad se escinde en dos seres distintos, las manos vuelven a ser mías, en que dejan su huésped acogedor y en que, los ojos ahora cerrados, mi corazón rebosa de reconocimiento y de amor por la bendición recibida.

Escucho:

No estoy aquí’ por Vd., pero he querido este reencuentro después de tantos años - y su alma ha respondido a mi llamada, puesto que ha venido - .Antes, he preparado el CAMINO que Vd. Ha seguido y no he cesado de “velar”. El servicio se acompaña de amargura, pero la amargura es el brebaje de la vida en este mundo y este mundo no es más que un temporario crisol de experiencia. El servicio es cumplido por sí mismo y no por lo que resulte de éste. En todo momento, debe Vd. obediencia, más allá a veces de su comprensión. Sea feliz de obedecer . . . Esto es la grandeza del hombre y la sabiduría del servidor ya que él recibe así’ el incesante socorro de sus maestros y su obra es santificada . . . No va muy lejos el que no franquea los dudosos y quiméricos límites de su yo y de sus emociones ordinarias. .

“Pero no le he conducido delante de mí para las consideraciones que habría podido inspirarle de “otra manera”, Vd. lo sabe bien, así como no ignora las lecciones que puedo darle y a otros si el servicio lo exige, y cuando el buen camino debe ser mantenido a despecho de todo.

Hay, por el mundo, una atracción aparentemente nueva por la Atlántida y eso, naturalmente, no es debida al azar. Este pujante interés que se manifiesta actualmente en los países más aleja dos, por así decirlo ”provocado”. Entienda que es la obra de Aquellos de quiénes, en una fecha relativamente reciente, Vd. ha recibido el “mensaje” para Vd. y algunos otros. Mi papel y el de los miembros del invisible cónclave ha sido el de estimular en esa dirección el interés de responsables, pudiendo transmitir un conocimiento más reservado y más preciso que las informaciones públicas referidas en diversas lenguas por numerosos autores modernos. Este conocimiento secreto, en efecto, los grupos más cerrados pueden ahora recibirlo. Vd. debe transmitirlo, no en su integridad, no como me propongo comunicárselo, sino en lo esencial y cuando el momento será llegado para Vd. el de darle forma y escribirlo, estaré cerca para dirigir su pensamiento en la dirección querida, teniendo en cuenta los límites “fijados”. Otros responsables recibirán este conocimiento por vías diferentes. Será presentado bajo una forma clara, adaptada al modo de pensar y a las particularidades de los grupos a los que está destinado pero la “sustancia” será la misma. Así, no se preocupe de lo que podrá ser dicho o transmitido en otra parte. Escuche y prepárese a transmitir llegado el momento . .

¡La Atlántida! Ciertamente, fui anteriormente atraído por el estudio de ese continente perdido, pero era atraído más bien, entonces, por un deseo de curiosidad y no había buscado profundizar esas investigaciones. Más recientemente, es verdad, los libros llegados a mi escritorio en servicio de prensa de muchas grandes casas de ediciones habían reanimado un interés apagado solamente en apariencia y hubo enseguida el extraordinario encuentro del “Cardenal Blanco” relatado en mi “Rendez-vous secreto en Roma”. Curiosamente estoy apenas sorprendido de que la entrevista del Maestro Desconocido recaiga sobre este tema.

Yo me esperaba aprender aún más sobre la Atlántida de una manera o de otra, pero, reflexioné .. . ¿el Maestro Desconocido, no tendría parte en esta espera?.

De eso tengo ahora la certeza. Estaba “preparado” al supuesto “azar” de esta pretendida coincidencia” del encuentro con “él” en la Gran Plaza de Bruselas. ¿Tendría necesidad de una confirmación?. Su sonrisa, en este mismo instante, cuando menea la cabeza mirándome con benevolencia sería la más brillante de las respuestas. De nuevo soy cautivado por esta voz dulce, a veces apenas perceptible:

“La Atlántida, dice, es un continente engullido DEL CUAL LOS HABITANTES NO HAN DESAPARECIDO TODOS EN EL ESPANTOSO CATACLISMO. ESTOS SUPERVIVIENTES HAN TENIDO UNA DESCENDENCIA Y ESTA EXISTE TODAVÍA ACTUALMENTE SABIENDO QUE ES ATLANTE!....”

