OVNIS EN ESPAÑA
¿INTERVENCIÓN SILENCIOSA?
¿INTERVENCIÓN SILENCIOSA?
Débora Goldstern©
Hace pocas semanas el investigador Juan José Benítez[1], realizó una fuerte denuncia en contra de la “Desclasificación de Expedientes Ovnis del Ejército del Aire” desarrollada en España durante los años 90’ al señalar, que en realidad se trato de una puesta en escena tendiente a desprestigiar el asunto ovni ante la opinión pública.
Recordemos que la Desclasificación tuvo lugar entre los años 1992 y 1996. Aunque el objetivo de este trabajo no es profundizar en este punto en particular, su importancia no resulta ajena ante los hechos que se van a presentar, porque veremos como la negativa oficial ante un fenómeno que hace más de sesenta años desafía toda lógica posible, solo acrecienta confusión y desolación, sobre todo entre los infortunados testigos que tienen la desgracia de presenciar aeronaves desconocidas en los cielos, así como de sus misteriosos ocupantes, eternos postergados que padecen la sordera gubernamental.
Nuestra historia se inicia en 1996. Antes de adentrarnos en aquellos sucesos, se hace necesario repasar algunos hitos que hicieron de 1996 un año inolvidable en materia ufológica, por la gran cantidad de avistamientos registrados. Se habló de una verdadera oleada, y no faltaron razones para este pronunciamiento, considerando la infinidad de casos que se produjeron en toda la Península Ibérica.
De entre todos los archivos acumulados, se destaca un expediente que obtuvo gran repercusión, y dio la vuelta al mundo en su momento. Hablamos del “Ovni de Los Villares”.
Según las crónicas de la época, un campesino jubilado y poco instruido, Dionisio Avila de 66 años, fue testigo de un encuentro sorprendente. De su relato se desprende que la mañana del 16 de Julio de 1996 salió a realizar su caminata matinal por los alrededores del pueblo, junto a su perra Linda cuando divisó un extraño objeto que parecía flotar en el aire. Lo describió como “circular, de unos tres metros de diámetro, parecido a una media naranja y con una especie de cúpula en lo alto”. Mencionó que el objeto brillaba como si fuera de cristal, y distinguió seis “ventanas redondas y oscuras”, semejantes a los ojos de buey, “tres de un lado y el resto al otro”. Aunque estuvo a medio metro del aparato, Dionisio no se atrevió a tocarlo. El campesino pudo observar ciertos signos, tres en total: palo vertical, un cero y otro palo vertical, que según dijo “se encontraban en uno de los costados de la cúpula, entre los dos grupos de ventanas”.
Pero la observación no se limitó al aparato, ya que Dionisio contempló la aparición de tres Humanoides. “No sé de dónde salieron ni cómo llegaron. Sencillamente, al volverme, aparecieron frente al cacharro. Y me miraron. Eran tres. Dos mujeres y un hombre. Tendrían 1,70 metros, poco más o menos. Vestían unos buzos ajustados y resplandecientes”. // “Estaban alineados casi no se movían. Y no me quitaban ojo”.// ”Tenían las cabezas peladas y los ojos rasgados, como los indios esos del Perú. El resto salvo la boca era normal, no ví labios pero eran preciosos”. “Sin mediar palabra, una de las dos mujeres alzó las manos mostrándoles las palmas, mientras que su compañera se hallaba un poco más atrás señalaba con la mano derecha a nuestro sorprendido testigo. El único hombre del grupo se giró a un lado, como para inclinarse, y pareció desaparecer durante algunos instantes. Entonces, en esos preciados momentos, sin que Dionisio sepa a ciencia cierta de donde provino, un pequeño, pero potente, haz de luz surgió hacia él y dejó tras una momentánea luminosidad varias piedras (7 según algunas fuentes) a sus pies. Cuando nuestro testigo levantó la vista ni el objeto ni los tres compañeros se hallaban en el lugar. Simplemente se habían esfumado misteriosamente. Y allí y atónito y fascinado nuestro testigo recogió varias piedras”, una de las cuales llevaba grabado los mismos símbolos que Dionisio contempló en la nave.
De más está decir que este caso captó la atención de muchos investigadores, que se apersonaron hasta aquellos parajes solitarios para indagar sobre la extraña experiencia vivida por Dionisio Avila. Nombres como Iker Jiménez y Juanjo Benítez, son solo algunos integrantes de una larga lista de interesados en los avistamientos del villarense, que desde ya decimos no fue el único. En la actualidad quién continúa la tarea es José Antonio Caravaca.
Ovnis y Humanoides es una ecuación muy difícil de conjugar, y se supone que ante una manifestación tan espectacular como la producida en los Villares, poco se podría agregar a la causística hispana de aquel atípico 1996. Pero el destino tenía reservado una sorpresa en nuestro camino, que ahora vamos a compartir, donde veremos cuan solos estamos ante una realidad cada día más sorprendente, como es la temática ovni, que parece guiarse por leyes desconocidas para nosotros los humanos.
Nuevamente debemos remitir la atención a 1996, corriendo la fecha calendario a Noviembre para ser más exactos, cuatro mese después de los sucesos de los Villares. Los datos que ahora trascribiré llegaron a mis manos a través de una confidencia de la cual fuera objeto por un testigo, quién denominaremos “M”, y que solicitó como única condición para brindar su testimonio, permanecer en el anonimato.
Este es su relato:
“Mis experiencias ovnis comenzaron a priori allá por el año 1996 –noviembre-cuando me topé de frente con un disco metálico que se desmaterializó en mis propios ojos. Esto ocurrió un domingo a las 16:30 horas a pleno sol; pude comprobar atónito como los rayos de éste salían desprendidos de él.[2] Impresionado por lo que vi ese domingo en un pueblo al sur de Madrid, no dejé de darle vueltas y más vueltas durantes esos días.
Es cierto que antes de ver ese extraño aparato, con esa capacidad de desmaterialización que hoy por hoy nuestra tecnología ni siquiera sueña, yo tenía inquietudes por la vida fuera de la Tierra. A los dos días de la experiencia con ese disco metálico me desplacé a la misma zona para ver si de nuevo tenía la misma suerte. Y, como si alguien hubiera captado mis deseos, de nuevo tuve la oportunidad de observar el mismo objeto a unos 250 m de mí y a pocos más ciento y poco metros de altitud. Por supuesto que no tengo absolutamente ninguna duda de lo que ví … Nunca lo olvidaré …
Por esas fechas alguien me habló de un tal J.J Benítez que yo ni conocía. Compré el libro que me recomendaron -Caballo de Troya I- y otro de investigación ovnis con aportes sobre todo fotográficos, para contrastar lo que yo había visto en ese noviembre de 1996...”
