16 de agosto de 2017

Ayahuasca - Expansión de Consciencia - Débora Goldstern©

Ayahuasca
Expansión de Consciencia
Débora Goldstern©



Recientemente Graham Hancock, escritor británico que en los noventa se consagrara con La Huella de los Dioses, 1995, libro donde se abordaba el tema de las civilizaciones desaparecidas, sorprendió a la comunidad internacional al relatar sus experiencias con la Ayahuasca, causando no pocas polémicas con sus declaraciones. 

Según narró, sus prácticas se llevaron a cabo en plena selva peruana donde fuera iniciado en la ingesta del poderoso brebaje, luego documentado en una serie de artículos y conferencias. Quizás una de las confesiones más importantes, revelado por el propio Hancock, fue el abandono del cannabis como método inspirativo, actuando la planta maestra andina, como conducto de sanación. Toda una osadía, y que incluso le valiera censura de algunos círculos académicos, molestos, por sus afirmaciones acerca de los beneficios terapéuticos que la Ayahuasca, cree Hancock, es capaz de ofrecer.

¿Entonces por qué tanta resistencia? Quizás la pregunta deba retomarse a los sesenta, cuando el LSD hizo su irrupción indiscriminada, en una sociedad aún no informada sobre sus verdaderos efectos, provocando un sin números de viajes olvidables, y para muchos sin retorno, abandonados a la expansión de conciencia sin filtro. Y es que esta apertura explosiva en cuanto al conocimiento de nuevas realidades, llegaba desprovista de un elemento fundamental, la ausencia de espiritualidad, no reconocida como elemento iniciático. Sin objetivo y trabajo interno solo hay confusión.

Casi una década antes de avizorarse este escenario caótico, un místico austríaco hoy casi olvidado, Walter Johannes Stein (1891-1957), discípulo de un esoterista mayor, Rudolf Steiner, “predijo que se extendería el uso indiscriminado de drogas dilatadoras de la mente en Estados Unidos y en Europa, lo cual conferiría a millones de jóvenes un camino peligroso e ilícito en dirección a la revelación para la que la inmensa mayoría no estaría preparada en absoluto. Creía que semejantes ansias por experimentar la consciencia trascendental a través de las drogas, sería la reacción inevitable ante el dogmatismo religioso y la autosuficiencia materialista del orden establecido en Occidente, el cual ni los cataclísmicos acontecimientos de la guerra de Hitler habían podido eliminar”.

Quién también alertó sobre adentrarse en estados alterados de conciencia sin la debida precaución, fue el británico Aldous Huxley publicado en su imprescindible, Las Puertas de la Percepción, 1954, resultado de sus incursiones en la mescalina, describiendo “la a existencia de un nivel superior de conciencia y de dimensiones ulteriores en el tiempo al alcance de la mente humana”. 

Huxley también se refirió a “que el hombre mismo constituye un puente entre dos mundos, el terrenal y el extrasensorial. También arrojó cierta luz sobre el entonces poco conocido hecho de que el cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales funcionan como barrera protectora contra lo que, en caso contrario, sería la intrusión exagerada de la «Mente Total», y actúa como una válvula de reducción que dosifica la «miserable cantidad de la clase de consciencia que nos ayudará a sobrevivir sobre la faz de este planeta en particular”.

Es claro que a pesar de la existencia de referencias como las citadas, la mayoría de aquellos y me incluyo, conectados en algún momentos con la Ayahuasca, se dejaron guiar por motivos menos iniciáticos y movidos tan solo por la simple curiosidad de experimentar, sin medir consecuencias.



Caso paradigmático lo constituye el controvertido David Icke, quién luego de su iluminación ayahuasquera”, emprendió la idea de fuerza opresiva gobernando el planeta, que se vale de la ilusión en la alteración de la realidad, denominada Matrix.


Aunque la Ayahuasca no deja de ser una “droga psicoactiva”, y de gran efecto lisérgico, a diferencia de la mescalina, peyotes, LSD, y otras variantes de la misma línea, parece contar con componentes que realmente ayudan a un despertar, mucho más elevado en cuanto a educación interior.


Si me remonto a mi historia personal observo ignorancia, y mucho atrevimiento, que por suerte tuvo consecuencias positivas, marcando un derrotero futuro en cuanto a estudios posteriores emprendidos, siendo la Ayahuasca guía hacia el mundo subterráneo, así como experiencias inesperadas que otro día narraré.



Este artículo lo escribí en 2016, y fue publicado en su momento por el portal de Entre Ríos, "Será Noticia".

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