6 de julio de 2010

Samaipata - Ecos Subterráneos en las Alturas - Débora Goldstern

Samaipata
"Ecos Subterráneos en las Alturas"
Débora Goldstern©



Samaipata



Cuando empecé a delinear los lugares de visita que en mi viaje a los Andes deseaba sondear, un nombre encabezó la lista, Samaipata, y que fuera el primer punto de destino en mi arribo a tierras bolivianas, tras la búsqueda de vestigios pre-incas.

Sobre los antecedentes de tan enigmático enclave, la elección no obedeció al azar, sino que fuera motivada por una lectura temprana de Erich Von Däniken, que incluyó al sitio en algunos de sus trabajos, y que bautizara como “rampa de lanzamiento”, o mejor dicho pista de extratrrestres, lo cual le granjearía no pocas críticas así como futuros desplantes de las autoridades arqueológicas sudamericanas, que llegarían hasta declararlo como personaje no grato en sus posteriores incursiones a estas tierras.

Y es que Däniken sabía como molestar el discurso academicista oficial, repasemos sino sus comentarios picantes en “Las respuestas de los dioses”(1977):

El Fuerte, un misterio en la jungla.

“Permítanme que en este repaso geográfico de mi informe les señale otra curiosidad notable. Podrán encontrarla en la selva boliviana. A 150 kilómetros de Santa Cruz se halla la aldea de Samaipata, y al cabo de 30 kilómetros más aparece en medio de la selva El Fuerte, una montaña sumamente digna de atención. Es muy poco lo que nos dice la arqueología acerca de El Fuerte, si dejamos de lado algunas teorías a cuál más mísera o ridícula. No hay tradiciones que puedan servir de pistas. Tenemos, pues, una montaña en medio de la selva. Dos profundos canales, de origen manifiestamente artificial, recorren una de sus laderas y terminan de pronto poco antes de llegar a la cumbre. En ésta, que forma una explanada, hay una serie de piletas, de distintos tamaños excavadas en la roca viva, así como grabados en forma de círculos. triángulos, óvalos, cuencos de desagüe, etc. Todas esas formas están unidas por un intrigante sistema de canales. Si era una construcción utilitaria, los diseñadores no se olvidaron de dar su parte a los afanes artísticos: al pie de los canales principales la pantera y el jaguar simbolizan la fuerza. Las gradas y nichos erosionados por el tiempo evocan una especie de estadio deportivo de la prehistoria. Los profundos canales simétricos guardan cierta semejanza con una rampa de lanzamiento. Entre la indiferencia de todos, El Fuerte languidece en medio de la selva de Bolivia. El Fuerte, la montaña más alta de Samaipata, lleva un secreto en sus espaldas de roca, antiquísimas. ¿Será revelado algún día?

Agregando como corolario:

“Profundos canales simétricos van desde el pie hasta la cumbre de la montaña, donde desaparecen de pronto. Su configuración recuerda una rampa de lanzamiento. Algunos arqueólogos dicen que estos canales servían para verter “el mosto ritual”. ¡Sería difícil hallar una explicación más tonta!”.

En un trabajo posterior de 1982, “La estrategia de los dioses”, volvería otra vez sobre el tema, vinculando a Samaipata con el complejo arqueológico de San Agustín -Colombia-, y que además de rampa extraterrestre le confería el título de “instalación metalúrgica”.

Dejando de lado la visión de nuestro siempre controvertido, “profeta de los dioses”, pasemos a la historia oficial.

Según señala una publicación que pude recoger durante mi visita a Samaipata, el nombre le fue asignado por los conquistadores españoles. Sobre su significado tenemos que Samipata significa “altura del descanso en quechua” y que a su vez puede ser una derivación de Sabaipata (“altura del matrimonio”) ya que “los asientos pareados ya triangulares o rectangulares diseminados por todo el monumento, muestran elocuentemente la unión de hombres y mujeres en ritos y celebraciones”.

