Durante nuestra estancia en Capilla del Monte, tomamos contacto con el reconocido investigador, Héctor Antonio Picco, quién fuera redactor de la mítica, Cuarta Dimensión, una de las revistas argentinas pioneras sobre ufología y civilizaciones desaparecidas, que influenció a muchas generaciones de estudiosos actuales. Reconocido por su militancia como cultor de la Tierra Hueca, Picco es una especie de enciclopedia viviente con quién compartimos varias horas de charla.
Además de este tema, otro de sus estudios es acerca de los actores ocultos, que desde este blog venimos hablando, quiénes paralelamente a la acción de una hermandad rectora, vienen gobernando en forma sutil los destinos de esta Humanidad. La existencia de los Hombres de Negro, de los cuales circulan mucha información, nunca pudo ser probada, y su presencia no es aceptada más como fantasía sin sustento, que hasta tuvo su momento en el cine. Sin embargo estos agentes obstaculizadores del progreso, cuentan con muchos testimonios de sus apariciones, aunque las versiones siempre difieren, y hay pocas huellas reales, sobre sus andanzas y motivaciones. Héctor Picco tiene un libro publicado, (1997) "Los Hombres de Negro en la Argentina y en el Triángulo de las Bermudas, donde habla de sus encuentros con estos misteriosos seres, citando a su vez relatos que le fueron confiados. Vayamos a uno de sus Capítulos.
Además de este tema, otro de sus estudios es acerca de los actores ocultos, que desde este blog venimos hablando, quiénes paralelamente a la acción de una hermandad rectora, vienen gobernando en forma sutil los destinos de esta Humanidad. La existencia de los Hombres de Negro, de los cuales circulan mucha información, nunca pudo ser probada, y su presencia no es aceptada más como fantasía sin sustento, que hasta tuvo su momento en el cine. Sin embargo estos agentes obstaculizadores del progreso, cuentan con muchos testimonios de sus apariciones, aunque las versiones siempre difieren, y hay pocas huellas reales, sobre sus andanzas y motivaciones. Héctor Picco tiene un libro publicado, (1997) "Los Hombres de Negro en la Argentina y en el Triángulo de las Bermudas, donde habla de sus encuentros con estos misteriosos seres, citando a su vez relatos que le fueron confiados. Vayamos a uno de sus Capítulos.
Aquella vez en Capilla del Monte (Córdoba)
El 3 de marzo de 1990, concurrí con cuatro personas más a una presunta cita de los habitantes de la ¿mítica? ciudad metafísica de Erks, cercana a los faldeos del maravilloso cerro Uritorco.
Aquella búsqueda de la entrada a una de las posibles metrópolis subterráneas de los Inmortales, fracasó. Ibamos munidos de un elemental planito provisto por una persona que decía haber ingresado a la misma. Guías especializados del lugar nos hicieron dos interpretaciones de las posibles sendas señaladas; nos encaminamos en un principio por la ruta que nos pareció más viable. Al extraviarnos totalmente en el sector de Las Gemelas, intentamos entonces el otro camino.
Junto a Carlos Pérez, uno de mis acompañantes, buscamos el sendero que se nos señaló como "el del río". Los restantes compañeros quedaron junto a la única mujer de la expedición, que presentaba síntomas de descompostura física que le impedían continuar. Y allí nos ocurrió lo que C. P. relata así:
Aquella búsqueda de la entrada a una de las posibles metrópolis subterráneas de los Inmortales, fracasó. Ibamos munidos de un elemental planito provisto por una persona que decía haber ingresado a la misma. Guías especializados del lugar nos hicieron dos interpretaciones de las posibles sendas señaladas; nos encaminamos en un principio por la ruta que nos pareció más viable. Al extraviarnos totalmente en el sector de Las Gemelas, intentamos entonces el otro camino.