Siete años después de su experiencia, “M” continúa buscando respuestas ante lo ocurrido, por lo cual se decide a contactar a Benítez, que justo por esos días estrena la serie Planeta Encantado que comienza a trasmitirse en octubre del 2003.
Antes de proseguir con este impresionante relato, propongo tomarnos un respiro, no sin antes regresar a 1996.
Cuando iniciamos nuestro artículo, expusimos que en aquel año se finalizó con la desclasificación ovni, aunque muy lejos se estaba de cerrar el capítulo ufológico en España, teniendo en cuenta los casos que se sucedían por todo el país. A fin de concientizar al lector sobre la importancia que representó 1996 en nuestra historia, preparamos un cronograma de eventos para ayudar a entender algunos de los hechos citados, aparentemente desconectados unos de otros, pero no por eso menos relacionados.
· Desclasificación de Expedientes Ovnis
· Oleada de objetos no identificados por toda la Península
· Al-Qaeda decreta la Yihad (guerra santa) contra los Estados Unidos
Analicemos punto por punto
Hace pocas semanas el investigador Juan José Benítez[1], realizó una fuerte denuncia en contra de la “Desclasificación de Expedientes Ovnis del Ejército del Aire” desarrollada en España durante los años 90’ al señalar, que en realidad se trato de una puesta en escena tendiente a desprestigiar el asunto ovni ante la opinión pública.
Recordemos que la Desclasificación tuvo lugar entre los años 1992 y 1996. Aunque el objetivo de este trabajo no es profundizar en este punto en particular, su importancia no resulta ajena ante los hechos que se van a presentar, porque veremos como la negativa oficial ante un fenómeno que hace más de sesenta años desafía toda lógica posible, solo acrecienta confusión y desolación, sobre todo entre los infortunados testigos que tienen la desgracia de presenciar aeronaves desconocidas en los cielos, así como de sus misteriosos ocupantes, eternos postergados que padecen la sordera gubernamental.
Nuestra historia se inicia en 1996. Antes de adentrarnos en aquellos sucesos, se hace necesario repasar algunos hitos que hicieron de 1996 un año inolvidable en materia ufológica, por la gran cantidad de avistamientos registrados. Se habló de una verdadera oleada, y no faltaron razones para este pronunciamiento, considerando la infinidad de casos que se produjeron en toda la Península Ibérica.
De entre todos los archivos acumulados, se destaca un expediente que obtuvo gran repercusión, y dio la vuelta al mundo en su momento. Hablamos del “Ovni de Los Villares”.
Según las crónicas de la época, un campesino jubilado y poco instruido, Dionisio Avila de 66 años, fue testigo de un encuentro sorprendente. De su relato se desprende que la mañana del 16 de Julio de 1996 salió a realizar su caminata matinal por los alrededores del pueblo, junto a su perra Linda cuando divisó un extraño objeto que parecía flotar en el aire. Lo describió como “circular, de unos tres metros de diámetro, parecido a una media naranja y con una especie de cúpula en lo alto”. Mencionó que el objeto brillaba como si fuera de cristal, y distinguió seis “ventanas redondas y oscuras”, semejantes a los ojos de buey, “tres de un lado y el resto al otro”. Aunque estuvo a medio metro del aparato, Dionisio no se atrevió a tocarlo. El campesino pudo observar ciertos signos, tres en total: palo vertical, un cero y otro palo vertical, que según dijo “se encontraban en uno de los costados de la cúpula, entre los dos grupos de ventanas”.
Pero la observación no se limitó al aparato, ya que Dionisio contempló la aparición de tres Humanoides. “No sé de dónde salieron ni cómo llegaron. Sencillamente, al volverme, aparecieron frente al cacharro. Y me miraron. Eran tres. Dos mujeres y un hombre. Tendrían 1,70 metros, poco más o menos. Vestían unos buzos ajustados y resplandecientes”. // “Estaban alineados casi no se movían. Y no me quitaban ojo”.// ”Tenían las cabezas peladas y los ojos rasgados, como los indios esos del Perú. El resto salvo la boca era normal, no ví labios pero eran preciosos”. “Sin mediar palabra, una de las dos mujeres alzó las manos mostrándoles las palmas, mientras que su compañera se hallaba un poco más atrás señalaba con la mano derecha a nuestro sorprendido testigo. El único hombre del grupo se giró a un lado, como para inclinarse, y pareció desaparecer durante algunos instantes. Entonces, en esos preciados momentos, sin que Dionisio sepa a ciencia cierta de donde provino, un pequeño, pero potente, haz de luz surgió hacia él y dejó tras una momentánea luminosidad varias piedras (7 según algunas fuentes) a sus pies. Cuando nuestro testigo levantó la vista ni el objeto ni los tres compañeros se hallaban en el lugar. Simplemente se habían esfumado misteriosamente. Y allí y atónito y fascinado nuestro testigo recogió varias piedras”, una de las cuales llevaba grabado los mismos símbolos que Dionisio contempló en la nave.
De más está decir que este caso captó la atención de muchos investigadores, que se apersonaron hasta aquellos parajes solitarios para indagar sobre la extraña experiencia vivida por Dionisio Avila. Nombres como Iker Jiménez y Juanjo Benítez, son solo algunos integrantes de una larga lista de interesados en los avistamientos del villarense, que desde ya decimos no fue el único. En la actualidad quién continúa la tarea es José Antonio Caravaca.
Ovnis y Humanoides es una ecuación muy difícil de conjugar, y se supone que ante una manifestación tan espectacular como la producida en los Villares, poco se podría agregar a la causística hispana de aquel atípico 1996. Pero el destino tenía reservado una sorpresa en nuestro camino, que ahora vamos a compartir, donde veremos cuan solos estamos ante una realidad cada día más sorprendente, como es la temática ovni, que parece guiarse por leyes desconocidas para nosotros los humanos.
Nuevamente debemos remitir la atención a 1996, corriendo la fecha calendario a Noviembre para ser más exactos, cuatro mese después de los sucesos de los Villares. Los datos que ahora trascribiré llegaron a mis manos a través de una confidencia de la cual fuera objeto por un testigo, quién denominaremos “M”, y que solicitó como única condición para brindar su testimonio, permanecer en el anonimato.
Este es su relato:
“Mis experiencias ovnis comenzaron a priori allá por el año 1996 –noviembre-cuando me topé de frente con un disco metálico que se desmaterializó en mis propios ojos. Esto ocurrió un domingo a las 16:30 horas a pleno sol; pude comprobar atónito como los rayos de éste salían desprendidos de él.[2] Impresionado por lo que vi ese domingo en un pueblo al sur de Madrid, no dejé de darle vueltas y más vueltas durantes esos días.
