Un
enigma llamado Maldek
Mito,
versus, revisionismo histórico
Débora
Goldstern©
Símbolo del planeta Maldek
Con sus Crónicas de la Tierra, Zecharía Sitchin impuso un
modelo de historia revisionista que convirtió a los ignotos Annunakis, en uno
de los términos más comentados acrecentado por la era de Internet.
El relato sumerio de estos dioses alienígenas, llegados
del planeta Niburu en una época remota, descendiendo en la cuenca mesopotámica
oriental (Irak), originó una verdadera fila de creyentes que toman a estas
obras legadas por el desaparecido estudioso de origen ruso, como fuentes
fidedignas, de una pasado actualmente no aceptado por los cronistas oficiales.
Se hace difícil calcular el impacto que el padre de los
llamados Annunakis tuvo en nuestra cultura popular, siendo quizás una de las
primeras sagas bibliográficas que más adhesión cosechó desde su aparición en
los 70’. Sin embargo, lo cierto es, que hoy día, Zecharía Sitchin constituye un
modelo de divulgación comulgado por muchos partidarios, que ven en sus textos,
la comprobación de visitantes extraterrestres en nuestro pasado lejano.
No tenemos intención de discutir sobre estas presencias
estelares en la antigüedad, ni
hablar de sus incursiones, que muchos alegan sucedió en un tiempo donde el
hombre aún se encontraba en sus inicios como especie, discusión obligatoria y
que de tanto en tanto abordamos en más de una oportunidad en Crónica
Subterránea.
Nuestro interés
al abordar este artículo, es desarrollar un punto a todas luces “importante” de
esta pretendida evidencia de un pasado ignorado, según alega Sitchin en sus
escritos, basándonos en su primer trabajo, “El 12º Planeta”, publicado en 1976,
el cual es en parte gran responsable de la posterior fiebre “Annunaki”, e
iniciador de la saga antes mencionada.
Quizás uno de
los capítulos más memorables referido en “El 12º Planeta”, sea el apartado
número siete, “La Epopeya de la Creación”, donde Sitchin se explaya en los
orígenes de nuestro planeta, al cual hace remontar sus inicios a un
desaparecido planeta llamado Tiamat, el proto-génesis terrestre.
Para hacer
encajar su tesis sobre Tiamat, Sitchin, citó como argumento la “Ley de Titius-
Bode”, que admitía la posibilidad de un hipotético planeta preexistente en
aquellas órbitas comprendidas entre Marte y Júpiter, y que en la mitología
griega se conoce como Faetón. Sin embargo, este enunciado hoy encuentra rechazo
en la comunidad científica que considera caduca aquella idea de hace casi dos
siglos, la cual hace tiempo se reemplazó por una nueva hipótesis que encuentra
en el “Modelo de Acrecimiento” una evidencia más plausible.
Además de la
controvertida Ley de Titius- Bode, Sitchin, echa mano de la famosa cosmología
babilónica, narración de la cual fuera tan afecto, encarnado en el poema Enuma Elish, que algunos no dudan en definir como la fuente bíblica por excelencia.
Sintetizando el
pensamiento de Sitchin, Tiamat que en lengua sumeria significa, “la doncella de
la vida”, colisionó con un planeta llegado del espacio exterior, que según el
sabio no pertenecía a nuestro sistema solar, conocido como Marduk (Niburu), el
hogar de los sempiternos Annunakis. Como resultado de aquella catástrofe,
Tiamat, se dividió en dos mitades, generando con sus restos el planeta Tierra.
Dentro de esta saga cósmica, el Cinturón de Asteroides provendría también de
aquella batalla estelar, así como la Luna, antiguo satélite del planeta perdido,
y que los sumerios denominaron Kingu. Los cometas, también son contemplados
como restos de aquel desgraciado planeta.
Pero si para
Sitchin, la saga de Marduk y compañía resuelve todos los misterios cósmicos,
acerca del nacimiento de nuestro sistema solar, para nosotros en cambio, la
historia de Tiamat es resultado de conceptos míticos poco fundados, que se
nutre de datos menos sustentables que los alegados en “El Doceavo Planeta”.
Antes de sumergirnos en Faetón y su trastienda, factor
fundamental para comprender el universo elaborado por Sitchin, vamos a
remontarnos a otro personaje, alguna vez citado dentro de nuestro blog, evocando
un texto de su autoría un tanto olvidado, pero no menos imprescindible, para
comprender el mito del supuesto planeta desaparecido.
Vayamos al tema en cuestión.
En 1953 se edita un libro que alcanza gran repercusión en
los círculos contactistas, “Other Tongues -Other Flesh”, obra, que no se
tradujo al castellano, siendo su mentor “George Hunt Williamson”[i]. De este
autor norteamericano, en su momento hicimos nuestro descargo en Crónica
Subterránea, y que para más datos fuera el padre del célebre libelo “El Secreto
de los Andes”, escudándose en ese escrito bajo el apelativo de Brother Philip,
quién a su vez se decía perteneciente a la famosa “Hermandad de los Siete
Rayos”.
Para ser honestos, los apuntes biográficos que en su momento elaboramos sobre George Hunt Williamson, eran de una naturaleza un tanto crítica, por lo cual se hace necesario brindar una lectura más acabada sobre este personaje, que como veremos a continuación, tuvo una influencia fundamental en muchos autores sustentadores de esta teoría, que al parecer optaron por hacer una omisión, en cuanto a la verdadera fuente de la tesis del planeta desaparecido.
Veamos algunos hitos cronológicos que marcan a este
estudioso e investigador norteamericano.