En el mismo escrito leemos que: “la primera fuente histórica hasta ahora conocida que menciona a Samaipata, data del año 1569, se trata de la “PROBANZA” de uno de los “INCAS NIETOS CONQUISTADORES” de nombre CAPAK AYLLU”. Imperio Inka y refiriéndose a la conquista de lo que hoy s el Oriente Boliviano dice: “y así salieron a e hicieron muchas fortalezas en el mismo Pocona(1) y Sabaypata que es en los Chiringuanas yen Cuzcotuiro y puso en toda fortale(za)s muchos indios de diversas partes para que guardasen la dicha fortaleza y frontera a donde dexo muchos indios orexones y al presente están poblados sus hijos y descendientes en las dhas fórrales(za)s y fronteras”.




Fortificaciones Incas



“Otra fuente muy detallada sobre Samapaita, de primera importancia para toda la historia del oriente boliviano, en ésta época, se trata de la “Relación” del padre Diego Felipe de Alcaya”, datada en 1.595 ó en 1.605, que nos trasmite la tradición local recogida por su padre en los tiempos después de 1.560. Según ésta, el INKA WAYNA KAPAK (Aprox. 1.493 -1.525) mandó a un pariente suyo llamado WANCANE a la conquista de los territorios que hoy conforman los valles crúcenos y las llanuras de Grigotá(2). Este inca llegando a las tierras de dominios de los CHAÑE, (grupo amazónico que habla Arawak), y entrando en relación de alianza con su cacique principal! Llamado Grigotá, fundó la capital de un pequeño reino de frontera entre el KOLLASUYO y ANTISUYO, que sería el actual sitio de “El Fuerte”.

“Esta fundación se debe, según la crónica, al descubrimiento de una potentosa mina en el cerro de CAYPARUM, (muchos autores suponen que es Saypurú, cosa que no ha sido confirmada). Este nuevo rey Wancané, hizo llamar del Cuzco, a un hermano suyo llamado Condori, fundaron una nueva ciudad que, según Alcaya, se llamó Guanaco Pampa, y cuya supuesta función fue la de proteger la mina.

“Por los años 1.520 o 1.522, cuando los Europeos habían invadido la tierra sudamericana, unos grupos Guaraníes, encabezados por el aventurero portugués Ajejo García, irrumpían en Samaipata, atraídos desde el Paraguay por la codicia de saquear la montaña de oro, mataron a todos los varones incluyendo al soberano Huancané, pasaron luego al ataque de HUANACO PAMPA, donde también victimaron a la población, pero tomaron como rehén a Kondori, para finalmente atacar a CAYPURUM. Según la crónica, los mineros ya avisados del ataque guaraní lograron esconder los tesoros explotados y tapar las bocaminas; también esos mitimaes (grupos étnicos trasplantados por los Incas) fueron pasados por las armas. Grigotá junto y parte de su ejército Chañé, logró escapar herido. Rearmó a sus hombres y atacó a los invasores infringiéndoles serias derrotas. Se llevó de estas batallas un contingente de prisioneros Guaraníes al Cuzco. Allí según Alcaya, WAYNA KAPAK, los sacrificó desnudos a las heladas cumbres que dominan a la capital y los bautizó con el nombre de “CHIRIGUANO”, provenientes de las voces quechuas CHIRI=FRÍO Y WAÑUSHKA= MUERTO, es decir Muerto de frío”




Nichos Incas



Otro cronista quién también dejo constancia de Samaipata fue Sarmiento de Gamboa, “experto en Khipus Kapak Ayllu”, quién escribió que “Samaipata debió ser ya conquistadas bajo el mandato del Inka Tupak Yupanki, o sea en la segunda mitad del siglo XV, los informantes del Alcaya, recordaron solamente los sucesos bajo su hijo WAYNA KAPAK, sin embargo el texto dice que WANKANE, subió al asiento de SABAYPATA, donde asentó su real”.