Es cierto que antes de ver ese extraño aparato, con esa capacidad de desmaterialización que hoy por hoy nuestra tecnología ni siquiera sueña, yo tenía inquietudes por la vida fuera de la Tierra. A los dos días de la experiencia con ese disco metálico me desplacé a la misma zona para ver si de nuevo tenía la misma suerte. Y, como si alguien hubiera captado mis deseos, de nuevo tuve la oportunidad de observar el mismo objeto a unos 250 m de mí y a pocos más ciento y poco metros de altitud. Por supuesto que no tengo absolutamente ninguna duda de lo que ví … Nunca lo olvidaré …
Por esas fechas alguien me habló de un tal J.J Benítez que yo ni conocía. Compré el libro que me recomendaron -Caballo de Troya I- y otro de investigación ovnis con aportes sobre todo fotográficos, para contrastar lo que yo había visto en ese noviembre de 1996...”
Siete años después de su experiencia, “M” continúa buscando respuestas ante lo ocurrido, por lo cual se decide a contactar a Benítez, que justo por esos días estrena la serie Planeta Encantado que comienza a trasmitirse en octubre del 2003.
Antes de proseguir con este impresionante relato, propongo tomarnos un respiro, no sin antes regresar a 1996.
Cuando iniciamos nuestro artículo, expusimos que en aquel año se finalizó con la desclasificación ovni, aunque muy lejos se estaba de cerrar el capítulo ufológico en España, teniendo en cuenta los casos que se sucedían por todo el país. A fin de concientizar al lector sobre la importancia que representó 1996 en nuestra historia, preparamos un cronograma de eventos para ayudar a entender algunos de los hechos citados, aparentemente desconectados unos de otros, pero no por eso menos relacionados.
· Desclasificación de Expedientes Ovnis
· Oleada de objetos no identificados por toda la Península
· Al-Qaeda decreta la Yihad (guerra santa) contra los Estados Unidos
Analicemos punto por punto
Para hablar de la Desclasificación llevada a cabo por el Ejército del Aire Español, haría falta un artículo completo dedicado al tema. No es esta nuestra misión como ya anunciamos desde un comienzo, pero si se hace necesario poner en relieve ciertos detalles de esta historia, que marcó un antes y después en el tratamiento del fenómeno ovni dentro de la Península, y sentó además, importantes precedentes futuros. Todo se inicia con la publicación “Ovnis: Documentos Oficiales del Gobierno Español” (1977). El libro es fruto de las intensas gestiones llevadas a cabo por Juan José Benítez, que fue uno de los primeros investigadores a quién se le facilitó documentación oficial, en base a 12 expedientes liberados, conseguidos gracias a los oficios del teniente General Don Felipe Galarza, por ese entonces general –jefe del Estado Mayor del Aire.
Una vez que la información ganó la calle, los militares se vieron desbordados de solicitudes para seguir desclasificando expedientes, situación que asustó a los altos mandos castrenses, quién decidieron poner fin a la reciente apertura practicada. Otro factor que influyó en la decisión, fue que el libro de Benítez alimentaba la vertiente extraterrestre, visión que los militares no estaban dispuestos a consentir. El 3 de Marzo de 1979 la documentación ovni pasó a un cuarto intermedio, declarándose materia reservada. La faja de seguridad sólo se rompería diez años después.
En 1992 se decidió comenzar con un nuevo proceso de desclasificación, donde la improvisación y buena voluntad fue dejada de lado, pasándose a una metodología rígida y controlada, para no dejar nada librado al azar, y así evitar filtraciones molestas. Esta vez el divulgador elegido fue Vicente Juan Ballester Olmos[3]. Quizás como una forma de enviar un mensaje a la sociedad sobre como debería tratarse en el futuro el tema ovni, los militares se inclinaron por un hombre que practicaba la ufología racionalista, casi escéptica, y que no dudaba en decir que: “el Ejército del Aire por fin se ha dado cuenta que las características del tema ovni son más sociológicas que aeronáuticas y que no suponen ningún riesgo para la Seguridad Nacional”, afirmación que en su realidad, estaba en las antípodas del verdadero pensamiento cultivado por la mayoría de la oficialidad. Las diferencias con su “molesto antecesor” eran evidentes.
Ballester Olmos por otra parte, estaba sindicado como un colaborador de los Servicios de Inteligencia.[4] Teniendo en cuenta este escenario, los riesgos de alguna sorpresa en el terreno eran mínimos, por no decir inexistente. Y así fue. Ballester Olmos recibió 83 archivos sobre casos ocurridos entre 1962 y 1995. Según declaró “el Ejército del Aire solo investigó muy someramente la fenomenología ovni entre 1968 y 1980”. Claro que esta aparente desatención contradecía la forma de los militares de presentar el tema ovni en sociedad, donde éste se erigía como un factor desestabilizador, que amenazaba la “seguridad nacional”. [5]
Cuatro años más tarde la lógica estadística del investigador valenciano, arrojaba los siguientes resultados: “de los ciento veintidós avistamientos, noventa y siete –el 80 por 100- están explicados. Dieciséis -13 por 100 –se encuentran en la categoría de información insuficiente, aquellos en los que la información es tan pobre que no podemos certificar si es un error, un eco falso o una nave. Existen por último nueve casos que incluimos dentro de la categoría de no identificados. Casos con información suficiente a los que se ha podido atribuir una explicación racional. No obstante, en siete de ellos intuimos un motivo, pero no podemos lograr documentarlo suficientemente”. Para Ballester Olmos la mayoría de los casos registrados son producto de una mala percepción visual. Así muchas de las confusiones se deben a al planeta Venus, uno de los errores más comunes, “y a otros fenómenos astronómicos como meteoros, planetas o la Luna”.
