29 de julio de 2008

LAS PIRÁMIDES DE ORO DE AUSTRALIA

Las Pirámides de Oro de Australia
Las Ciudades Perdidas de Lemuria
David Hatcher Childress




El 25 de Marzo de 1982, Marilyn Pye, que había hecho algunas afirmaciones insólitas en relación con Gympie, asistió a una sesión de encauzamiento psíquico, durante la cual recibió una noticia, que había una “pirámide de oro” en un lugar situado 144 kilómetros y pico al norte de Cairos. Cinco semanas después, Marilyn, ya había vendido su casa, abandonado un negocio que acababa de inaugurar y obtenido la ayuda de un conocido psíquico de New York, Bryce Bond, que la ayudaría a resolver el secreto de la supuesta pirámide.

Marilyn fue conducida a la ciudad de Toowoomba, en Queensland, donde desenterraron una rara roca de basalto que se encontraba unos siete metros debajo de la superficie. Marilyn observó que en la roca había unos grabados extraños que representaban el sol y dijo que no era obra de los aborígenes. También averiguó que las leyendas de las tribus del lugar no hablan de una, sino de “dos pirámides de oro” cerca del sitio donde encontraron la roca. Compró esta a un agricultor local a un precio que no ha querido revelar.



Marilyn metió su artefacto de cerca de 42 kilos en una caja de embalaje y se fue en avión a las Hawai, donde hizo que un “Kahuna” (hombre de la medicina hawaiano) “leyera” la roca. Marilyn y el Kahuna sacaron la conclusión de que el sol había sido grabado 30.000 años antes con tres rayos láser de tamaños diferentes. El “Kahuna” también dijo que el artefacto era un “ordenador” que podía usarse para traer sabiduría y paz al mundo.

En esa etapa de su investigación Marilyn oyó hablar de profecías de los indios hopis referentes al regreso del verdadero hermano blanco, de una persona de raza blanca que trae el símbolo del sol a los hopis. El Kahuna dijo que había otras tres rocas, a la vez que un representante de los hopis le dijo a Marilyn que existen varias rocas grabadas en distintos continentes y que deben salir antes del “día de la purificación”.



Marilyn decidió que debía conocer a los hopis. Se fue en avión a New York y habló con John Hill, un indio iroqués que se encontraba en Manhattan, para hablar en las Naciones Unidas acerca de los “últimos días”, que muchos indios perciben próximos. Al enseñarle Marilyn la roca, el señor Hill mostró gran interés e hizo que numerosas personas importantes la examinaran durante la estancia de Marilyn en New York.

Algunas personas dijeron que la roca parecía despedir “una energía increíblemente hermosa”. También dijeron que la roca haría que las personas se volvieran ligeras y llenas de energías. Debido a una serie de acontecimientos, los hopis se enteraron de la existencia de la roca y expresaron el vivo deseo de determinar si era realmente la roca perdida de que hablaban sus profecías.

Acto seguido, Marilyn cruzó el país en compañía de un indio peruano amigo suyo con el propósito de entrevistarse con los ancianos de la tribu hopi. Durante el viaje tuvieron diversos percances y Marilyn quedó convencida de que algún “poder sobrenatural” trataba de impedir que la roca llegase a los hopis.

A pesar de todo, logró mostrársela al abuelo David, que cuenta más de cien años y es ciego. Según Marilyn el hombre palpó la roca y dio grandes muestras de excitación. Lo único que quiso decir fue que era “lo que estaban esperando” y que “aún faltaban tres”.


Los hopis pidieron a Marilyn que les dejara la roca para que sus ancianos pudieran examinarla con más detenimiento. Se la devolvieron al cabo de seis días, después que los hopis frotaran la superficie del artefacto para determinar sus orígenes y su significado. Hasta la fecha los hopis no han dicho ni una palabra acerca de los que averiguaron, lo cual ha convencido a Marilyn de que, en efecto, hay algo importante en su roca. Cree que se trata de una reliquia de Lemuria.



The World's Mysterious Places

2 comentarios:

  1. logré conseguir el libro de James Chuckward ,recien voy a leerlo, luego de eso podre tener una opinión mas acertada.

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  2. Buena compra, no te defraudará.

    James Churchward dejó mucha información, y aunque no presentó pruebas de sus dichos, el tiempo en algunos casos, fue dándole la razón.

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