Ahora bien más de las incursiones incas tenemos que Samaipata guarda en sus suelos importante información que se remota al periodo devónico(3) . Esta información fue legada por el famoso naturalista francés Alcide D’Orbigny(4), quién recorrió Samaipata entre los años 1830 y 1832. En “Voyages Dans La América Meridionale” (1835), escribió lo siguiente: “Samaipata está situada en una de las puntas elevadas en los contrafuertes de la cordillera y su altura es aproximadamente de unos 2.500 metros: son formaciones devonianas, rocas grisáceas en planchas y capas generalmente inclinadas al este o norte. Estas rocas grisáceas son recubiertas con otras capas que parecen ser removidas en su estratificación y forman la cima del llamado cerro del inca y de las montañas que se dirigen a lo largo de los ríos, creo que pertenecen a la época carbonífera, cierta partes de rocas son de color rojo con infiltraciones de hierro y de las cuales creyeron los habitantes que hay existencia de minas de mercurio”.

Este dato permite establecer la gran antigüedad de sus formaciones geológicas, así como comenzar a delinear un pasado que se erige aún más remoto que lo traducido en las crónicas de la conquista.

Documentada la presencia inca, así como la ibérica, en la historia de Samaipata sin embargo, otras culturas parecen confluir con anterioridad a las mencionadas, y que algunos vinculan a los misteriosos grabados que se extienden por el cerro. Una de ellas sería los Mojocoya (primer milenio después de cristo), y que se cree tendrían su origen en la región amazónica(5)

Ahora bien, un primer problema para vincular a los Mojocoya como los verdaderos responsables del complejo, se presenta en cuanto a la datación de los grabados, ya que éstos no pueden ser fechados, al no existir “un método científico que valide los mismos”. En cuanto a la función original de Samaipata, una de las primeras hipótesis fue esbozada por el estudioso argentino Leo Pucher de Kroll que le asignó un papel ceremonial, describiendo al cerro “como templo animístico y tomístico de la época preincaica”, que según creía consagrado a la adoración del jaguar y la serpiente.

Durante largos períodos debido a la erosión sufrida en el lugar, que posibilitó la desaparición de muchos grabados, así como las diferentes confluencias culturales que en diferentes épocas arribaron al cerro, se torna difícil poder desentrañar el misterio que su presencia representa dentro del entramado andino. A pesar de estos inconvenientes, creemos podemos resolver algunos de sus enigmas.

Personalmente quién escribe tiene el convencimiento que el camino de Samaipata puede ser desentrañado, a través de ciertos ecos y señales de carácter subterráneo.

Veamos.

La primera pista de nuestra aproximación subterránea, la tenemos a través de la Chincana(6). Nuevamente acudimos a Pucher de Kroll, quién fuera el primero en reparar en su existencia.




La Chincana de Samaipata




“Dirigiéndose hacia el sudeste, pasando sobre algunos andenes y construcciones megalíticas, bajando hasta llegar a una pequeña cañada, y de allí, trasmontando una pequeña colina para luego bajar en una grandiente bastante inclinada, se llega al lugar denominado “LA CHINCANA”. Como ya hemos descripto la parte geológica del cerro de Samaipata, se recordará que es de roca arenisca, roca grisácea, donde fue perforado un pozo distante unos 500 metros de la colina esculpida, cuyo diámetro superficial es de 1.30 a 1.50 metros, y su profundidad en el año 1937 era de 12,50 metros, medido por el que escribe. Es curioso que D’Orbigny no cite en su obra nada al respecto; en cambio el Barón Von Nordenskiold, quién en el año 1911 visitó dichas ruinas, hizo un prolijo estudio haciendo limpiar dicha Chincana, hasta el fondo, pudiendo entonces medir 15 metros exactos de profundidad. Escuchando sin embargo la voz del pueblo debe tener ese pozo unos treinta metros y más, pues así afirman casi todos los del lugar; lo que debe ser verdad son los 15 metros de Nordenskiold y su ayudante Karl Berg. Seguramente mis colegas anteriores no se fijaron en un detalle de la llamada Chincana y es que fue construida en forma espiral, a manera de la estría de un fusil o espiral de un caracol, hasta llegar al fondo.