Sugiere además “que el factor psicológico es determinante en un 14 por 100 de los casos, fraudes productos de invenciones y fabulaciones más o menos fantasiosas. Una pequeña proporción, el 4 por 100, responde a causas meteorológicos como reflejos y nubes lenticulares. La última categoría es una miscelánea donde caben casos de falsos ecos de radar, luces de refinerías, fuegos artificiales, etc.”. De toda esta lista solo dos casos merecieron la categoría de X, y que se registraron en 1978.[6]
El Ejército del Aire podía respirar tranquilo. De un plumazo el factor ovni como desestabilizador de la seguridad nacional, se transformaba por obra y gracias de Ballester Olmos, en un fenómeno que en su mayoría era producido por una deficiencia en la observación celeste, donde testigos malintencionados y con hambre de fama, manipulaban información en búsqueda de rédito instantáneo. El enemigo ya no es el objeto desconocido, sino el testigo, con él hay que ensañarse. Esa era la conclusión de quién se ufanaba de haber convencido a los militares a través de este simple razonamiento: “la documentación ovni no es información militar, son datos de tipo naturalista, insustanciales en muchas ocasiones, que deben estar en manos de los investigadores”. En noviembre de 1996, el capítulo desclasificación fase dos quedaba definitivamente cerrado.[7]
Este posicionamiento militar dejaba a un costado cualquier entendimiento entre civiles y autoridades encargadas de la vigilancia nacional, cuyos cielos eran invadidos casi a diario por estas astronaves enigmáticas. De aquí en adelante quién se atreviera a romper el cerco e hiciera pública su experiencia, se granjeaba la animosidad y desconfianza, quedaba avisado. Y ya sabemos que lo peor para una reputación, es el descrédito.
Pero los ovnis no daban tregua, y durante 1996 sus incursiones continuaban violando los espacios aéreos españoles con la mayor impunidad, que durante ese período alcanzó un récord histórico. Fue bautizado como la “Gran Oleada Gallega”.[8]
En realidad la silenciosa invasión se remonta a diciembre de 1995, incrementando su actividad en los meses siguientes. Uno de los casos que más comentarios suscitó en los medios, se registró, ¡oh casualidad!, en una Base Militar, situada en el Monte Campelo (Sobrado, Lugo). El incidente se desarrolló el siete de marzo de 1996. “A la una de la madrugada varios soldados de guardia divisaron cuatro enormes bolas luminosas que se movían erráticamente alrededor de una antena de comunicaciones de gran envergadura.
En seguida avisaron al teniente de guardia, que se puso en contacto con el mando de la base: un capitán que en ese momento no se encontraba en el acuartelamiento. Según Manuel M., uno de los destacados militares destacados en la base … los ovnis permanecieron un cuarto de hora sobre la antena, hasta que se unieron en un solo objeto, que voló hasta la localidad coruñesa de As Pontes de García Rodríguez”.[9]
Uno de los investigadores que más estudió los sucesos de aquel año fue Manuel Carballal, que realizó trabajos estadísticos de los casos, en colaboración con el Grupo Fénix. La recogida de datos arrojó algunos detalles sorprendentes donde se sugirió: “que los ovnis avistados en Galicia durante la oleada, fuese cual fuese su naturaleza, se movían por las zonas GAPS de sombra de radar. Es decir, intentaban burlar los radares del Escuadrón de Vigilancia Aérea 10, con base en Barbanza”.[10]
Humanoides como el de los Villares, desmaterialización de objeto narrados por nuestro testigo “M”, así como los avistamientos en instalaciones militares, son solo algunos de los testimonios recogidos, de los cientos de casos producidos durante todo 1996. ¿Pero cual es el fin de estas manifestaciones? Más allá de representar un desafío al cerco gubernamental ¿Hay un objetivo oculto que no somos capaces de ver?
En el medio de este proceso incomprensible, que tenía a gran parte de la ciudadanía española escudriñando los cielos en busca de respuestas, se produjo un hecho que en su momento pasó casi desapercibido, la Red Al-Qaeda da comienzo a la Yihad (guerra santa) contra los Estados Unidos.[11]
Aunque las huellas de Al-Qaeda se advierten tras los atentados del World Trade Center (New York, 1993), es con el asesinato de 19 soldados norteamericanos cometidos un 16 de Junio de 1996, en el complejo militar Torres Kohbar (Dahran, Arabia Saudita) cuando las actividades de la red se dan a conocer a nivel mundial.
A la luz de esta información, y ya con los datos en manos, no es descabellado sugerir que tras la aparente desconexión cronológica, cabe la posibilidad de un hilo conductor invisible donde todas historias se conjugan en un mismo punto, aunque por ahora incomprensible de dilucidar. ¿O será obra de la casualidad, que Al-Qaeda comience sus actividades terroristas el mismo año en que una oleada ovni asola los cielos de España? ¿Presagio futuro, teniendo en cuenta los eventos subsiguientes?
Es tiempo de volver al relato de “M”
“Como venía diciendo, siento a últimos del 2003 la necesidad de contactar con J.J. Benítez[12]. Pero lo hago por correo electrónico, y no tengo ninguna respuesta por su parte. Entonces el 4 marzo del 2004 decido escribirle por correo ordinario, y a los siete días justo me llega una sencillita respuesta de él”.
“Mil gracias por tus amables palabras. Siento, de verdad, el retraso. Ahora he empezado a viajar nuevamente y el correo se acumula.
Saludos”.
La carta no tendría mayor importancia de no ser por lo que ocurrió ese mismo día aquí en Madrid. A las 7:40 horas cuatro trenes de cercanía de fueron atacados con trece potentes bombas por terroristas. El resultado de la masacre fue dantesco y el pueblo de Madrid se tambaleó. Sufrimos un shock sin precedentes... Lloramos amargamente durante varias jornadas...
Estábamos a 72 horas de elecciones generales. Los primeros indicios de quién pudo haber cometido semejante barbarie apuntaba a la banda terrorista ETA, que lleva más de treinta años asesinando aquí en España. Pero servicios de inteligencia externos empezaron a apuntar a Al-Qaeda. Ya con el tiempo y la sentencia definitiva del juicio que se celebró en el 2007, se llegó a la conclusión que los autores de la masacre eran un grupo marroquí afín a Al-Qaeda.
El día 12 de marzo, un día después de los atentados, más de dos millones de madrileños se congregaron en manifestación rotunda y repugna ante la barbarie por las calles de la gran ciudad. Lo mismo se hizo en todo el resto de España que continuaba llorando amargamente.
Un manifestante solidario tomó una instantánea[13] en la plaza de Sol, Madrid, lugar carismático donde toda manifestación o protesta acoge como punto principal, queriendo plasmar los últimos momentos de la triste jornada:
Yo quedé muy sorprendido a tenor de la experiencia que venía viviendo. No sé a ciencia cierta qué pueden ser esas luces”. // “Esta fotografía ha estado en mis archivos alrededor de un año sin mostrarla públicamente. Yo necesitaba convencimiento interno de lo que creo que es, toda esta información que ahora suelto.