En 1947 mientras estudiaba antropología en la University
Eastern, New Mexico, en la cátedra del profesor experto en evolución orgánica
Dr. James Martin, declaró: “que creía que los dinosaurios se encontraría aún
viviendo en dos lugares de la Tierra: América del Sur y Africa”. Aunque su
comentario provocó risas entres sus compañeros, el profesor Martin lo secundó
admitiendo la posibilidad de supervivencia de reptiles aún en nuestra era. Otra
idea que provocó murmullo en su época universitaria, fue cuando propuso que “los
antiguos japoneses cruzaron el Océano Pacífico alcanzando Sudamérica”. Y aunque
esa idea sonaba demasiada revolucionaria, en 1950 sería una realidad debido a
los descubrimientos de los arqueólogos del Smithsonian, Dr Clifford Evan y
Betty Meggers quiénes anunciaron “que en la zona de Valdivia, Ecuador fue
descubierto un tipo de cerámica datada en 3.200 AC, semejante al producido en
Japón en la misma época”. Durante 1961 realizó una observación sorprendente, mientras
se encontraba visitando el país nipón, “se dio cuenta que los antiguos Jomon,
figuras Dogu que hace miles de años se descubrieron en la Isla de Honshu, eran
evidencias de presencia alienígenas en la antigüedad. Las figuras parecían
portar trajes espaciales, toma de corriente en las mangas por debajo de los
hombros, y en la parte trasera de los cascos, en los cuales había cajas que
ofrecían puntos de líneas, probablemente de comunicación”.
Ese mismo año declaró “que exploradores del espacio pudieron
haber visitado la tierra en los tiempos bíblicos”, idea, que más tarde
florecería bajo el apelativo de Antiguos Astronautas, influenciando a toda una
generación posterior.
La tesis extraterrestre de “Las Líneas de Nazca”, también lo
tuvieron como precursor, incluso mucho antes de ser expuesta con bombos y
platillos por el denominado padre de las visitas alien en la antigüedad, el siempre
polémico Erich Von Daniken.
George Hunt Williamson |
Pero vamos a detenernos aquí, para pasar a ocuparnos de
los enigmas de Maldek, sin abandonar a George Hunt Williamson, protagonista
fundamental a la hora de decodificar a Sitchin e incluso autores rusos, quiénes
al parecer sufrieron también de amnesia colectiva a la hora de brindar los
créditos necesarios, al trabajo legado por el norteamericano en la materia.
Poniendo las cosas en sus lugar.
La idea presentada en Other Tongues – Other Flesh trataba
sobre las transmisiones dictadas por los “hermanos del espacio”, que según
Wiiliamson lo eligieron como médium para comunicar al mundo, empleándose como
técnica de contacto, la escritura automática, tan en boga en aquellos días. En
su mayoría los apuntes volcados en el texto, versaban sobre los orígenes de las
antiguas civilizaciones estelares y terrestres, así, como de los enigmas aún
subyacentes sobre la construcción del Sistema Solar.
Según las lecturas obtenidas a través de sus mensajeros
espaciales, que se materializan en el tercer capítulo de Other Togues – Other
Flesh, “Maldek and Malona”, al Tierra debió su nacimiento a un planeta hoy
extinto, Maldek, que se destruyó a causa de una conflagración nuclear y el cual orbitaba entre Marte y Júpiter.
Escribe Williamson: “esto significa que Maldek era un
mundo de iniquidad que explotó y se quemó, además de ser un planeta de nuestro
sistema solar que contaminó todos los demás planetas, debido a su maldad,
Maldelk (la lengua) prendió fuego su vórtice, el poder de su nacimiento y ser,
y por lo tanto fue incendiada en estado invisible … porque Maldek libera el
poder del hidrógeno terrible y lo redujo así, a un estado invisible”.
En otro párrafo se lee: “en nuestros contactos con
inteligencias espaciales en el norte de Arizona, al planeta Lucifer es referido
siempre como Maldek, y a su luna, Malona”.
A semejanza de Sitchin en sus Crónicas de la Tierra, la
narración de Williamson también se nutre de pasajes bíblicos seleccionados, los
cuales supuestamente evidencian la “catástrofe que acabó con Maldek”.
“El Antiguo Testamento está literalmente lleno de
referencias al final del planeta conocido por los antiguos de la Tierra como
Lucifer, y que las inteligencias del espacio exterior denominan Maldek (lengua
plateada)”. (A los cuales hay que agregar citas enteras de versículos de
comentaristas como Isaías, Santiago, Josué, así como del Éxodo, durante el
período de Moisés).
Además de Maldek, Williamson proporciona datos más que
sugestivos sobre Marte, adelantándose a una discusión de más de treinta años,
en cuanto a la artificialidad de los satélites del mismo.
“¿Recuerdas lo que nos dijo Zo:” … Después de la
destrucción de Maldek-Lucifer, hubo terribles desastres en Masar (Marte)
Grandes erupciones volcánicas ocurrieron. Muchos de los nuestros perecieron.
Marte, literalmente, entonces, se convirtió en un horrible, furioso, dios
flameante”.
“Evidentemente la gente de Marte sabía lo que venía por lo
que construyeron los dos satélites artificiales llamados Fobos y Deimos. Estos
dos objetos se llamaba así (Miedo y Pánico) para los que fueron creados en un
momento de gran temor, no solo en Marte, pero en la Tierra también, y
ciertamente había pánico como Isaías nos ha mostrado”.
Agregando: “Las lunas son equilibradores de planetas con
los que están conectados”.
Una diferencia que se establece luego de examen de “Other
Tongue – Other Flesh”, enfrentado al “EL Doceavo Planeta” de Sitchin, queda
evidenciada en una línea tomada del primero: “cabe señalar aquí que la palabra
Marduk pudo haber venido de Maldek”. Toda una declaración de principios.