“Sería aventurado dar una opinión al respecto, pero a mi manera de pensar, tal vez hayan querido imitar la cascabel o boa constrictus, saliendo del fondo de la roca, esto es del seno de la Pachamama. Se ha formado alrededor de este pozo, lo más rico en el folklore mitológico. Dicen los del pueblo que dentro del agujero hay un sapo que vomita fuego de la boca, otros afirman haber visto una furibunda Yoporojobobo (ofidio), que cuida el tesoro de los Incas; en cambio los últimos creen en la existencia de una mina de oro o escondrijo de tesoro fabuloso, cuáles afirman que se tratara de un pozo de agua que tuviera correlación con una fuente del otro lado del cerro y que trabajara en forma de sifón, y aún algunos se atreven afirmar que sería la boca de un túnel y que el fondo habrían visto ramificaciones de comunicaciones subterráneas, para así engañar al enemigo, saliendo por otros lugares”.

Pero la chincana aunque es quizás el motivo más importante de nuestra sospecha subterránea, no es el único ejemplo que enmarca nuestra tesis, dos importantes grabados que se destacan dentro del complejo, también representan una señal del ukupacha(7).

Uno de esos motivos tiene a la serpiente como deidad principal. Antiguamente existía un grabado hoy desaparecido, que mostraba a la serpiente enroscada. Actualmente el visitante solo cuenta con un tallado,
bautizado como “el dorso de la serpiente”, que en forma de acalanadura se extiende por la meseta.




Dorso de la Serpiente


Según se informa, detrás del muro incaico “se ven bien marcados dos canales paralelos de 26. cm de largo. En sus lados están acompañados de incisiones más finas de doble –zigzag- formando rombos continuos aunque la función de estos tallados es desconocida parece que servían como canales de rebalse para un receptáculo ubicado en la parte más alta. Si se echa agua a estos canales, especialmente en los de forma de zigzag, el curso del agua tiene la apariencia de una serpiente viva. Por esta razón el conjunto lleva el nombre “DORSO DE LA SERPIENTE”, probablemente se trate de una cascabel, que es todavía la serpiente dominante del lugar”.

Junto con la serpiente, se erigen las figuras de tres felinos “cada uno dentro de una elevación circular, cortados en alto relieve en la roca madre”, identificados con la presencia del jaguar.

Partiendo de estos dos elementos, la serpiente y el jaguar además de la chincana mencionada, la vinculación con “el mundo interior” es más que evidente.

Tiempo atrás en la entrevista que realizáramos a nuestro investigador amigo, Renato Longato, hicimos mención a la existencia de una “elite de arquitectos desconocidos que se supone fueron los responsables de las edificaciones ciclópeas que adornan el paisaje andino. En Samaipata, esta idea parece sobrevolar el lugar, y que también se une a la visión subterránea hasta ahora señalada.

Pero prosigamos con nuestro análisis. Comencemos con la serpiente. Para adentrarnos en su real comprensión, acudimos al reciente trabajo del escritor argentino, Xuan González, mencionado en artículo anterior, quién recientemente publicó el extraordinario (2010) “Sueños Tupamaros”, del cual recogemos lo siguiente:

La Amaru Mitológika:

“Amaru es la Serpiente Sagrada en la Mitología Inkaika, y es como un dragón … Otros hablan de la Amaru como de la serpiente de dos cabezas … Cuentan la leyenda que la Amaru-alada duerme bajo las aguas de una laguna antigua, en medio de la cordillera de los Antis. Del reflejo de sus escamas, dicen “nació el arco iris”. También dicen las leyendas que “todo está escrito en las escamas del Amaru, las vidas, las historias, las realidades, los sueños.

“Hay voces que cuentan también que cuando termina la época seca, la serpiente Amaru “emerge de los manantiales y se mete en los canales de irrigación en forma de una corriente de agua, lodo y piedras”, y como rayo que anuncia la llegada de las lluvias. Ofídicos truenos. La Amaru “encarna a los ríos. Se asocia al agua y es protectora de las tareas agrícolas. Es una deidad que controla los fenómenos meteorológicos”.