Pero ese 2004 tuvo otra jornada muy dramática y un renglón seguido de lo que ocurrió el 11 de marzo. El 3 de abril de ese año se localiza a la célula que cometió el atentado con suficiente explosivo almacenado para continuar su terror en Madrid o alrededores. Yo vivo en un pueblo donde ese mismo 3 de abril amaneció desde primeras horas de la mañana con un dispositivo policial sin precedentes también. La jornada fue casi indescriptible por cuanto toda la población se halló tomada, incluyendo vía aérea con helicópteros peinando una y otra vez el pueblo. Los controles en el transporte público y en los accesos al pueblo eran con ametralladoras en mano... esto parecía Beirut...
Yo sabía que algo estaba pasando y así se lo transmitía a mi familia, que velaba precisamente esa jornada a un hermano que había fallecido ese mismo día. Idas y venidas al tanatorio me hacía sospechar más y más, a tenor de lo que veía, que algo extraño estaba pasando en mi pueblo y en el del al lado...
A eso de las 18:00 h aproximadamente vuelvo a casa porque la jornada fue agotadora en el tanatorio. Y al poco recibo las llamadas de mis familiares que se quedaron en el tanatorio anunciándome que había habido otro atentado terrorista. En realidad, se trató del suicido colectivo en Leganés del grupo terrorista islámico que habían perpetrado el ataque a los trenes de cercanías.
Mis hermanas me contaban desde Leganés e in situ cómo los helicópteros, con sus potentes focos -era ya de noche-, rastreaban los aledaños del tanatorio porque terroristas habían huído a pie, y podían haberse refugiado en esa zona. Sí, el tanatorio estaba muy cerca de donde se refugiaron y suicidaron, al verse acorralados, los autores del 11M...
Enterramos a mi hermano al día siguiente; y sin dudarlo me fui después directamente a la zona de la explosión. Increíble... La zona estaba toda acordonada, con informadores de prensa de todo el mundo que buscaban el mejor sitio para realizar sus reportajes; teniendo en cuenta que el acceso a la misma calle donde se hallaba sólo los pilares de ese primer piso que voló por los aires estaba restringida sólo al cuerpo de seguridad del estado.
¿Qué estaba pasando me preguntaba una y otra vez en un estado realmente extraño?
Sólo el tiempo, y la tranquilidad, me dio la posibilidad de ordenar todo. No fue fácil, no... Y lo peor es que estaba solo con mi experiencia y que pocos me entenderían... No fue fácil aceptar que esos seres que tripulan esas naves dieron señales de ese atentado... Que lo sabían y no lo evitaron... Así es lo que siento...”
Para comprender esta última frase, debemos hablar de tres nuevos avistamientos, donde “M” volvió a ser un testigo privilegiado.
La primera observación después de los ovnis materiales del 96’ se produjo en marzo del 2004. “Eran las 7:30 de la mañana, ya con claridad. Era una luz fija sobre unos edificios de tres plantas. Parecía una estrella o Venus pero sobre los edificios … No muy alto. Venus por esas fechas era vespertino. Además ¿desde cuando Venus se observa en la mañana mirando hacia el oeste?”.
La segunda observación se produjo en junio del 2004. “Estaba en mi terraza a eso de las 4:30 de la mañana porque Iker Jiménez[14] había programado una alerta ovni para ese día. Como era sábado y no había que trabajar al día siguiente yo me quedé en mi terraza hasta bien tarde” … //… ”De pronto apareció frente a mi casa, sobre un edificio, otra luz de la nada. Pero en esta ocasión sí que se desplazó unos segundos. Esperé para ver si salía de la nube pero no salió. Por supuesto que no era avión ni ningún fenómeno conocido”.
“El tercer ovni luminoso fue en noviembre también del 2004. Me asomé a la terraza, a eso de las 20:30, de noche, y de pronto en lo alto de mi casa, en este caso bastante alto, surgió una luz que dio dos destellos”. Y “M” se pregunta: “¿destellos de complicidad y confirmación?”.
Hasta aquí su testimonio
La naturaleza de este trabajo amerita unas cuantas reflexiones. Un primer indicio surge al reparar en los eventos que entrelazan 1996 con 2004. Si se toma la presencia de los objetos desconocidos en los cielos hispanos como simples estadísticas de avistamientos, estaremos muy lejos de abordar una solución, porque no es por esta vía que el problema se podrá resolver. Ahora bien, si somos capaces de reconocer que tras estos objetos se esconde una inteligencia que no acciona por casualidad, sino que obra con un propósito definido, entonces tal vez estemos acercándonos a la verdad.
Durante años se especuló que el esquivo comportamiento de estos seres obedece a nuestra poca capacidad evolutiva, y que por eso demoraban un verdadero contacto. O sea, no estamos listos, falta preparación. ¿Pero si en realidad la tardanza no tuviera que ver con el factor evolutivo, sino que una interferencia de índole terrestre fuera el verdadero causante?
Vayamos a los atentados de Madrid
Al estudiar los pormenores del 11-M, advertimos algunas anomalías, verdaderas lagunas informativas que tejen un manto de sospecha sobre las causas reales de los atentados. Nadie niega que los sucesos del 2001en los Estados Unidos, guarda estrecha relación con lo ocurrido en España, pero los paralelismos van mucho más allá.
A la luz de esta información, y ya con los datos en manos, no es descabellado sugerir que tras la aparente desconexión cronológica, cabe la posibilidad de un hilo conductor invisible donde todas historias se conjugan en un mismo punto, aunque por ahora incomprensible de dilucidar. ¿O será obra de la casualidad, que Al-Qaeda comience sus actividades terroristas el mismo año en que una oleada ovni asola los cielos de España? ¿Presagio futuro, teniendo en cuenta los eventos subsiguientes?
Es tiempo de volver al relato de “M”
“Como venía diciendo, siento a últimos del 2003 la necesidad de contactar con J.J. Benítez[12]. Pero lo hago por correo electrónico, y no tengo ninguna respuesta por su parte. Entonces el 4 marzo del 2004 decido escribirle por correo ordinario, y a los siete días justo me llega una sencillita respuesta de él”.
“Mil gracias por tus amables palabras. Siento, de verdad, el retraso. Ahora he empezado a viajar nuevamente y el correo se acumula.
Saludos”.
La carta no tendría mayor importancia de no ser por lo que ocurrió ese mismo día aquí en Madrid. A las 7:40 horas cuatro trenes de cercanía de fueron atacados con trece potentes bombas por terroristas. El resultado de la masacre fue dantesco y el pueblo de Madrid se tambaleó. Sufrimos un shock sin precedentes... Lloramos amargamente durante varias jornadas...