Y vuelvo a repetir que estamos hablando de un texto
editado en 1953, veintiséis años antes que Sitchin presentara su famosa tesis
alienígena! Buceando en la interminable bibliografía de la cual hace alarde “El
Doceavo Planeta”, no encontramos referencias a “Other Tongue – Other Flesh”
dentro de la lista, sin embargo, teniendo en cuenta las semejanzas entre ambos
“abordajes”, se nos hace imposible pensar que Sitchin desconociera el mismo,
aunque suponemos se guardó muy bien de hacerlo público.
Lo mismo pensamos de otros sabios rusos, quiénes también
decidieron silenciar a Williamson en cuanto a su importancia en el mito de
Maldek, a quiénes los soviets rebautizaron como Faetón.
Veamos.
Alexander Petrovich Kazantsev |
Se cree que fue Serguéi Orloff quien bautizó al planeta
perdido como Faetón (brillante-radiante), término basado en un mito griego que
narra como el héroe sufre un accidente al remontar su cuadriga, con tan mala
suerte, que termina incendiando la Tierra. Así como el Maldek de Williamson
quién lo vincula a Lucifer, resplandeciente estrella expulsada de los cielos,
Faetón, también se nutre de esa asociación, enrolándose en la leyenda de los “caídos
que se rebelaron contra dios”. Más tarde Alexander Zavaritsky siguió la línea
de Orloff, clamando que “ los restos de asteroides pertenecían a un planeta
semejante a la Tierra, que tenía un núcleo de hierro en estado de fusión, un
interior rocoso así como una superficie de montañas y océanos, rodeados por una
atmósfera, resultando condiciones ideales para el desarrollo de la vida”. Pero sería Alexander Petrovich Kazantsev, quién
verdaderamente resucitaría el enigma de Faetón.
El que más tarde se convertiría en adalid del affaire
Tunguska, nació en Akmolins, Rusia, en 1906. Graduado en la Universidad
Politécnica de TOMSK como ingeniero electromecánico, trabajo muchos años en la
planta metalúrgica de Beloretsk, región de región Bashkortostan. Estudios
posteriores lo llevaron a incursionar en la literatura de ciencia ficción,
llegando a obtener premios como escritor por algunos de sus ensayos. Ejerció
como ufólogo, y fue uno de los pioneros en la divulgación de visitantes
alienígenas en la antigüedad. En 1946 se dio a conocer a nivel mundial por sus
aseveraciones acerca de lo ocurrido en Tunguska, afirmando que una nave de
origen espacial se estrelló en la estepa siberiana, causando una violenta explosión
de proporciones termonucleares que arrasaron con la zona. Fallece en el 2002.
Además de ocuparse de los enigmas de Tunguska, cuyos
aportes le granjearon la simpatía de la comunidad ufológica de los 70’s,
Kazantsev, también se interesó en un tema que con los años convirtió en
obsesión, la búsqueda del planeta perdido.
Como una forma de exorcizar sus ideas, en 1974 publica “PHAETAE”, que
también se conoció como “La Destrucción de Faena”, donde especula que el
planeta fue habitado por una civilización avanzada, que luego de una violenta
destrucción de origen nuclear, sus supervivientes deciden refugiarse en la
Tierra, influenciando a las razas prehistóricas del pasado, al cual llamó
Instructores.
Un año después de dar a conocer su novela, Kasantsev,
acompañado por algunas autoridades rusas de prestigio, el profesor Yevgeny
Krinov, jefe del Comité Científico de Meteoritos, y Félix Ziegel, profesor de
Cosmobiología del Instituto de Aviación de Moscú, vuelva a la carga con Faetón,
señalando en exclusiva mundial: “ que aquel fue un planeta, el cual se cree
alguna vez orbitó entre Marte y Júpiter, destruido en la antigüedad por una
explosión termonuclear, desencadenada por una avanzada raza de humanidades en
el área del actual cinturón de asteroides”. Paralelamente a este enunciado tan
contundente, Kasantsev también se arrogaba haber puesto de moda el misterio de
las estatuillas de Japón, que databa en 8.500 años, rematando: “son los
astronautas de Faetón”.
Hagamos un alto y practiquemos un ejercicio de memoria.
No hace falta demostrar que Faetón, es la reencarnación de
los postulados de Maldek, enunciados por George Hunt Williamson en Other
Tongues – Other Flesh, que encima especula con una explosión “termonuclear
producida por una bomba de hidrógeno”. Pero si estas pruebas no son suficientes
para establecer la paternidad de la criatura, vayamos entonces al asunto de las
estatuillas japonesas reivindicadas por Kasantsev. Según sabemos en la década
de los 60’, Williamson estuvo en Japón, siendo en ese país donde tomó contacto
con estas figuras que más tarde asombrarían al mundo.
Estatuillas Dogu
Está probado que dos años después, en 1962, el
norteamericano envió fotografías e informes de sus observaciones al ruso, quién
ese momento ya era “consultor del programa espacial soviético”. Se dice que éste
contestó a su misiva diciéndole que las “fotografías eran muy interesantes”, a
las cuales catalogó de suma importancia. Para 1963 Kasantsev publica su famoso
ensayo sobre el misterio de las estatuillas Dogu, cuidándose muy bien de
mencionar a su misterioso benefactor, el cual como sabemos, fue eludido una vez
más en la redacción de los créditos.
¿Pudiera ser que la alegación de contactos con entidades
estelares por parte de Williamson, jugaran en contra del reconocimiento por parte
de sus pares? Sea cual fuera la razón, el mito de Maldek-Faetón-Tiamat
definitivamente no empezó con Sitchin, ni tampoco con Kasantsev, sino que nació
de la mente de un contactado, que en 1953 escribió "Other Tongues – Other Flesh".
Bibliografía:
Gris; Dick. Phaeton, el Planeta Desaparecido.
En:
Revista Planeta, ago-1979, nº 83
Martinelli,
Maurizio. George Hunt Williamson - Michael D’Obreno: The herald
of the encounter among Father and Sons. 2009.