Khipu Kon los Amaru Runa

“Las cuatro regiones del Tawantisuyu estuvieron organizadas-visionadas por la Khapaqkuna: “los Inkas originales … una jerarquía de amantas, arquitectos y astrónomos”. Estos amawtas de la Kapaqkuna proyectaron sobre la Tierra el Kapak Ñan, trazado por Thunupa, en base al cual “los incas tejieron el increíble telar del Tawantisuyu”. La “intitución” amawtica, o escula de sabiduría,d e la Khapaqhuna, entonces “da origen y continuidad a la estirpe o escuela de los Amaro Runa”, entre los que encontramos una lista de los más relevantes héroes míticos-históricos andinos. Desde Thunupa, Wirakocha a Apo Tampo, y a Manko Kapaj y Mama Okllo, y a Atawallpa Inkariy. Todos ellos habrían sido Amaru Runa.

La Khapaqkuna

“Entonces la Khapaqkuna, fue la encargada de construir el llamado Khapaq Ñan, o la ruta Inka de sabiduría: el “Camino de los justos …”, que alienará varias de las principales ciudades preinkas e inkas; a través de las Intiwatanas – y las Pirámides y las Wakas de estos centros rituales, amarraron al sol energéticamente a la Tierra –lo amarraron con serpientes invisibles, en un ángulo de incidencia óptimo para la vida del planeta, logrando un equilibrio ecológico necesario después del pasado del trágico Hunu Pachakutik último, para alimentar y cuidar a todas las gentes que vivieran dentro de las cuatro regiones de la Tierra. La Kapaqhuna estaba formada por mujeres y hombres “virtuosos consagrados al cuidado de la vida de la naturaleza, de los que trabajan por el bienestar de la Pachamama”, y tenía su centro en Tiwanaku.

“Las mamakunas y los amantas, como cuenta la crónica del Inca Garcilaso, aprendía “por experiencia” y “alcanzaron la virtud de yerbas y plantas medicinales”. Y vivían en los Yachay Wasi, o Casas de Cosmocimientos y Sabiduría. El Kapak Ñan también fue descrito como el “cordón umblical que mantiene fijo el eje de la Tierra a la espiral de la Gran Consciencia Infinita”. Y debajo del mismo estaría el mítiko túnel o Chinkana, “uniendo dichas ciudades con un conocimiento o sabiduría subterránea o secreta”.

Antes de abordar la figura del jaguar, justo es reconocerlo a nuestro profeta de los dioses, Daniken, su buen tino al señalar ciertas similitudes entre la cultura de San Agustín en Colombia, en relación a Samaipata, porque adelantamos, “existen”.



Grabado -Jaguar



De ahí que para ahondar en este presencia felina, debamos acudir una vieja conocida, Jadwiga Pasenkiewicz, que “Los Soberanos del Mundo Perdidos: civilizaciones aeronáuticas del pasado”, escribe: “en épocas posteriores al cataclismo, en el suelo americano, el jaguar representaba, además de a Orión, a la noche, a la muerte, al corazón de la Tierra y a las cavernas en las cuales se habían refugiado los sobrevivientes. Los Mayas lo consideraban como la manifestación interna del planeta”.

Un ensayo de Fabián Ierardo, “En la llama del Jaguar”, ilustra aún más estos conceptos:

“El simbolismo ctónico del jaguar en Mesoamérica alterna así dos ritmos de la oscuridad. Lo oscuro como matriz o vientre de la tierra maternal (que genera nuevos frutos y vida) y la no luz como inmersión en una peligrosa región demoníaca. En la primera función, el jaguar es guardián de las oscuridades terrestres, telúricas, desde donde brota la verde riqueza del suelo y la selva. En la segunda faceta, el jaguar mexicano se troca en sol de tierra, sol nocturno. En numerosas mitologías, durante el crepúsculo, la exultante esfera solar se sumerge en el mundo subterráneo. En la noche, el sol-jaguar atraviesa el frío y peligroso reino de pululantes fuerzas demoníacas. El felino solar que viaja dentro de la tierra debe batallar contra potencias infernales. Luego, si vence estos obstáculos, la apabullante corona del sol emerge como luz victoriosa, triunfante. Brilla entonces la llama de la nueva mañana, que es también el resplandor del lucero del alba, la refulgente radiación matinal de Venus.