Estoy en el azoramiento más absoluto y ante cualquier otro que no fuese el Maestro Desconocido, habría, enseguida reaccionado con muchas preguntas y quizá algunas objeciones. Pero EL SABE de lo que habla y la verdad no se contesta, ni siquiera si es deslumbrante hasta el punto de suscitar la duda en quien no tuviera el privilegio del que yo me beneficio en este momento escuchando AL MAESTRO.

El continente tal cual fue, ha sido descrito de una manera poco más o menos satisfactoria por Platón, pero el sacerdote egipcio, en su alta sabiduría y, es cierto, SOBRE ORDEN, había adaptado el “hecho religioso y filosófic o” para ponerlo al alcance de la época griega. En realidad, La Atlántida, aún exotérica, es decir, la religión de la masa, era monoteísta en el sentido absoluto, de una manera grandemente similar a la creencia judía y más similar aún al Islam de nuestra era. La manifestación” divina PARA NUESTRO SISTEMA PLANETARIO era, para los atlantes, el sol, y, poco más o menos, la antigua cosmogonía egipcia reflejaba las creencias EXTERIORES de la Atlántida, pero de una manera un poco degenerada en relación a aquella s que, además habían “acomodado” a su país de adopción, para incluir en ellas todo el Nilo o impresionar así aún más, la imaginación popular”.

La Atlántida, en su extraordinario grado de desarrollo EN TODOS LOS DOMINIOS, tenía en efecto, eso de particular, es que ella “exportaba” sus creencias adaptando las a su nuevo medio y teniendo escrupulosamente en cuenta el particularismo, la psicología, las condiciones, aún las tradiciones, de este medio”.

“- Está claro - y ciertos profanos lo han comprendido - que la Atlántida, continente altamente civilizado y disponiendo de medios de transmisiones y transportes, acerca de los cuales, lo que conocemos actualmente no es nada, era en su época EL CORAZON DEL MUNDO. Dicho de otro modo, el mundo entero era conocido por los atlantes y en el mundo entero tenían misioneros y colonias más o menos poderosas. Los pueblos “colonizados” recibían un conocimiento a su medida y en ciertos países particularmente “abiertos”, una filiación directa era establecida por el “colegio de los sabios”, es decir, por los más altos iniciados de ese tiempo, guardianes de la sabiduría secreta, y esta filiación era marcada por un TEMPLO PIRAMIDAL a la imagen de la pirámide suprema donde residía en Atlántida, el colegio y donde el conocimiento era preservado.

Una sola pirámide, sin embargo, ha reproducido la pirámide suprema y todavía en una “medida” diferente - ésta es la llamada de Cheops. Las otras en el mundo, comprendidas aquellas que han sido preservadas hasta la época presente, no reproducen más que PARCIALMENTE la pirámide suprema. La “Gran Pirámide” perpetua a la faz del mundo LA INTEGRALIDAD de la sabiduría atlante, mientras que las otras revelan UNA PARTE de esa sabiduría, la que estaba destinada al continente o al país donde estaban erigidas. En un futuro bastante próximo, por otra parte, los “descubrimientos” serán FAVORECIDOS en beneficio de la humanidad en ese dominio y esos descubrimientos incontestables pondrán un término a muchas polémicas. .

La Atlántida conocía perfectamente la naturaleza y el poder de ciertas fuerzas cósmicas, particularmente las de las corrientes telúricas y este pueblo las aplicaba con respecto a la agricultura y, además -quizá sobre todo- al mantenimiento armonioso del conjunto de estas corrientes, para evitar toda catástrofe geológica que estuviera en poder del hombre de conjurar. Las pirámides desempeñaban TAMBIEN este propósito por el lugar debidamente estudiado en que eran edificadas. En otras partes, los “puntos de protección” bastaban y este es el caso, por ejemplo, de los dólmenes y menhires que marcaban al mismo tiempo con precisión los lugares de “conjunción de fuerzas”, de focalización de la energía universal, donde eficaces ceremonias podían desarrollarse. Lo mismo ocurre con esas piedras de volumen más o menos importantes que se ven aún, numerosas a través del mundo, en los dominios, los campos, cerca de las ciudades, pero en lo que les concierne, tenían por papel exclusivo digamos, el de “amplificar” la energía cósmica y de favorecer las cosechas”.