Sitchin, Zecharia. El Doceavo Planeta, Barcelona: Obelisco, 1976.
Williamson, George Hunt. Other Tongues – Other Flesh, 1953
[i] “George Hunt Williamson,
1926-1986, conocido como uno de los primeros contactados en la naciente
ufología. Salido del riñón de George Adamsky, Williamson inició sus actividades
a través de la escritura automática y la ouija, medios de los cuales se valía,
para proclamar sus controvertidos mensajes, que decían los hermanos del espacio
le entregaban. Su camino sudamericano se cruzará a través de otra mística,
Sister Thedra, (Marion Dorothy Martin), de la cual tomará toda su producción
intelectual, la cual nunca le perdonará tamaña infidencia. Civilizaciones
desaparecidas, razas de gigantes, órdenes esotéricas secretas, son la base que
volcará en su trabajo, convirtiendo al Secreto de los Andes en un texto clásico
en su género. El currículum de Williamson, también conocido bajo el apelativo
de Michael D 'Obrenovic Obilic Von Lazar, cuenta además con algunos signos
oscuros, como su afiliación a los movimientos neonazis norteamericanos, asi
como el controvertido culto fundado por Guy Ballard, I’M (Yo Soy)”.
Faetón: el hijo del Sol
Cortometraje de animación de los estudios Soyuzmultfilm, 1972
Hola Débora, vivo en Coyhaique , en la Patagonia chilena, soy astrónomo aficionado desde hace 30 años y he estudiado a fondo el libro de Sitchin "El 12º Planeta", tanto en lo referente a la astronomía como en lo relacionado con la traducción e interpretación que Sitchin realizó de los escritos babilonios, akadios y sumerios, y su relación con la existencia de Nibiru,...pero sobre todo, con la persistente entrega de información de la llegada de este palneta al interior del Sistema Solar por parte de algunas personas, grupos, etc.
ResponderEliminarAstronómicamente, el libro muestra que Sitchin tiene falencias sustanciales en su conocimiento de la astronomía básica, en lo referente a la interpretación de los textos,...hay varias traducciones mal realizadas y lo que es peor, omitió parte de los textos para hacerlos encajar en su teoría.
Con respecto a la palabra nibiru, de origen acadio, no sumerio, esta palabra tiene el significado astronómico de "planeta", es decir, similar al vocablo griego que significa "errante", es decir, nibiru = el que cruza.
Los planetas exteriores conocidos para la época, Marte, Júpiter y Saturno, más Venus, tenían la denominación de nibiru, mercurio, como está siempre cercano al sol, no atraviesa el cielo, por lo que no recibió el apellido de nibiru.
En la actualidad, los defensores de la existencia de este planeta acercándose peligrosamente al sistema solar, basan la prueba de su existencia en la mal interpretación de trabajos científicos (por ejemplo los trabajos de Murray, Matese,Lykawka, Mukai, Iorio, etc).
Pruebas "fotográficas" de la presencia de dos soles (que sólo es el reflejo de la luz del Sol en el sistema óptico de camaras fotográficas y de video) y ahora último con el descubrimiento de cometas.
Resumiendo,...el Nibirú de Sitchin no existe
Saludos, buen blog
Francisco
Hola Francisco:
ResponderEliminarSaludo que un especialista en su campo, se haya tomado el trabajo de dejar este comentario, que para el caso significa un aporte inmenso. Innecesario agregar algo más a tus dichos, más que compartidos. La teoría de Sitchin, como bien decís, no resiste ningún análisis serio! Saludos desde el Obelisco, Débora!
No estaba enterado de la existencia de éste norteamericano y mucho menos de sus obras, lo cual me alegra enormemente el haber leído éste articulo y así en cierta forma reforzar mi opinión sobre Sitchin. Debo decir, para terminar, que tampoco estoy de acuerdo con las ideas de Hunt. Soy de la opinión de que el inicio de todo lo que conocemos es mucho más trascendental y hermético de lo que tan siquiera somos capaces de imaginar.
ResponderEliminarDébora, una delicia leerte, estoy re entusiasmado con tu blog..., me encanta leer todos tus escritos..., saludos
ResponderEliminarGracias Marc, se bienvenido nuevamente a este espacio, sentite en casa!
ResponderEliminarDebbie
Hola Débora,
ResponderEliminarGracias por esta investigación literaria que rescata del pasado a Hunt Williamson. Conozco bien la obra de Sitchin, no solo "el 12avo planeta" que no es precisamente su mejor investigación pero evidentemente la más popular y la que más éxito y críticas le ha legado.
He leido tu artículo y si bien reconozco algunas similitudes entre las ideas de Sitchin y las de Hunt, no me parece que exista evidencia suficiente para afirmar, con certeza, que Sitchin copió la idea de Nibiru o del planeta Marduk de la obra de Hunt.
Por otro lado, el primer comentario de este hilo afirma con certeza que Sitchin manipuló las traducciones de las tablillas de escritura cuneiforme y la interpretación de los sellos-cilindro para reforzar su teoría. Esto, una vez más, no se puede afirmar de manera tan oronda. La traducción de la escritura cuneiforme ha avanzado mucho desde la epoca de Samuel Noah Kramer, incluso existen un par de diccionarios, pero no es una ciencia exacta por más que el Sr. Michael Heiser y otros nos quieran hacer creer lo contrario.
El problema no solo es la traducción sino la interpretación que se hace de la traducción. Es muy arrogante creer que 5,000 años después podemos saber exactamente los significados que guardaba un símbolo en aquella época.
Tratar de darnos pues una cátedra sobre el verdadero significado de la palabra Nibiru en tres líneas, como un comentario de este hilo, es una empresa casi quijotesca o mejor dicho pintoresca. Esto requiere de muchas más consideraciones y no es un asunto tan simple.