“Los mayas identifican al jaguar con el número nueve, simbólico número de los países del inframundo. El dios felino es así "Señor de lo de abajo". Es también la tierra que, con sus fauces abiertas, devora al sol entre las extenuadas luces del crepúsculo. Y luego, el animal moteado se muta en sol negro, viajero de la tierra subterránea que lleva sobre si una concha marina, representación de la luna y, de manera paralela, del renacimiento (por ser la Luna, la Mujer de Plata, la que renace en el cielo nocturno luego de tres noches de muerte o ausencia)”

“Además de Señor del Mundo Subterráneo, el jaguar es también el Señor de los Animales Salvajes. Es fuerza rectora de la jungla y de las montañas. En los ecos y los tambores de llamada puede presentirse su respiración acezante”.

“El jaguar puede emparentarse también con la serpiente. Con su cuerpo versátil, hipnótico, el reptil de los movimientos ondulantes emerge de las grietas y cuevas. Entonces, como el jaguar, es guardián del mundo subterráneo, de la oscura densidad invisible de la materia. Pero el reptil, a su vez, por su alargada y ondulante figura, se asemeja al agua de lluvia. La serpiente es así agua que fecunda, es receptáculo de las gotas bienhechoras. Es serpiente emplumada, Quetzacoátl, la nube saturada de lluvia. Es el dios capaz de fertilizar el suelo y de apadrinar el crecimiento del maíz, el sagrado vegetal que obsequia vigor y salud”.

Establecidas estas vinculaciones de su carácter subterráneo, queda un interrogante por esclarecer, y es si puede considerarse a estos vestigios de Samaipata como una manifestación aislada, o si es posible vislumbrar alguna continuación o relación con otros centros de iguales características. Alejándonos de tierras bolivianas es en Perú donde esta “continuación” parece emerger, tal vez como eje primordial, y donde la sombra de los enigmáticos arquitectos aparece en todo su esplendor.

Esa zona espejo de Samaipata, se llama Quenko(8). Muy poco se sabe de su historia, aunque sobreviven restos importantes, que sugieren la existencia de un complejo de carácter astronómico ceremonial. Canales zizagueantes, la famosa piedra del Intihuatana, un anfiteatro, así como una importancia actividad subterránea(9), son algunos de los vestigios aún en pie.




Quenko



Samaipata espejo de Quenko


Quenko, espejo de Samaipata


Hasta aquí. ¿Samaipata eco subterráneo en las alturas? El lector tiene la palabra ...!



Bibliografía

Choque Márquez, Cecilio. Manual de Guía de Información Turística en el Complejo Turístico de “El Fuerte de Samaipata. Santa Cruz de la Sierra: 1994.
González, Xuan. Sueños Tupamaros. Buenos Aires: Khipus Wuj, 2010.
Pasenkiewicz, J. Los soberanos de los mundos perdidos: las civilizaciones aeronáuticas del pasado. Buenos Aires: Kier, 1992.
Tribus amazónicas, incas y españolas vivieron al Fuerte de Samipata. En: La Revista, s/a. p.1-11.



Citas


(1) “El pueblo de Pocaza está situado cerca de la fortaleza hoy conocida como “INKALLAJATA” en el departamento de Cochabamba, CUZCOTUIRO o JZUZCOTUYO”, ha sido recientemente localizado en la serranía de IÑAO, departamento de Chuquisaca, por el historiador finlandés M. Párssinen. Esta fuente Cuzqueña es muy fiable pues el autor sacaba las informaciones de un CPU, el sistema de memoria de los Inka, en Chiriguanía”.
(2)“Según Alcayá, el nombre de Chiriguano, fue utilizado a partir del Bautizo que realizó el Inca WAYNA KAPAK”.
(3)Calculado hace 400 millones de años, tercer período de la era primaria.
(4)“La interpretación de D’Orgiby, dio a la roca esculpida, fue la de lavadero de oro, la cual fue descartada posteriormente. Su mérito consiste en habernos dejado documentado en su plano y descripción de muchos de los relieves hoy desaparecidos, como un ave y la serpiente en alto relieve".
(5)“La arqueóloga argentina, Nora Rinaldy que vino subreticiamente a estos parajes en 1946 estuvo excavando en las Ruinas por espacio de dos meses, entre los varios enseres que encontró, se pueden citar restos óseos con tibias y grabaciones romboideas al igual que el dorso de la serpiente esculpida en la plataforma rocosa, fue una ferviente sostenedora de la procedencia amazónica de las Ruinas”.