Se puede considerar, además, que TODOS esos elementos secundarios estaban sujetos desde el punto de vista “energía”, a la pirámide suprema y la tierra entera constituía de este modo un receptáculo eficaz para la conjunción de las fuerzas cósmic as. Naturalmente, sólo el colegio de los sabios SABIA. El pueblo atlante y los países colonizados utilizaban de una manera práctica los efectos de este saber, tal como actualmente muchos emplean la electricidad sin tener conocimientos precisos a su respecto En este estado de cosas, resultaron a veces por un uso abusivo, accidentes y finalmente, la pirámide suprema habiendo sido alterada después de maniobras ignorantes y ambiciosas, la catástrofe planetaria que engulló la Atlántida, transformó la superficie de la tierra y se grabó en la imaginación popular bajo el nombre inexacto de “Diluvio”.

Lo que se produjo después, es la consecuencia lógica de esta situación eminente que tenía la Atlántida en el mundo, porque el mundo entero le estaba sujeto. Los países “colonizados” gobernados por “administradores” atlantes, no poseía más que muy parcialmente la “sabiduría”, fueron entonces abandonados así mismos y sobre la base de lo que era, de lo que había sido aportado por los atlantes y adaptado a cada comarca, se desarrolló un conocimiento nuevo con sus creencias propias, su mitología, sus supersticiones y sus ritos. Al lado de ese desarrollo exotérico, los gobernadores atlantes convertidos por la fuerza de las cosas en responsables de los países que ellos administraban, crearon sociedades locales de carácter secreto y transmitieron el pequeño número que habían reunido alrededor de ellos LO QUE ELLOS SABIAN DE LA SABIDURIA DE LA ATLANTIDA y ese saber, era más o menos rudimentarios según las regiones aunque LOS DATOS FUNDAMENTALES eran EN TODAS PARTES similares. De eso resultó en África, por ejemplo, esas sociedades iniciáticas que si bien toman una forma diferente de un país al otro, tienen TODAS un conocimiento de base similar y una “técnica” idéntica. La incomprensión y los prejuicios han despreciado hasta una fecha reciente la sabiduría africana.

Se ha confundido exoterismo y esoterismo, se ha desnaturalizado la pureza de los símbolos hasta hacer de ellos una espantosa caricatura, se ha dado al gesto o a la acción iniciática y simbólica un valor real y simbólico, un valor real subrayando una pretendida crueldad ¡como si la tradición occidental afirmando que “el iniciado matará al iniciador”, se pudiera imaginar que esta imagen representa un acto real! Se ha mezclado superstición y conocimiento, se ha recubierto con el nombre IMPROPIO de “fetichismo” toda una sabiduría auténtica pero, los etnólogos modernos desechan las tontas concepciones de su predecesor y esto es favorable, porque en la base de la enseñanza de las sociedades secretas africanas auténticas - ¡Las hay que no lo son! - más allá de la forma y de los elementos exteriores, ¡ES UNA PARTE DE LA SABIDURIA ATLANTE QUE SE HA PERPETUADO!. Y cuántas,hay! de esas supervivencias han desaparecido por otra parte en el mundo, en el transcurso del tiempo: ¡los druidas, por ejemplo!.

En todo caso, TODO lo que ha podido parecer en el pasado. “epifenoménico” en el dominio del conocimiento y de la tradición auténtica es simplemente la perpetuación de conocimientos atlantes, moldes dispersos, después de la catástrofe, en un cuadro conveniente desde el punto de vista psicológico y simbólico, en los países en que esta perpetuación debía cumplirse”.

Pero hay otra fase que considerar y ella concierne a la perpetuación de la sabiduría del colegio mismo, es decir, de la sabiduría ENSUINTEGRALIDAD y es ahí donde voy... Escucho con avidez al Maestro Desconocido. Lo que expone, no me sorprende nada, la mayor parte de los hechos me eran conocidos. Como él mismo lo declaró, yo había experimentado hacia poco, un renovado interés por la Atlántida y había leído con una extrema atención “Los secretos de la Atlántida” de Andrew Tomas, en su reciente traducción francesa. Ahora bien, Andrew Tomas es un miembro muy antiguo de la Orden Rosacruz AMORC y su obra está dedicada al malogrado Nicolás Roerich que fue legado del Dr. H. Spencer Lewis en el Tibet. No ignoro pues, que las cuestiones expuestas por el autor eran en realidad respuestas seguras, así presentadas para hacer mejor su camino en el pensamiento del público. Pero el Maestro Desconocido, a todo lo que está escrito o no, agrega el HILO CONDUCTOR. UNE LO QUE ESTA DISPERSO. RESTABLECE LA UNIDAD.