Estábamos a 72 horas de elecciones generales. Los primeros indicios de quién pudo haber cometido semejante barbarie apuntaba a la banda terrorista ETA, que lleva más de treinta años asesinando aquí en España. Pero servicios de inteligencia externos empezaron a apuntar a Al-Qaeda. Ya con el tiempo y la sentencia definitiva del juicio que se celebró en el 2007, se llegó a la conclusión que los autores de la masacre eran un grupo marroquí afín a Al-Qaeda.
El día 12 de marzo, un día después de los atentados, más de dos millones de madrileños se congregaron en manifestación rotunda y repugna ante la barbarie por las calles de la gran ciudad. Lo mismo se hizo en todo el resto de España que continuaba llorando amargamente.
Un manifestante solidario tomó una instantánea[13] en la plaza de Sol, Madrid, lugar carismático donde toda manifestación o protesta acoge como punto principal, queriendo plasmar los últimos momentos de la triste jornada:
Yo quedé muy sorprendido a tenor de la experiencia que venía viviendo. No sé a ciencia cierta qué pueden ser esas luces”. // “Esta fotografía ha estado en mis archivos alrededor de un año sin mostrarla públicamente. Yo necesitaba convencimiento interno de lo que creo que es, toda esta información que ahora suelto.
Pero ese 2004 tuvo otra jornada muy dramática y un renglón seguido de lo que ocurrió el 11 de marzo. El 3 de abril de ese año se localiza a la célula que cometió el atentado con suficiente explosivo almacenado para continuar su terror en Madrid o alrededores. Yo vivo en un pueblo donde ese mismo 3 de abril amaneció desde primeras horas de la mañana con un dispositivo policial sin precedentes también. La jornada fue casi indescriptible por cuanto toda la población se halló tomada, incluyendo vía aérea con helicópteros peinando una y otra vez el pueblo. Los controles en el transporte público y en los accesos al pueblo eran con ametralladoras en mano... esto parecía Beirut...
Yo sabía que algo estaba pasando y así se lo transmitía a mi familia, que velaba precisamente esa jornada a un hermano que había fallecido ese mismo día. Idas y venidas al tanatorio me hacía sospechar más y más, a tenor de lo que veía, que algo extraño estaba pasando en mi pueblo y en el del al lado...
A eso de las 18:00 h aproximadamente vuelvo a casa porque la jornada fue agotadora en el tanatorio. Y al poco recibo las llamadas de mis familiares que se quedaron en el tanatorio anunciándome que había habido otro atentado terrorista. En realidad, se trató del suicido colectivo en Leganés del grupo terrorista islámico que habían perpetrado el ataque a los trenes de cercanías.
Mis hermanas me contaban desde Leganés e in situ cómo los helicópteros, con sus potentes focos -era ya de noche-, rastreaban los aledaños del tanatorio porque terroristas habían huído a pie, y podían haberse refugiado en esa zona. Sí, el tanatorio estaba muy cerca de donde se refugiaron y suicidaron, al verse acorralados, los autores del 11M...
Enterramos a mi hermano al día siguiente; y sin dudarlo me fui después directamente a la zona de la explosión. Increíble... La zona estaba toda acordonada, con informadores de prensa de todo el mundo que buscaban el mejor sitio para realizar sus reportajes; teniendo en cuenta que el acceso a la misma calle donde se hallaba sólo los pilares de ese primer piso que voló por los aires estaba restringida sólo al cuerpo de seguridad del estado.
¿Qué estaba pasando me preguntaba una y otra vez en un estado realmente extraño?
Sólo el tiempo, y la tranquilidad, me dio la posibilidad de ordenar todo. No fue fácil, no... Y lo peor es que estaba solo con mi experiencia y que pocos me entenderían... No fue fácil aceptar que esos seres que tripulan esas naves dieron señales de ese atentado... Que lo sabían y no lo evitaron... Así es lo que siento...”
Para comprender esta última frase, debemos hablar de tres nuevos avistamientos, donde “M” volvió a ser un testigo privilegiado.
La primera observación después de los ovnis materiales del 96’ se produjo en marzo del 2004. “Eran las 7:30 de la mañana, ya con claridad. Era una luz fija sobre unos edificios de tres plantas. Parecía una estrella o Venus pero sobre los edificios … No muy alto. Venus por esas fechas era vespertino. Además ¿desde cuando Venus se observa en la mañana mirando hacia el oeste?”.
La segunda observación se produjo en junio del 2004. “Estaba en mi terraza a eso de las 4:30 de la mañana porque Iker Jiménez[14] había programado una alerta ovni para ese día. Como era sábado y no había que trabajar al día siguiente yo me quedé en mi terraza hasta bien tarde” … //… ”De pronto apareció frente a mi casa, sobre un edificio, otra luz de la nada. Pero en esta ocasión sí que se desplazó unos segundos. Esperé para ver si salía de la nube pero no salió. Por supuesto que no era avión ni ningún fenómeno conocido”.
“El tercer ovni luminoso fue en noviembre también del 2004. Me asomé a la terraza, a eso de las 20:30, de noche, y de pronto en lo alto de mi casa, en este caso bastante alto, surgió una luz que dio dos destellos”. Y “M” se pregunta: “¿destellos de complicidad y confirmación?”.
Hasta aquí su testimonio
La naturaleza de este trabajo amerita unas cuantas reflexiones. Un primer indicio surge al reparar en los eventos que entrelazan 1996 con 2004. Si se toma la presencia de los objetos desconocidos en los cielos hispanos como simples estadísticas de avistamientos, estaremos muy lejos de abordar una solución, porque no es por esta vía que el problema se podrá resolver. Ahora bien, si somos capaces de reconocer que tras estos objetos se esconde una inteligencia que no acciona por casualidad, sino que obra con un propósito definido, entonces tal vez estemos acercándonos a la verdad.
Durante años se especuló que el esquivo comportamiento de estos seres obedece a nuestra poca capacidad evolutiva, y que por eso demoraban un verdadero contacto. O sea, no estamos listos, falta preparación. ¿Pero si en realidad la tardanza no tuviera que ver con el factor evolutivo, sino que una interferencia de índole terrestre fuera el verdadero causante?
Vayamos a los atentados de Madrid
Al estudiar los pormenores del 11-M, advertimos algunas anomalías, verdaderas lagunas informativas que tejen un manto de sospecha sobre las causas reales de los atentados. Nadie niega que los sucesos del 2001en los Estados Unidos, guarda estrecha relación con lo ocurrido en España, pero los paralelismos van mucho más allá.
En 11-M, claves de una conspiración, el investigador Bruno Cardeñosa expone algunas irregularidades:
Aparentemente los servicios norteamericanos no alertaron a España a pesar que un detenido en la cárcel de Guantánamo “reveló los nombres de muchos de los terroristas involucrados en el 11-M, meses antes que se produjesen los atentados”.