(6) En quechua, perdidero o laberinto.
(7) Según la mitología inca, ukupacha - “mundo de abajo”.
(8) Significa Laberinto. Está ubicado al noreste de Cuzco, a 3680 metros.
(9)Véase “Zona X”.

8 comentarios:

  1. impresionante trabajo de documentación y las ilustraciones de los relieves comparando ambas ubicaciones son muy impactantes
    enhorabuena amiga

    por alguna razón el comentario que hice en su dia cuando publicaste el trabajo no se llego a subir correctamente

    ResponderEliminar
  2. Hola amigo:

    Tu comentario si me llegó, pero se remitió a mi mail personal.

    Samaipata es uno de los sitios más increíbles que haya visitado en Andes, realmente te vuela la cabeza.

    Un abrazo
    Debbie

    ResponderEliminar
  3. Debora eres de Bolivia???? por que vamos en una expedicion a samaipata con mucho material para realizar ciertas pruebas. Tu material de estas cronicas subterraneas es perfectamente compatible con las de occidente de las cuales dispongo de mucha informacion espero poder hacer contacto pronto

    Saludos Cae.

    ResponderEliminar
  4. Hola Cae:

    Soy argentina, porteña de nacimiento. Suerte en tu expedición, Samaipata es un lugar poco conocido y que merece más atención, hay mucho para indagar. Espero luego tu contacto. Saluda, Debbie

    ResponderEliminar
  5. es interesante el "Dorso de la Serpiente" me reuerda mucho al simbolo del ADN (segun Z. Sitchin) de la cultura Sumeria...

    ResponderEliminar
  6. Hola:

    Dudo que Sitchin, fuera capaz de decodificar el pasado de las civilizaciones andinas sudamericanas.

    Su visión seguía siendo muy de corte europeísta, aunque rescato algunas datos de su trabajo en Los Reinos Perdidos, una obra muy interesante.

    Lástima que la fiebre Annunakis contamina todo, y Sitchin no fue la excepción.

    Por eso no lo tomo como parámetro para estos estudios.

    Los enigmas de Sudamérica son otra cosa ...

    Débora

    ResponderEliminar
  7. Pienso que lo que dijo Daniken, esta´en cierta manera ya, pasado de moda. No hay más "pruebas" de extraterrestres en el pasado. Sus ideas son peregrinas, fantaseosas, y hoy debe tenerse en cuenta mas que todo el simbolismo de los monumentos, pictografias, etc...que nos remite a una transformacion espiritual, que se dio en al pasado, tanto como hoy se da en ciertos hombres modernos. No hay nada concreto, ni en lo de Daniken, ni en lo de Sitchin,por dar sólo dos nombres de los que quizas con algo de buena fe, pudieron escribir y "demostrar". Si fuera textual, lo que escribio Daniken-que dicho sea de paso,marcó, sin embargo,mi mente, como la de muchos de mi generación,y los de la tuya, Debbie- habria que reescribir, no sólo la arqueologia, sino casi todas las ciencias. Y eso seria, -hoy, a mi entender, claro-. una falta de respeto para miles de sabios y buscadores de la verdad, de -por lo menos- los ultimos 500 o 600 años. Igualmente, tu tarea es muy buena, porque pone a consideración, las ideas de hoy con las de ayer, y nos nutre de pensamientos siempre gratificantes.Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Hola Oscar: efectivamene Daniken responde a una época, y género particular, adherido por muchos autores en su momento. Sin embargo en el caso de Samaipata, estoy en deuda con él por ser el primero en hablar de este enclave en tierras bolivianos, fue un precursor, y eso nadie se lo puede quitar. Sitchin no merece más agregados, su tesis annunakis no resiste ningún análisis. En cuanto a la historia de este continente, se hace necesaria urgente revisión, y esos cambios pronto se acercan, especialmente con los estudios subterráneos que vengo llevando a cabo. Los Andes están por hablar. Debbie

    ResponderEliminar