Es lo que sucede con Egipto, hay que ser demasiado arrogantes para sostener, sin ninguna duda como la mayoría de egiptólogos convencionales, que sabemos casi todo de Egipto y que en Egipto, una civilización que duró más de tres mil años, no se desarrolló ningún tipo de tecnología o conocimiento que nosotros no hayamos desarrollado...por favor, yo les recomiendo que lean los trabajos de Schwaller de Lubicz sobre Egipto, para empezar.
Regresando a Sitchin, no creo que Nibiru aparezca en los próximos años, menos aún ahora, en el cielo terrestre. Este tipo de afirmaciones me parecen, y perdona la palabra, una reverenda estupidez que no tiene nada que ver con el trabajo de Sitchin. Si alguien cree que esta fiebre de Nibiru de los últimos años ha sido fomentada por Sitchin, esto es prueba contundente de que no conoce su obra y que, por decirlo de alguna manera, solo leyó el título.
Quizás Sitchin se equivocó en algunos postulados de su teoría, probablemente en los más conocidos, pero no en otros. Quizás sí existe un planeta que colisionó con algunos astros primigenios de nuestro Sistema Solar en un pasado remoto.
Muchas investigaciones tienen detalles que se pueden rescatar, aunque la premisa general suene un poco descabellada. Este el caso de Sitchin, existen muchos detalles y elementos dentro de su obra que abren ventanas a otras investigaciones.
Es lamentable que siempre se juzgue la obra de Sitchin a partir de una sola idea, el planeta Nibiru. La obra de Sitchin tiene momentos mucho más interesantes y con investigaciones más logradas. El trabajo de investigación y conocimiento de crónicas de la conquista que presenta Sitchin en el tercer libro de su serie "Crónicas de la Tierra" es digno de un gran historiador, al menos, en mi opinión.
Por último, no se trata de gritar, como muchas personas, falso o real. No es así. La vida está llena de grisuras, y depende de cada uno interpretar esos grises y, poco a poco, encontrar una verdad.
El mensaje de Sitchin es claro y el mismo lo dijo en una de sus últimas entrevistas: "La mitologia básicamente refleja un recuerdo de eventos pasados."
Saludos cordiales,
Alan Brain
Hola Alan:
ResponderEliminarCiertamente Sitchin no tiene toda la culpa de la fiebre Annunakis, incluso antes de fallecer renegó de sus "seguidores en la materia", no estaba de acuerdo como su tesis fue tratada, pero valga decirlo, dedicó toda una saga a la misma, por lo cual alimentó conscientemente, sean una realidad o no sus postulados, la idea de una Sumeria con orígenes Galácticos.
Una de sus grandes fuentes tuvo al Libro de Enoch como cabecera, texto, que pocos saben aparecen dentro de hallazgos del Mar Muerto, abandonando su condición de apócrifo para convertirse en un material de estudio. Hunt Williamson también bebió de las mismos escritas, que dieron vida a sus Vigilantes Caídos.
Volviendo a Sitchin, y esto lo digo con los conocimientos que me avalan en el terreno sudamericano, su fanatismo Annunaki llevó a planteamientos a mi entender ilógicos, como por ejemplo los trasmitidos en Los Reinos Perdidos, donde se enuncian las "supuestas colonias sumerias en América", con Tiahuanaco a la cabeza, sin mencionar a Fuente Magna y Monolito Pokotia, también como ejemplos en la materia, lo cual me recuerda a otro iluminado, Jacques de Mahieu, quién creyó ver vestigios vikingos en esta misma cultura, aunque luego se retractara.
Si tenemos que hablar de un legado de Sitchin, empezaremos por decir que se trata de una visión e interpretación muy personal, por cierto muy lejos de las publicadas por Samuel Noah Kramer en su fantástico trabajo, La Historia empieza en Sumeria, el cual conservo en mi biblioteca, y que irónicamente figura como parte de la bibliografía del Doceavo Planeta.
En cuanto a Schwaller de Lubicz, están más que leídos sus trabajos por mi parte, especialmente por el rescate que hace John Anthony West, en la Serpiente Celeste, que dedica todo su trabajo a indagar en los aportes del alsaciano. Pero eso da para otro debate.
Un abrazo y gracias por tus aportes
Débora
Hola Débora,
ResponderEliminarGracias por la atención y la respuesta a mi comentario. Evidentemente, no es Sitchin quien ha impulsado esta fiebre nibiriana del 2012. Quizás la inicio sin saberlo. Como bien dices, él mismo lo negó antes de morir.
Tu comentario sobre "los Reinos Perdidos" me parece interesante. No podemos afirmar que este libro prueba, sin dudas, que las civilizaciones americanas tuvieron un pasado sumerio o indoeuropeo. Pero, en mi opinión, "los Reinos Perdidos" presenta una serie de interrogantes sobre algunas de nuestras culturas americanas que aún no han sido respondidas debidamente y que Sitchin ha sabido hilvanar dentro de su teoría Anunnaki.
Algunos ejemplos que debes conocer bien, son por ejemplo:
- La similitud entre la iconografia Chavín y la maya y azteca.
- La similitud entre algunos detalles de la iconografía Olmeca (nombre advenedizo que se ha escogido para esta manifestación cultural) y la egipcia.
- El descubrimiento de Arthur Posnanky de unos clavos de oro y otras extrañas piezas en sus excavaciones en Tiahuanaco.
- La evidente diferencia entre dos tipos de construcciones atribuidas a los Incas. Como sucede en Egipto, en los incas tenemos dos tipos de construcciones que pertenecen a épocas distintas y que tienen niveles de acabado completamente distintos que no pueden explicarse como un caso de decadencia puesto que algunas de las más elaboradas son, al parecer, las más antiguas.
