Golpe de Estado - 24 de Marzo de 1976 -
La Generación Perdida
Débora Goldstern
Débora Goldstern
Hace 33 años se vivió uno de los suecesos más trágicos, que marcó para siempre el destino de la Argentina. Los militares que por aquel entonces se alzaron con el poder, derrocando a un gobierno constitucional, dieron rienda suelta a una serie de eventos que con los años se conocería como TERRORISMO DE ESTADO. Invocando la seguridad nacional, y el salvaguardia de la patria asolada por pensamientos foráneos que contaminaban la población, comenzaron una feroz cacería, en pos de eliminar todo foco de distención, iniciando un raíd criminal que se llevó a 30.000 compatriotas, que fueron asesinados de la manera más feroz, y sin mediar juicio alguno.
Al más puro estilo nazi, se instauraron por todo el país campos de concentración, que irónicamente denominaron centros de recuperación para detenidos, donde dieron rienda suelta a los peores intintos humanos, sufriendo los prisioneros las peores torturas además de las muertes más atroces, inaugurando un nuevo modelo de horror, que luego se conocería como DESAPARECIDOS. Los grandes jerarcas represores, ante el clamor internacional, dirían que un desaparecido es alguien que no está vivo o muerto, o sea, no está, se evaporó, un NN.
Estas operaciones macabras contaron no solo con el beneplácito de los Estados Unidos, sino que además fueron alimentadas por los grandes grupos económicos locales, religiosos y civiles, que asintieron cómplices a este accionar que sesgó a toda una generación, quedando el país acéfalo de una gran parte de la población que fue eliminada impunemente. Esta perdida intelectual, incidiría a futuro y llevaría al colapso, que comenzaría a emerger a partir del estallido del 2001.
Al más puro estilo nazi, se instauraron por todo el país campos de concentración, que irónicamente denominaron centros de recuperación para detenidos, donde dieron rienda suelta a los peores intintos humanos, sufriendo los prisioneros las peores torturas además de las muertes más atroces, inaugurando un nuevo modelo de horror, que luego se conocería como DESAPARECIDOS. Los grandes jerarcas represores, ante el clamor internacional, dirían que un desaparecido es alguien que no está vivo o muerto, o sea, no está, se evaporó, un NN.
Estas operaciones macabras contaron no solo con el beneplácito de los Estados Unidos, sino que además fueron alimentadas por los grandes grupos económicos locales, religiosos y civiles, que asintieron cómplices a este accionar que sesgó a toda una generación, quedando el país acéfalo de una gran parte de la población que fue eliminada impunemente. Esta perdida intelectual, incidiría a futuro y llevaría al colapso, que comenzaría a emerger a partir del estallido del 2001.
Argentina es el único país latinoamericano que actualmente, está juzgando a los militares represores, no sin obstáculos de por medio. Aún queda mucho camino por recorrer.
Desde Crónica Subterránea, decimos: ¡NI OLVIDO, NI PERDÓN, LOS TREINTA MIL DESAPARECIDOS, PRESENTES POR SIEMPRE!
Fuente:Pasquini Durán, J.M. Abuelas de Plaza de Mayo. Fotografías de 30 años de lucha, 2007.
En: http://www.abuelas.org.ar/material/libros/LibroFotos30.pdf
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Gabriela. Cortometraje sobre la represión militar en Argentina
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