Junto a Carlos Pérez, uno de mis acompañantes, buscamos el sendero que se nos señaló como "el del río". Los restantes compañeros quedaron junto a la única mujer de la expedición, que presentaba síntomas de descompostura física que le impedían continuar. Y allí nos ocurrió lo que C. P. relata así:
" ... Nos encontrábamos en aquel momento exacto, bastante confundidos y desorientados. A decir verdad, desconocíamos el verdadero camino a seguir y solo la intuición nos guiaba. Pero queríamos tentar una vez más a la suerte y decidimos continuar aún a pesar de las escasas fuerzas que nos alentaban. Recuerdo que Héctor y yo -no sé bien si por tener más energías o la inquebrantable tozudez en no abandonar la pista- nos adelantamos al resto, internándonos en un sendero que prácticamente no existe, pues consiste en una escarpada orilla de la pobre corriente de agua que caprichosamente se interna y rodea las elevaciones, salpicada de incontables piedras amontonadas que dificultaban nuestro andar.
Al concluir la senda junto al propio río, cruzando la corriente, nos hallábamos de repente enfrentados a un hombre en perfectas condiciones físicas -enseguida se verá porque menciono esta circunstancia- de unos dos metros de altura, anchas espaldas, tez y cabellos oscuros, cuya edad era difícil de determinar: tal vez de unos 40/45 años.
Al concluir la senda junto al propio río, cruzando la corriente, nos hallábamos de repente enfrentados a un hombre en perfectas condiciones físicas -enseguida se verá porque menciono esta circunstancia- de unos dos metros de altura, anchas espaldas, tez y cabellos oscuros, cuya edad era difícil de determinar: tal vez de unos 40/45 años.
Su vestimenta consistía básicamente en una especie de capa de lluvia, pantalones (ambos de una especie de cuerina color NEGRO), borceguíes del mismo tono, no pudiendo, al menos yo, distinguir que otra prenda tenía debajo de esa suerte de impermeable suelta Además, recuerdo portaba algo en su mano. Como venía del lugar al que creíamos debíamos ir, le solicitamos alguna orientación. Pero ya antes de nuestro saludo había empezado a hablar:
-Formo parte de un grupo de cinco personas que viene detrás, pero yo me adelanté porque me torcí un tobillo ...
Otra vez -In analizamos después- el factor incoherencia de esta fenomenología: si hubiese tenido ese problema, no podría haberse adelantado. Además, apenas si cojeaba un poquito. Y (también lo supimos después, por lógica) al cruzarse con el segundo grupo nuestro, no mostraba anomalía alguna en su caminar.
-Formo parte de un grupo de cinco personas que viene detrás, pero yo me adelanté porque me torcí un tobillo ...
Otra vez -In analizamos después- el factor incoherencia de esta fenomenología: si hubiese tenido ese problema, no podría haberse adelantado. Además, apenas si cojeaba un poquito. Y (también lo supimos después, por lógica) al cruzarse con el segundo grupo nuestro, no mostraba anomalía alguna en su caminar.
Mas o menos su exaltado relato fue este, al señalarnos el sitio anhelado: -Sí: más adelante se toparán con una pared de piedra rojiza, una cascada muy linda ... Cruzan el río hacia la izquierda, caminan unos cincuenta metros, y hallarán la cueva que buscan ... Están a una hora y media de viaje todavía ...
Continuamos, fatigados, durante más de una hora. Jamás nos encontramos con sus cinco acompañantes, no había tal cascada, ni ningún muro como el que nos describió. Decidimos entonces emprender el regreso. Entonces nos encontramos con nuestros tres compañeros, superado el problema de la dolencia de M., nos reprocharon haber abandonado la empresa tan pronto, y ellos decidieron seguir. Unas tres horas después volvieron también al punto de partida desde donde emprenderíamos el regreso a nuestras casas, tan cansados y defraudados por la mala fortuna como nosotros dos.
La demás gente (Horacio, Dante, Mónica y Héctor) dedujeron enseguida que el sujeto era uno de los famosos HDN que quiso despistarnos. Yo no podía verlo tan claramente: más bien me había parecido un gracioso que se había divertido a sus anchas, engañándonos como a tontos alucinados por querer entrar a la fabulosa ERKS.