Marruecos, Noruega e Israel, son algunos de los países que avisaron a España sobre las altas posibilidades de un atentado. Se ignoraron estos informes.
“Como ocurrió días previos al 11-S, la bolsa española, el día 8 de Marzo de 2004, cayó en picada, como si alguien manejase información privilegiada de lo que estaba a punto de ocurrir”.
Luego de los atentados, y con la salida española de territorio iraquí, Estados Unidos se convierte en el único beneficiado, ya que aleja posibles rivales comerciales, haciéndose con el control total del país. Por otra parte “establece tropas en lugares estratégicos”, caso Marruecos, un vecino siempre en conflicto con España, donde “recientemente se descubrieron yacimientos de petróleo”.
En sintonía con lo narrado por Cardeñosa, también se puede inferir que el atentado de Madrid establece la sumisión de Europa a las políticas antiterroristas establecidas por Estados Unidos luego del 2001.
Luego de analizar estos factores es imposible no considerar que ante una situación tan caótica como la experimentada actualmente, el fenómeno de los objetos desconocidos encuentre una férrea oposición y provoque tanto encono. No dudamos que el país del Norte sea una de las interferencias antes mencionada, aunque quizás no la única, pero si la más visible. Pero, ¿podemos llamar a la “injerencia norteamericana” un serio impedimento, teniendo en cuenta la tecnología demostrada en los avistamientos? ¿Será, que estas entidades desean permanecer como espectadores pasivos, tratando de dar señales en momentos de crisis, pero evitando involucrarse en el gran devenir humano? El tiempo dirá.
Carl Gustav Jung, pensaba que los ovnis eran manifestaciones del inconsciente humano, materializados en forma de arquetipos. ¿Y entonces, porque son detectados por los radares? Claro, me olvidaba, los ovnis son Mandalas.
Bibliografía
Libros:
Benítez, José (1997). Ricky B: una historia “oficialmente” imposible. Barcelona: Planeta.
Cardeñosa, Bruno (2002). La invasión Ovni. Madrid: Nowtilus.
Sitios Webs
Benítez, Juan José.
Tras la pistas de Ricky B
El primer ataque del lado oscuro
Así engaño Ballester Olmos a la MUFON
http://www.planetabenitez.com/n-investigaciones.htm
Carballal, Manuel
La oleada Gallega I
La oleada Gallega II
Los expedientes perdidos I
Los expedientes perdidos II
Los expedientes perdidos III
http://ojo-critico.blogspot.com/
Caravaca, José Antonio
10 Aniversario del aterrizaje de los Villares
Los Villares: un encuentro sorprendente
http://caravaca.blogspot.com/2006_07_01_archive.html
Cardeñosa, Bruno
11-M: Claves para una conspiración
http://11-s.net/11-M-claves.php
Díez, Raúl
La Revista Española de Defensa Entrevista a Vicente –Juan Ballester Olmos
http://www.telefonica.net/web2/cei/Pap00023/PAP23A01.htm
Final de Desclasificación Ovni
http://the-geek.org/escepticos/199809/msg00152.html
Huellas del Terror
http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1522_huellas/page3.shtml
Increíble: 8.000 personas reunidas para ver si aparecían ovnis
http://axxon.com.ar/not/139/c-1390161.htm
Moreira, Pablo
Conspiración del 11-M
http://www.mundoparapsicologico.com/6-A_Conspiracion-del-11M
Requejo, Marcelino
La Noche de los Humanoides
http://www.akasico.com/noticia.asp?ref=1546
[1] Ver Cincuenta y Ocho cartas para la historia. Se descubrió el “Pastel”. En: http://www.planetabenitez.com/lado/Lado12-1.htm
[2] “M” señaló que el objeto metálico se encontraba levemente inclinado, y que incluso despedía los rayos del solo como si fuera un espejo. El testigo piensa que es el clásico ovni inclinado que aparece en muchas fotografías. Lo pudo observar durante unos segundos. En el momento del avistamiento “M”, se encontraba en su coche andando a una velocidad media de 40 o 50 KM./h.
[3] Para consultar biografía ver: http://ar.geocities.com/mitosdelmilenio2001/entrev5.htm
[4] La estrecha colaboración entre Olmos y Ejército del Aire, saldrían a la luz mediante un documento que diera a conocer el investigador Manuel Carballal, donde la vinculación entre ambos actores participantes, quedaba demostrada. En unos de sus párrafos decía: “creo le agradará saber que con carácter inmediato voy a firmar un Acuerdo de Colaboración con el Mando Operativo Aéreo (MOA), aprobado por el General Jefe del Estado Mayor del Aire, para brindar apoyo científico al Ejército del Aire en la evaluación de los informes OVNI que están en proceso de desclasificación. Como ve, no sólo es la Benemérita quién colabora con nuestra organización”.
[5] Según narra Bruno Cardeñosa en su libro La Invasión Ovni (2002): “en mayo de 1968 la Embajada de Estados Unidos en Madrid, formula al gobierno español una intrigante pregunta a nivel oficial: “¿Efectúan ustedes investigaciones sobre ovnis?”. En cuestión de horas las autoridades hispanas respondieron, y a través de la Embajada, llega al Departamento de Estados Unidos el siguiente comunicado: “Fuentes oficiales españolas nos informan que no se están realizando estudios en España sobre ovnis”. Solo unos meses después, el gobierno de España dictamina que el enigma ovni pase a ser “secreto de Estado”. En la decisión, lógicamente, pesó la “presión” norteamericana al respecto. También, por supuesto, el hecho de por aquellas fechas se produjeran varios importantes avistamientos ovnis que motivaron investigaciones de los militares. Así, el 5 de diciembre de 1968, la oficina de prensa del Ministerio del Aire, a través de los medios informativos, una nota publica en la que se dictan a los ciudadanos unas normas básicas sobre como debe actuar ante un avistamiento ovni. En dicha nota, se insta encarecidamente a los españoles a notificar a la autoridad aérea más cercana, cualquier incidente de estas características. Finalmente, el 31 de Diciembre, el Estado Mayor del Aire, fija una serie de normas de actuación, para oficiales del Ejército, relativas a observaciones y procesos de investigación. De este modo, España se sumaba a la larga lista de países que de un modo u otro archiva expedientes ovnis bajo el sello de “secreto”, “reservado”, “confidencial” … Muchos de esos países lo hacían tras el sondeo norteamericano, que no solo efectuó al Gobierno de España, sino a otros muchos de Europa y del resto del mundo. Hoy por hoy, raro es el país que no oculta datos sobre los “no identificados”.”