- La llegada de Naylamp a las costas del Perú, recogida en una crónica de la conquista y mencionada por Sitchin, es otro elemento importante. Los nombres de la comitiva de Naylamp son claramente mayas o aztecas.
- Las cabezas Olmecas que muestran, a todas luces, rostros africanos.
y muchos otros pequenos detalles que merecen ser explicados desde un punto de vista historico. Una vez mas, Sitchin puede estar equivocado en algunos de sus postulados pero en muchos esta muy cerca de la verdad.
Lo de la "Fuente Magna" es un debate abierto, existen quienes defiendes su autenticidad y quienes sostienen que es falsa. El caso del Monolito de Pokotia es más sólido y no parece ser una pieza falsa o alterada.
En mi opinion, existen varios indicios que indican que las civilizaciones antiguas de nuestro planeta han estado en contacto con seres de otro planeta o de otra dimension. Pero, es solo mi opinión.
Punto aparte, una pregunta, ¿qué piensas de las investigaciones de Lubicz?
A mi me costó mucho leerlo. Hace un año tuve la oportunidad de adquirir sus obras completas en inglés y luego de digerir la información me parece que Lubicz está muy cerca de la verdad en lo que se refiere a la cosmovisión egipcia y su implementación en el día a día. Lo de la antiguedad de la esfinge es aún un debate casi cerrado que ha terminado en una especie de empate pues las dos posiciones se presentan como validas. La teoria originaria de Lubicz, pero reforzada por Schoch cobra fuerza cuando se toma en cuenta que estas líneas de erosión que la lluvia "supuestamente" dejo en la piedra no solo se encuentran en la esfinge sino en otros lugares del valle de los faraones.
Sin embargo, dejando la esfinge de lado, los hallazgos de Lubicz me parecen sorprendentes.
Y bueno, aprovecho el contacto para contarte algo y para hacer una última pregunta. Te cuento que uno de los blogs que me inspiró a escribir, a crear un blog y a seguir investigando, fue el tuyo. Por eso, te doy las gracias.
La pregunta probablemente ya te la imaginas, ¿cuál es tu posición sobre la Cueva de los Tayos? o si prefieres no responder: ¿estamos cerca a la publicación de tu libro sobre este tema?
Un abrazo
Alan
Hola Debora,
ResponderEliminarPo cierto, leyendo un post anterior de este blog sobre los reptilianos y un relato que incluye la película de Subiela, "Hombre Mirando al Sudeste" encontré un comentario tuyo que dice:
"Pero la culpa de la visión reptiliana que tanto parece entusiasmar a cierto publico, se lo atribuyo en cierta medida al desaparecido investigador Zecharías Sitchin, que con sus Annunakis acuesta dejó un legado que contaminó bastante el ambiente."
Yo te quisiera preguntar en cual de sus libros Sitchin sostiene que los Anunnakis son reptilianos.
Yo creo haber leído todos y Sitchin no habla de reptilianos. Es más, en una entrevista entre David Icke y Sitchin, el mismo Sitchin le dice a Icke que "no existen rastros de una raza de serpientes en el mundo antiguo". Incluso, no conozco ninguna entrevista de Sitchin en la que hable de los reptilianos.
La teoría de los reptilianos es posterior a Sitchin y pertenece a David Icke y a otros como R.A. Boulay, quien hace la conexión Anunnaki-Reptilianos.
Saludos,
Alan
Saludos,
Alan
Nuevamente gracias por tu extenso comentario, y las inquietudes expresadas.
ResponderEliminarCon Sitchin, reconozco me pasa un sentimiento que va desde la admiración profunda, hacia la crítica más furibunda, aunque esto último puede ser interpretado como mi propia visión, que difiere de las emitidas por el israelí en sus famosas Crónicas.
Tomemos por ejemplo “Los Reinos Perdidos”, y que valga la aclaración, considero es un gran trabajo, pero claro cuando se trata de América y sus misterios, mis antenas se afilan, porque desgraciadamente conozco muy bien el tema, no en vano llevo dieciocho años recorriendo sus latitudes y sondeando sus enigmas arqueológicos.
Debo decir que mucha de mi posición actual en cuanto al continente sudamericano, viene de mi trabajo con los Tayos, y esto lo digo porque fue gracias a la labor de Juan Moricz, que puede ir atando acabos en cuanto a la verdadera importancia de las culturas que habitaron el continente antes de la llegada de la Conquista. Esa es la clave para comprender la confusión actual, saber que ocurrió antes de la presencia colonial, lo cual diré es una tarea que no resulta fácil de llevar adelante.
Y esto sucede porque desgraciadamente la “venida oficial hacia Amaraka-Patala”, más conocida como América, trajo como consecuencia la destrucción de muchísima documentación, así como el expolio arqueológico que aún continúa vigente, y demás bajezas que sería muy largo de enumerar. Como agregado, se procedió a la instalación de escuelas académicas norteamericanas y europeas, erigidas como autoridades mayores en cuanto a la historia pasada de América, designada con el apelativo poco felíz de “Nuevo Mundo”. Continúa
Más allá de mi panfleto americanista, que seguramente algunos deben pensar, estos sucesos gravitaron en forma alarmante en como procesar la historia americana, y la cual continúa como señalo, sin grandes cambios en la materia. O sea, siegue siendo tabú mencionar que en este continente se desarrollaron culturas originarias, y las cuales pudieron en su momento llevar su civilización hacia otros continentes. El mentado proceso inverso.
ResponderEliminarPor eso mismo cuando leo ciertos autores que se refieren a Amaraka, tratándola de hacer encajar en el paradigma histórico imperante, no puedo substraerme a cierta indignación, que atribuyo a este imperalismo cultural, que impide dar un paso en la búsqueda de respuestas más edificantes.