Mi opinión perduró con pocos cambios hasta el 27 de julio de 1991, en ocasión en que viajé a la localidad de Lavallol, para entrevistar a una dama que manifestaba algunos problemas relacionados precisamente con los HDN. Cuando le solicité me describiera un sueño (o visión) referido por ella el día que la conocí (unos dos meses antes), donde decía "ver" un lugar muy similar a aquellos aledaños serranos de Capilla del Monte Grande donde veía salir luces de una cueva') cerró repentinamente sus ojos y comenzó a hablar con pausas como si estuviera en una especie de trance (debo manifestar que esta mujer es una gran psíquica):
"Estuviste muy cerca de la entrada (se dirigía a mi, obviamente) pero no pudiste llegar porque no te dejaron ... fue un hombre ... "
Entonces me quedé boquiabierto, porque estaba describiendo con lujo de detalles al hombre que nos desvió en Las Gemelas, incluyendo lo que portaba en la mano (he olvidado que era) ¡Yo no podía dar crédito a lo que estaba oyendo! Ella, como "remate", concluyó:
-Ese hombre pertenece a lo que llamamos Hombres de Negro. ..
Sólo me resta asegurar que esta señora no sabía nada de nuestro viaje a aquella zona cordobesa y el motivo por el cual fuimos ... "
Véase:
Unsolved UFO Mysteries: The Men in Black
Lo visitaremos! Saludos.
ResponderEliminarParabén pelo blog, realmente maravilhoso!!!!
ResponderEliminarindico uma continuação de atualização para seu trabalho:
Trigueirinho
Shimani
grande don antonio el ultimo sabio que queda en argentina ,por suerte puedo charlar todos los sabados con el ,cuando voy a capilla del monte
ResponderEliminarse encontraron con uno de los famosos hombres de negro!
ResponderEliminarSepan ustedes a mi humilde opinion, que nunca veran, ni encontraran nada si ellos no lo desean.
Sino como se explican que semejantes naves desaparecen en el cerro, y nadie puede encontrar la bendita entrada.
Adhiero a esta frase: "naves que desaparecen en el cerro".
ResponderEliminarEs realmente un misterio, nadie lo puede negar, y miles de testimonios avalan estas presencias aéreas.
Que los Superiores Desconocidos monitoreen el área tampoco me extraña.
¿Cuándo sabremos la verdad? Tal vez nunca ...
Débora
sin palabras soy de tanti cordoba muy cerca de capilla y doy fe de todo lo que se dice
ResponderEliminarDébora: Conocí personalmente a Faruk Alem. Lo dejé de ver en 1982.La cámara Kirlian la vi sobre una mesa en su taller de electrotécnico. Algo me habían dicho por ahí, del caso que relata. Lo que también sé, es que se retiró de los ovnis, pero vuelve una vez,a Mendoza, en los ochenta, para presentar a Filibeto Cárdenas, el contactado cubano. Ahora está en Bs As, según me dijo Virgilio Sanchez Ocejo. Puedes entrevistarlo, si es que continúa con la ovnilogía. Recuerdo que le decían en Mendoza, por los años 70, "el brujo"...esto como una nota simpática. A mi me trató bien, mientras estábamos estudiando el tema, y con él, estuve en un asado también con otros ufólogos y Josep Hynek. Fue un gran mediodía. El tema del llamado "benderismo", es misterioso; más como dices por ahí, ninguna prueba hay, y quizás nunca sepamos todo. O la verdad. El mundo es tan vasto...¿No?. Un nuevo saludo de Oscar Ferreyra.
ResponderEliminarLa verdad me gustaría entrevistarlo a Faruk Alem, considero su caso muy intrigante. Veré si este año podemos tenerlo en CS.
ResponderEliminarDebbie
Es bastante interesante lo que nos estas contando! siempre me ha intrigado el cerro! Quizas deba hacerme un viaje... soy de cosquin no me queda muy lejos!... Bueno saludos! Y suerte con tus notas! Juan
ResponderEliminarQue pavada por Dios, vivo en Capilla y es todo un verso para atraer turistas ignorantes !!
ResponderEliminarQué raro "un anónimo de Capilla", criticando a la leyenda local, definitivamente algo está cambiando jaja Saludos Debbie
ResponderEliminar