[6] “El primero sucedió el 14 de Julio de 1978 en Mazarrón (Murcia). Según relata el informe, un grupo de soldados avistó, durante unos ejercicios de vicac en plena noche un fenómeno luminoso muy potente cercano al suelo que se prolongó durante una hora y media. El elevado número de testigos descarta la posibilidad de una invención –aclara Ballester-. Las características, dimensiones y movimientos, narrados con mucho detalle, no permiten pensar en un cuerpo astronómico, o un avión. El informe no ofrece datos de las personas que presenciaron el hecho por lo que no ha sido posible ampliar aún más la información. El segundo caso es más impreciso. Se refiere a una intensa luz en el cielo que sorprendió a los pilotos de un avión comercial el 9 de Septiembre de 1978. El hecho tuvo lugar en el Mar Mediterráneo a unos 140 kilómetros de Barcelona”.
[7] “En la actualidad, todos esos expedientes desclasificados en España, están accesibles al público en la Biblioteca del Estado Mayor del Ejército del Aire en Madrid”.
[8] Según informa Manuel Carballal, “en menos de seis meses se denunciaron en Galicia tantos incidentes ovnis como los reportados en 25 años … A eso es lo que denominamos, un pedazo de Oleada Ovni”.
[9] Este incidente alarmó a los militares ya que la base “es en realidad un centro de comunicaciones de la OTAN, cuya antena recoge las imágenes procedentes de un satélite espía geoestacionario, situado sobre un punto candente del planeta”.
[10] Ubicada al oeste de la zona de la Coruña, y al norte del río Arousa.
[11] Nacida en la década de los 80’, al calor de la ocupación soviética en Afganistán, Al– Qaeda (en árabe, “la base”) contó en sus inicios con “voluntarios árabes que en nombre del Islam” decidieron ir al combate para expulsar a los comunistas. Liderada por Bin Laden un millonario saudí, que debía su fortuna a la construcción y el petróleo, Al– Qaeda estuvo mayormente financiada por los norteamericanos, además de Arabia Saudita y Paquistán. Cuando la contienda finalizó y los rusos abandonaron territorio afgano, Al- Qaeda decidió lanzar una Yihad (guerra santa) contra su principal aliado que se oficializó en el 2001 durante los atentados a las Torres Gemelas.
[12] “M” trató de contactar al investigador navarreño, pero no consiguió interesarlo en su historia.
[13] La foto le fue remitida en febrero del 2007. La toma se realizó con un celular, y se hizo cerca de la medianoche, horas en que la manifestación llegaba a su fin. El registro fue involuntario, puesto que los objetos solo se advirtieron una vez que se pasó la foto a la pc. Se le realizaron análisis, pero hasta ahora, no fueron entregados los resultados practicados. Según “M”, la zona donde se registró la instantánea, está rodeada de “edificios bajos, de tres plantas”. Opina “que si las luces fueran reflejos en la lente, se verían en cualquier parte de la fotografía y no exclusivamente en el cielo. Cree que “las luces no están en la lente, sino que tienen como distancia” o sea, encima de los edificios.
[14] La alerta ovni convocada por el periodista e investigador Iker Jiménez, se llevó a cabo el 25 de Junio de 2004, y contó con la convocatorio de 8.000 personas. Se realizó al aire libre, en el auditorio del Campo de las Naciones en Madrid, y se extendió desde la madrugada del viernes al sábado (de 23:00 a 6:00 hs). Hubo informes de ciertos avistamientos que se registraron entre las 03:50 y 4:15, “consistentes en luces que describían trayectorias variables, dejaban estelas de color tras de sí, se movían en zig-zag, se detenían y cambiaban de rumbo de forma repentina, o bien aparecían, desaparecían o se cruzaban en la bóveda celeste. La observación más sorprendente, y de la que los especialistas invitados no supieron dar una explicación razonable, fue la de tres puntos luminosos de color blanco, dos al frente y uno detrás, que avanzaban conjuntamente en el cielo formando un triángulo isósceles y describían una trayectoria fija a velocidad constante. El misterioso triángulo desapareció del cielo cuando con otro punto luminoso se cruzó en su trayectoria”. Hubo grabaciones y filmaciones de los objetos.
Estimada Sra.Débora Goldstern:
ResponderEliminarSaihueque (Valentín Saihueque según su nombre "crestiano"), llamado por su Pueblo, el Mapuche, "Rey de las Manzanas", cuya rendición condiciona el Fin de la "exitosa" Campaña del Desierto, sabía. Fue también, gracias a su previsión, que hoy todavía quedan Mapuches en la Tierra. Él, envió a su Gente a las Altas cumbres de la Cordillera, tiempo antes del relevamiento del Censo promovido por Moreno y el Gral.Roca. Cuando éstos llegan a las tolderías de Sayhueque, lo encuentran a él, y parte de su familia, como únicos representantes de la toldería. No se sabe, a decir verdad (este dato fue sistemáticamente borrado de la historia, igual que el nombre Valentín Sayhueque...) si él fue muerto en esa ocasión, o también fue "invitado" a ser huésped de Moreno en el Museo Arqueológico de La Plata. Sí, como usted bien indica, se sabe que Inacayal, su hijo, llega a La Plata en fechas próximas por usted mencionadas.
La foto que usted publica en este sitio, es en realidad de Sayhueque, padre de Inacayal. Se "sabe", también, que él, Inacayal, fue "invitado" a relatar respecto de las cosas que se mencionan en su blog. Se sabe, que Inacayal no habló; y que, cuando supo que ya no podría resistir las "amables invitaciones" a hablar del tema, subió al techo del Museo, y desde allí se arrojó, luego de haber pronunciado una "rogativa" hacia el Sol.
Las ropas mapuches de Inacayal, aún se encuentran expuestas en dicho Museo Arquelógico de la Ciudad de La Plata, ciudad ésta, construída siguiendo planos diseñados rigurosamente, y bajo preceptos y dirección de la Logia.
Sé, estimadísima señora, y no es esa mi intención, que no estoy aportando datos nuevos ni desconocidos por usted, y a los que usted ha expuesto al respecto.
El link de su blog, me fue "casualmente" remitido, por una buena amiga suya, que es una "hermana" mía muy querida y respetada.
Señora, desde ya, agradezco profundamente a usted, la publicación de esta historia, y sus investigaciones, y en lo que sea que pueda, quedo a su dispocisión.
Con mucha admiración y respeto.
Atentamente y con afecto.
Té ch'ai
te_chai@live.com.ar
"quimepún.nien frentén huanquillén.ca quimei quillén fitrün cüatral purrai huenu mapu. yihuin piuqué.inché manún."