Se habla mucho que América es hija de otras civilizaciones más avanzadas, que incluso fuera objeto de visita en el pasado remoto, ante de la llegada oficial, así como de los contactos transoceánicos, y cierta globalización dentro del mismo continente, aunque aún esto dos últimos puntos siguen sin convencer a los estudiosos locales.
Sin embargo el gran problema perdura, puesto aunque se acepta a regañadientes que otros pueblos pudieron tener comunicación o visitar estas tierras en un pasado remoto, lo cual no entra en oposición a mis ideas todo lo contrario, se ponga el grito en el cielo cuando se dice que culturas americanas también siguieron el mismo proceso. Claro que las objeciones más escuchadas para aceptar esto último, sugieren cierto atraso, y falta de evidencias más concretas, especialmente educativas y tecnológicas, las cuales dicen escasean dentro del continente.
Voy a ir a un tema actual sobre este punto, que creo ejemplifica muy bien la situación que se vive en América. Tomemos el caso de los programas que emite History Channel, a través de la serie Ancient Alien. Si uno repasa los últimos capítulos de las temporadas anteriores e incluso de este año, veremos como el continente sudamericano sigue siendo uno de los escenarios elegidos más atractivos, a la hora de tratar de convencer a la audiencia de sus pretendidos “astronautas ancestrales”.
Ahora resulta que todos los monumentos americanos son producto de la cruza alienígena, lo cual ya resulta el colmo de la ofensa, negándose nuevamente a considerar si civilizaciones autóctonas pudieran realmente haber alcanzado cuotas más altas, que las certificadas por los manuales escolares. Irónicamente, el país madre del canal de cable dedicado a la historia “aceptada” es USA, nación, que como sabemos niega la presencia extraterrestre, así como la liberación de los archivos sobre el tema. Sitchin por ejemplo era miembro de Legendary Times, que tuvo sus raíces en las teorías de Daniken.
Voy a citar otro ejemplo. Cuando se transmitió el programa de los Tayos, mis ojos no daban crédito a las inexactitudes comunicadas, sin hablar de la omisión descarada del trabajo de Juan Moricz, que como sabemos tuvo enormes diferencias con uno de sus participantes, el hotelero suizo por todos conocidos. Incluso tuve un intercambio por este tema con el escocés Philips Coppens, quién claramente apoya la versión que antes de fallecer publicara Stanley Hall, durante su relación con la saga Tayos.
Por eso que mi posición claramente es cada vez más combativa cuando se trata de América, puesto no se puede continuar bajo la mirada de unos pocos, que intentan negar una realidad que ni por asomo es, como la quieren presentar al mundo. Continúa.
En cuanto a Fuente Magna, hablé antes de su fallecimiento con uno de los máximos representantes que participó en la difusión del descubrimiento, Freddy Arce Helguero, que me hizo llegar su trabajo, así como otros involucrados en la historia. Y la realidad es que la pieza no es falsa, ocurre que es tan revolucionaria en su concepción y son tanto los planteamientos escindidos con su hallazgo, que vuelve a poner en el tapete que ocurrió en el pasado de América. Por supuesto que la tesis de Sitchin al tratar nuevamente de “encajar” este descubrimiento mal comprendido, en su teoría, volvemos al punto cero donde la mirada europeísta copia a su hermana norteamericana, que no acepta la idea de una América distinta, a la descripta.
ResponderEliminarDurante mi último periplo andino en el 2010, pude observar la Fuente in si-tu, a pesar de que las autoridades bolivianas se molestaron por mis preguntas y fotografías, que en vano quisieron negar retratara …! Pero me salí con la mía y me hice con el material, lo mismo que en el caso del Monolito Pokotia. Y es que la comunidad arqueológica sudamericana está tan apegada a esos postulados, que sienten miedo de ir contra la corriente y empezar a aceptar lo inevitable, que en este continente valga la redundancia, existieron civilizaciones avanzada (no et) ignoradas por la ceguera oficial.
El caso Egipto, con de René Schwaller de Lubicz la cabeza, autor que conocí gracias a un libro de cabecera en mi Biblioteca, Los Libros Condenados, del gran Jacques Bergier, es otro paradigma que bien puede compararse con lo que sucede en América. Es claro que de Egipto no está todo dicho, y son muchas las formas de comprometerse en la decodificación de los enigmas que aún perduran en la tierra de los faraones. En lo personal adhiero a una visión esotérica para ahondar en ciertas materias, aunque claro es otro tema tabú y con inmensos detractores comenzando por la egiptología academicista que lo siente como una aberración, después de todo, dicen: “¿es que no está todo resuelto en el affaire Egipto? Siendo esa la posición dominante … Este año tuve oportunidad de entrevistar a Christopher Dunne, un impresionante ingeniero británico e investigador con más de treinta años en el estudio en los enigmas de Giza, el cual me dio la pauta, que aún tenemos mucho por delante. Te invito a leer la entrevista y verás.
Para cerrar este largo manifiesto, pero es que menos no te podía responder, sobre tu inquietud de los Tayos, sigo adelante aunque ahora con un silencio un poquito obligado sobre algunos puntos, debido a que creo en su momento hice mi aporte, asumiéndome como una de las personas responsable de sacar la pista argentina a la luz, que incluso contó con material encontrado en estas tierras que salieron del clóset después de cuarenta años. Como bien señalaste en tu sitio, es un tema que tiene muchas aristas, aunque no para quién te escribe. La verdad siempre es una.