De momento, esboza a grandes rasgos la historia del continente desaparecido, evitando redundar sobre lo que es admitido de una manera general, o que se puede encontrar en toda tesis seria. Subraya simplemente, ciertos puntos y al mismo tiempo, revela. Ignoraba la importancia de las pirámides vistas bajo ese aspecto y no podía establecer una relación correcta entre los diversos edificios de esa naturaleza existentes aún, desde Egipto hasta Méjico y en tantos otros lugares El Maestro Desconocido me ha dado la explicación totalmente satisfactoria para mí de esa aparente e incomprensible multiplicidad de vestigios. Ha hecho responsable al hombre mismo y a su ambición desmesurada de la catástrofe en que desapareció la Atlántida. Presiento el acontecimiento que debió acarrear la perdición de sus autores mismos en el engullimiento final: Los seres empujados por la loca inquietud de la posesión y del poder, torturados por no acceder al primer rango del cual ignoraban las servidumbres, emprenden una marcha solapada para intentar asegurarse el control de un rico continente y eso con riesgo de perderse . . . y se perdieron en efecto.

Sin embargo, fueron en últimos análisis los “instrumentos” del destino porque la hora de la involución había sonado: el Paraíso atlante DEBIA desaparecer para que el mundo despertase a la universal consciencia, guardando confusamente en su corazón el recuerdo del sabio continente perdido y perpetuando sobre la tierra, a menudo sin comprenderlo, o sin conocer el origen, lo que los atlantes habían transmitido en herencia en numerosos dominios prácticos y principalmente, en agricultura. En eso, los testimonios de Ignatius Donnelly y de algunos otros buscadores, revestían todo su relieve, pero el Maestro Desconocido me entregó la ultima llave. Habiendo esbozado a grandes rasgos su tema, he aquí que ahora, precisa los puntos que solos en realidad, son el fin profundo de nuestro encuentro!.

El colegio de los sabios, como Vd. ya sabe, no ignoraba los peligros que amenazaban la sabiduría que él tenía la misión de proteger. Era demasiado consciente de las imperfecciones de la naturaleza humana y de los mortales excesos a los cuales a menudo los impulsos de su ego, la conduce por falta de previsión. Vd. había aprendido de otra fuente, que los sabios supremos se refugiaron en Egipto y sabe lo que fue emprendido para su perpetuación y su propagación, bajo una forma nueva conforme al ciclo que se abría ante la humanidad. Ha tenido también conocimiento, cerca de Roma, del camino tomado para la comunicación “iniciática”, destinada al pequeño número, a la élite de la humanidad y no insistiré sobre esta cuestión.

Pero lo que no le ha sido hasta aquí revelado, es esto: LOS SABIOS ATLANTES HABIAN SALVAGUARDADO TAMBIÉN LOS CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS QUE HA CIAN DE LA ATLÁNTIDA UN CONTINENTE EN EL QUE LA CIVIZACÍÓN NO HA SIDO A UN IGUALADA NI SIQUIERA ACTUALMENTE....

El mundo después del cataclismo, entró en un período de obscuridad. El pensamiento que transmitía vida y energía había desaparecido. El “padre” ya no estaba y los niños se veían abandonados así mismos. He explicado lo que realizaban los “tutores” en África y en otras partes para mantener el conocimiento parcial que habían recibido y favorecer así’ el desarrollo de un cierto número, influyendo también de manera discreta pero eficaz, sobre las creencias y la conducta de la masa. Los Sabios, ciertamente habrían podido reconstituir el Imperio en toda su pujanza en otro continente. Tenían los medios para ello, pero, EN RAZÓN DE LO QUE HABÍA PASADO e igualmente PORQUE ELLO ERA CONFORME AL PLAN UNIVERSAL, se rehusaron a ello y ocultaron el conjunto de los conocimientos preservados.

