Acerca de la
Inteligencia
Oculta tras los Ovnis
Débora Goldstern
Muchas veces cuando se me inquiere cual es la opinión
observada acerca del tema ovni, respondo, que considero al ovni como un
fenómeno encarnado por una inteligencia, vinculada estrechamente al hombre del
cual creo se retroalimenta.
Por supuesto que esta tesis no es compartida por muchos
investigadores, quiénes postulan a la incógnita ufo, como un factor exclusivo y
de índole extraterrestre, donde visitantes estelares incursionan de vez en
cuando en nuestro planeta.
Pero como digo, no todos aceptamos la versión “hermanos del
espacio”, de la cual sostengo, no soy partícipe. Estoy muy lejos de comulgar con la “versión estelar”.
Desde Crónica Subterránea siempre emitimos un camino donde
el esoterismo, es una de las vías elegidas, que creemos puede ayudar a
encontrar respuestas, sobre el real significado de la presencia ovni en la
Tierra.
Como ejemplo de esta opción, tenemos el espiritismo, asunto
denostado y rechazado por muchos estudiosos que no admiten la posibilidad de
semejanza entre ambos fenómenos.
Sin embargo, algunos autores se atrevieron a pensar esta posibilidad,
legando algunos aportes más que interesantes, sobre esta realidad impensada
para muchos.
Uno de esos trabajos corresponde a un investigador y
científico argentino, Cándido Victor del Prado, mejor conocido como Elanio.
Veamos.
¿Qué materialidad
tienen los ovnis?
Es difícil determinar. Dejan huellas sobre la tierra que
permite suponer el peso de una estructura física. Son fotografiados y
detectados por el radar y el sonar, lo que señala consistencia y emiten luces
que impresionan nuestra retina. Se presentan de improviso, como surgidos de la
nada y se esfuman de la misma forma. En el año 1945, un bombardero americano
B-29 fue perseguido por una de esas misteriosas bolas de fuego, que los pilotos
ingleses, durante la Segunda Guerra Mundial, denominaban foo fighter. El piloto
maniobró para evitar la colisión, pero no pudo impedir que se precipitara sobre
su avión. Lo sorprendente fue que nada sucedió, pues la bola atravesó el
fuselaje y luego desapareció. La tripulación pudo verificar que ese fuego no
tenía consistencia material y que sus afluvios no quemaban. Otros testigos
indican que era posible ver las estrellas a través de ovnis visualizados, hecho
que pudo ser verificado por este autor durante el avistamiento de Chosica,
Perú.
Todo hace suponer que su materialidad, es condición
graduable determinada por posibilidades físicas del ambiente en que desean
manifestarse. Tal como acontece con los fantasmas. Se ha señalado insistentemente
las dificultades para observar una entidad fantasmal total. Generalmente, es
solamente una nube vaporosa que intenta adquirir forma y sólo aparece una mano,
un rostro o líneas imprecisas de una figura humana. Su materialidad, como
sucede a veces con los ovnis, es débil, ya que se puede ver a través de sus
formas los objetos”.
La Energía Vital
Universal
Para que sea posible la comunicación entre mundos,
bloqueados por sus diferentes estructuras físicas, es necesario admitir alguna
forma de energía (de alguna manera hay que definirla), común para todas las
creaciones por igual.
Ella es la Energía Vital Universal, que cubre todos los
espacios conocidos y desconocidos, de la obra de Dios. Fuerza inteligente, o
que responde plásticamente a las voluntades inteligentes, fue siempre concebida
y designada en muchas formas (Prana, Mana Telesma, etc.). La Ciencia no cree en
ella, pero su existencia es un imperativo deducible del mundo de la vida, que
indica un principio poderoso y mágico.
Los extraterrestres la utilizarían indirectamente provocando
a través de nuestro psiquismo toda suerte de fenómenos extraños. Esta idea nos
predispone a aceptar en conjunto los testimonios de ovnis y fantasmas, sin
pronunciarnos sobre ningún caso en particular, valen por su repetición y
coincidencia en la historia.
La vertiginosa difusión de las prácticas espiritistas, tuvo
la virtud de llamar la atención del mundo científico, hacia un campo de estudio
cuidadosamente evitado. La metapsíquica del siglo pasado, donde tantos y tan
grandes científicos tuvieron conocimiento de la existencia de la energía
ectoplasmática, afectó arraigados conceptos filosóficos, religiosos, e hizo
tambalear la solidez de muchas leyes físicas. Porque el ectoplasma, esa
indefinible energía que parece emanar del cuerpo humano, no pertenece ni está
registrada en el contexto científico, pero posible o imposible, existe y hay
pruebas de ellos.
Capaz de plasmar una mano, un rostro, o modelar una criatura
viviente, representa la modalidad a nivel terrestre, de la Energía Vital Universal.