Un gran abrazo
Débora
hola soy walter ariel steinle, hace 12 años que me facina la nueva era, cuantica,pranica ,etc comparto con vos. hurlingham,4459-1671y1534073112 llamame. waltersteinle2892@gmail.com..... esto es zona oeste del gran buenos aires. dejame tus datos
EliminarHola Débora,
ResponderEliminarTe agradezco de sobremanera la extensa, interesante y apasionada respuesta. Aunque no lo parezca, coincido contigo en la defensa de los logros de las culturas americanas precolombinas. Me parece que existe una gran posibilidad, de acuerdo a los indicios, de que hayan existido una serie de culturas anteriores a las culturas más conocidas de meso y Sudamérica que dejaron un legado de conocimientos que ha ido difuminándose en el tiempo.
Es cierto que el programa "Antiguos Alienígenas" sostiene que las culturas americanas, y prácticamente a las de todo el planeta, de haber sido influenciadas o visitadas por seres extraterrestres y eso es una exageración. Este programa sabe balancearse muy bien sobre la cuerda floja de la ambiguedad tergiversando y/o ocultando información como mejor le conviene.
Recuerdo el episodio de Alienígenas Ancestrales sobre la Cueva de los Tayos, coincido contigo, el primer error craso fue ignorar a Juan Moricz. No solo error sino falta de ética pues sin Moricz no hay Tayos, simple. Además, el resumen que hicieron del caso fue casi ridículo pues pasaron por alto decenas de detalles fundamentales que hacen que el caso de los Tayos sea más que interesante en muchas dimensiones no solo en lo que significa el hallazgo de la supuesta biblioteca metálica.
Por si te queda la duda, yo solo pretendo, en lo que se refiere a Sitchin, que su trabajo se comprenda en su verdadera dimensión y que no sea reducido a tres palabras: Nibiru, Anunnaki y 2012.
Yo siento gran admiración por el trabajo de Sitchin al haberse atrevido a profanar el paradigma histórico aunque por momentos preferiría que no hubiese abarcado tanto. Pero, claro, la pasión cobra caro y Zecharia parece haber sido un apasionado.
En la historia del Perú, como debes conocer bien, sucede lo que mencionas: los historiadores tienen que seguir el patrón establecido o pierden las becas de investigación, pierden sus puesto y son marginados sin miramientos....y vaya que la historia del Perú antiguo tiene deliciosos vacíos...
Espero que algún día nos regales esa investigación sobre los Tayos, lo espero con entusiasmo.
Bueno Débora, espero que este contacto sea el primero de muchos o, por lo menos, que no sea el último. Voy a leer la entrevista a Christopher Dunn, me interesa mucho su trabajo sobre lo que encierran las cámaras de la gran pirámide.
Un abrazo fuerte
Alan
Buen apunte Débora, muy pocos saben de los "Nibirus" que hubieron antes de Sitchin. Es interesante.
ResponderEliminarRespecto a Sitchin, creo que creer en sus interpretaciones, y aunque quizá en su día no lo fuera, es algo más cercano a la fe que otra cosa. Por mucho que supiera de sumerio y otras lenguas siempre ha echado mano de la cruda especulación para reconstruir los echos y, cuando uno tira tantas veces de la especulación es imposible no equivocarse. No es que yo lo diga, es pura estadística y probabilidad.
Aun así me gustaría apuntar que la misteriosa naturaleza de Nibiru todavía está lejos de ser completamente desvelada.
Para empezar, dos de sus grandes rasgos irrefutables que aparecen en el Enuma Elish y en el Mul Apin son que atraviesa el lugar de cruce (un punto situado sobre la eclíptica que estaría más o menos en cancer en la época en que se escribieron los textos http://en.wikipedia.org/wiki/Nibiru_(Babylonian_astronomy) y que apareció en el sur. Con lo cual tenemos un objeto de trayectoria cometaria y eso supone que no puede ser ninguno de los planetas que se conocian en la epoca (desde Mercurio a Saturno), por mucho que Mercurio y Júpiter aparezcan relacionados en algunas anotaciones astronómicas.
Entonces la solución pasa por que sea un cometa u otro tipo de cuerpo celeste como lo podría ser un planeta o algún otro astro desconocido.
Y bueno, con los datos de los sumerios en mano, de momento no se puede pasar de este punto de la controversia, le guste a quien le guste.
Entonces una duda que me asalta es... si fuera un cometa, que parece lo más lógico y no tengo nada contra ello... ¿por qué se habrían fijado en éste y no en otro, una civilización que estuvo escrutando los cielos durante tres milenios?¿qué tenía éste que no tenían los demás?
Yo creo que se puede decir tranquilamente que algo fuera de lo normal vieron los sumerios en el cielo como para darle tanta importancia y considerarlo la cosa más perfecta, la "obra del creador" según ellos (sólo lo apunto para que se vea la importancia que se le daba por ejemplo en el Enuma Elish, a mi lo que haga el creador me tiene sin cuidado).
Así pues, sea Nibiru un cometa o cualquier otra cosa, sólo hay una manera de saberlo, buscándolo y encontrándolo. Ojala se hiciera.
saludos y un fuerte abrazo
Hola Sam: gracias por tu valioso comentario.
ResponderEliminarTe cuento, me niego siquiera a utilizar Niburu como término, en el cual no creo.
Irónicamente en la última peli sobre Star Trek el inicio transcurre en ese planeta, lo cual llamó mi atención ¿guiño del imperio? Quién sabe. ...
Pero volviendo al tema, creo si en la existencia de Maldek, algo me dice que hubo algo aunque nos faltarían mayores evidencias. El futuro dirá.
Saluda
Débora
es verdad, me salí del tema... sorry
ResponderEliminarlo de Maldek me parece algo obvio; incluso me sorprende que no hayan más estudios científicos al respecto, pues seguramente se avanzaría en la reconstrucción de antiguos episodios del sistema solar y la evolución de este en el tiempo hasta llegar al presente, lo cual es algo que interesa mucho al mundo científico actual. En fin, me imagino que no se puede estudiar todo a la vez.
abrazotes