NO SERÍA UN PAÍS O UN CONTINENTE EL QUE RECOBRARÍA EL PODER Y LA CIVILIZAClÓN ATLANTE, ES EL MUNDO ENTERO QUIÉN SERA LLAMADO A CONVERTIRSE EN LA NUEVA ATLÁNTIDA Y ESO EN UNA MUY LARGA ANDADURA, CUBRIENDO QUIZA MILENIOS, DESDE LA OBSCURIDAD NACIDA DE LA CATÁSTROFE HASTA LA LUZ AL FIN REECONTRADA. ENTONCES, DE NUEVO, Y POR ÚLTIMA VEZ, LA HUMANIDAD SIEMPRE LIBRE POR SI MISMA HARÁ FRENTE A UNA ÚLTIMA ELECCIÓN DE LA QUE RESULTARA UNA ERA DE EXTRAORDINARIA CIVILIZACÍON O, AL CONTRARIO, EL FIN NO YA DE UN CONTINENTE SINO, ESTA VEZ, DEL MUNDO.

Ahora bien, el tiempo de la elección se acerca. Será marcado por la REAPARICIÓN DE la ATLÁNTIDA, EL RESURGIMIENTO DEL CONTINENTE DESAPARECIDO ANTE LA HUMANIDAD ESTUPEFACTA y es por eso que Vd. está aquí conmigo para recibir este mensaje, esta advertencia y transmitirla a aquellos de los que Vd. instruye. Los Sabios ¿han tenido razón al dejar a la humanidad engrandecerse progresivamente “por sí misma”, en lugar de restablecer el imperio atlante inmediatamente después de la catástrofe y de “guiar” la evolución de los pueblos de la tierra?. La respuesta es simple: NO TENIAN ELECCION. LA LEY DEBIA SER APLICADA. EL PLAN UNIVERSAL DEBIA DESPLEGARSE COMO ESTABA PREVISTO. Pero, ello NO SIGNIFICA que los Sabios no hayan “guiado” esta evolución. Al contrario, lo han hecho con un cuidado y una prudencia digna de la más respetuosa admiración. ELLOS HAN ENTREGADO AL MUNDO, A MEDIDA DE SU DESARROLLO’ ES DECIR A MEDIDA QUE EL HOMBRE PODÍA COMPRENDER, RECIBIR Y UTILIZAR SIN PELIGRO LOS “DESCUBRIMIENTOS” QUE LE ERAN SUGERIDOS, HAN ENTREGADO, DIGO, EN EL SENTIDO MAS ESTRICTO DEL TÉRMINO, LOS CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS ADQUIRIDOS POR LA ATLÁNTIDA Y PRESERVADOS POR ELLOS Y SUS SUCESORES....

Pero abordamos ahí un tema que necesita un examen profundo que no podemos emprender esta noche porque la hora es demasiado avanzada. Le pido que no me haga ninguna pregunta. Reflexione en lo que le he enseñado y complete su documentación “exterior”. Dejo Bruselas mañana, pero le cito en Ginebra dentro de seis semanas. Conozco su hotel allí, será Vd. prevenido de mi presencia. Ha llegado el momento de separarnos.

“- Maestro, humildemente solicito vuestra bendición no para mi y para aquellos a quienes represento ante Vos . . Cierra los ojos y yo me inclino ante él, la mano izquierda sobre el corazón y la derecha sobre la izquierda. Sobre mi frente, siento el soplo sagrado apaciguar por tres veces el tumulto de mis pensamientos y vacilo en un océano de luz mientras resuena la luminosa y dulce melopea de la sílaba sagrada: OM, OM, OM, ... al ritmo de la cual vibra el alma y manan las lagrimas de un discípulo desplomado a los pies del Maestro, en un reconocimiento infinito.

Después de estos instantes, encontrarse solo es una prueba que la plegaria es el único medio de superar. Habiendo vuelto a mi apartamento, cerca de una pequeña mesita redonda muy parecida a la otra que se encontraba en casa del Maestro, el rostro entre las manos, mi ser se arranca en un “Hosannah” sin fin hacia lo eterno y lo sublime .

CONTINUARÁ ...

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