Freiherr von Schrenck Notzing, como investigador y testigo la describe así:
El proceso elemental, el primero que se presenta ante el
observador, es la aparición de una materia móvil junto al cuerpo del médium, el
estado de la evolución teleplástica. En un comienzo aparece ese fenómeno visto
ópticamente, difuso, en forma de nubes o también similar a formaciones de fino
humo de color blanco gris. Si su formación básica es realmente gaseosa (como lo
supone Crawford) o solamente lo parece, no está aclarado, ya que las
impresiones ópticas obtenidas por fijación a la luz roja ofrecen débiles
imágenes de los objetos reales … En su desarrollo más avanzado se obtiene la
impresión de tejidos orgánicos, compactos o conglomerados que a través de todo
el período de observación conservan en rasgos generales su diseño básico … Todos
los observadores que como el autor, tuvieron en su mano esa materia, la
describen como algo fresco, mucoso, pegajoso, y relativamente pesado, como si
se tratara de tejidos orgánicos y además como algo que tiene movimientos
propios. La sensación producida por esa materia en la palma de la mano es
comparable a la que puede producir un reptil vivo”.
A la Energía Vital Universal, de proteiforme inspiración,
capaz de revelarse con sutiles diferencias, los modernos parapsicólogos la
llaman energía PSI, pero todo es lo mismo, no quepa la menor duda. Wilbur
Franklin, físico de la Universidad de Kent, refiriéndose a la fuerza PSI,
expresa muy bien:
Pero seamos sinceros, no sabemos que es ni de dónde viene.
Tan solo sabemos lo que no es. No hablamos de una fuerza del mimo modo que la
física alude a las fuerzas, sino de algún tipo de influencia. Tengo la certeza
que no es de índole electromagnética, nuclear, ni gravitacional. Es algo nuevo,
algo excitante, algo que excede y supera todo lo que la física ha llegado
realmente a saber”.
… W.J. Crawford, profesor universitario de Belfast,
Inglaterra, realizó fundamentales estudios sobre el “que una inteligencia operadora”.
ectoplasma y las
estructuras que adquiere al desplazarse para producir movimientos en los
objetos cercanos. Crawford observó la producción de una materia blancuzca,
transparente y nebulosa (ectoplasma) brotando de los dotados que adoptaba
formas rígidas, como varas con las cuales se movían las cosas cercanas. Esa
materia según él, no es el único componente, hay otro factor que parece
encontrarse fuera de toda captación sensorial y que no sería otro
Crawford señala los grandes obstáculos que se interpusieron
en su camino, dificultando la solución del misterio de las estructuras
psíquicas. Sus descubrimientos, publicados en 1920, señalan una etapa decisiva
para el conocimiento científico sobre la más enigmática y maravillosa materia
universal. Continuó sus estudios y por algunos artículos fragmentados
aparecidos después de su muerte (Agosto de 1920), había llegado a una conclusión
casi definitiva en cuanto a la naturaleza y procedencia del ectoplasma, o
exoplama, como él lo llamaba. Creo que su descubrimiento lo perdió.
Crawford, según sus propias declaraciones, era dirigido en
toda sus experiencias por “operadores invisibles”, que le indicaban y
autorizaba las pruebas a realizar. De su existencia no tenía dudas, por lo que
cumplía sus instrucciones que eran recibidas por clave de golpes sobre una mesa
… “
Crawford, en 1920, se suicida, poniendo fin en forma
inexplicable a sus brillantes investigaciones”.
Casi para la misma época (1924) Gustav Geley, médico,
Presidente del Instituto Metapsichque International y uno de los más destacados
metapsiquistas que han existido, fallece en un extraño accidente de aviación.
Había concurrido a sesiones de materialización con Frank Kluski en Varsovia, y
de regreso a París ocurre el fatal hecho. Retirado Geley de entre los restos
del aparato, aún aprisionaba entre sus manos una pequeña valija que contenía
moldes ectoplasmáticos logrados durante esas sesiones con Kluski, material al
cual él debió asignar gran valor. Ni aún la cercanía de la muerte lo decidió a
abandonarlo. Lamentablemente todo quedó hecho trizas por el impacto de la
caída.
Con los ovnis sucedieron hechos parecidos. Suicidios
imprevistos de desatacados investigadores, entre ellos Maurice Jessup y el
físico James Mc Donald. Lo sugestivo es que la trágica determinación siempre
ocurre en momentos claves, cuando los investigadores parecen haber alcanzado
una comprensión definitiva sobre el problema paranormal o extraterrestre, poseen
una prueba firme, o han efectuado un descubrimiento importante.
¿Conectó el Prana o Mana con la energía emocional o Loosh? Robert Monroe le puede propocionar algunas pistas sobre qué pueden estar buscando estas entidades exógenas inteligentes, basadas tal vez en la materialidad del plasma.
ResponderEliminarA Jessup lo mataron...
ResponderEliminarLo inquietante de todo ésto es que muchos pagan con su vida. Incluso a Blavatsky también la intentaron asesinar.No conocia a éste investigador y me parece que conecto totalmente con su análisis.Habrá que buscar sus trabajos publicados.Gracias Crónica.
ResponderEliminarAndoni:
ResponderEliminarTe recomiendo este autor, vale la pena, no te decepcionará su trabajo. Un abrazo, Débora