18 de junio de 2008

Lumania -Civilización Subterránea - Débora Goldstern

Lumania -
Civilización Subterránea
Débora Goldstern


Jane Roberts


Jane Roberts y
un dibujo del misterioso Seth.
Podríamos describir a Jane Roberts como una de las precursoras de los actuales canalizadores, tal el caso de Kryon. Durante diez años (1963-1973), recibió de Seth, -quién se describió así mismo como una "esencia de energía de la personalidad" que ya no tiene forma física-, una serie de enseñanzas que le fueron remitidas en estado de trance, siendo transcriptas por su esposo Bob, dando lugar más tarde a una serie de libros “donde se hablaba de temas tan diversos como la reencarnación, la responsabilidad de crear la propia realidad, el alma y sus potenciales, lo sueños y la personalidad multidimensional”.

En uno de esos trabajos Roberts, hace referencia a una antigua civilización desaparecida que habría (Roberts, Jane. Habla Seth II: la eterna validez del alma, 1972).
existido antes de la Atlántida, y que se denominó Lumania.

(21.28.) En vuestro planeta han estado implicados en tres civilizaciones concretas mucho antes del tiempo de la Atlántida, cuando de hecho vuestro planeta estaba en una posición algo distinta.

(-¿ Te refieres a una «órbita» distinta?)

Por ahora deja la palabra «posición», especialmente en relación con tres de los planetas que vosotros conocéis. Los polos estaban invertidos, al igual que lo han estado, por cierto, durante tres largos períodos de la historia de vuestro planeta. Esas civilizaciones habían desarrollado una alta tecnología; la segunda de ellas, de hecho, era muy superior a la vuestra en lo que a tecnología se refiere.

Utilizaban el sonido de una manera mucho más eficaz, no sólo para sanar y para la guerra, sino también para impulsar vehículos de locomoción y para producir el movimiento de la materia física. El sonido transportaba el peso y la masa.

(21.34. Cuando Jane pronunció ¡apalabra «guerra» en el párrafo anterior, su voz y su expresión facial tenían una connotación como de «ya lo sabía».)

La fuerza de esta segunda civilización estaba principalmente en las áreas conocidas hoy como África y Australia, aunque en aquel tiempo era completamente diferente no sólo el clima, sino también la distribución de tierras, ya que había una atracción diferente de las masas de tierra debido a la posición alterada de los polos. Sin embargo, hablando relativamente, la civilización se concentraba en un área; no intentó expandirse. Su crecimiento fue muy hacia adentro y habitaban en el planeta simultáneamente con una vasta cultura primitiva, desorganizada y dispersa.

No sólo no intentaron «civilizar» el resto del mundo, sino que utilizaron todo su poder -que fue considerable durante un largo período de tiempo- para impedir ese tipo de progreso.

Los miembros de esta civilización eran en su mayoría un grupo escindido de la exitosa civilización anterior, muchos de cuyos integrantes habían decidido continuar su existencia en otras áreas de vuestro universo físico. Éstos, en cambio, estaban especialmente enamorados de la vida en la Tierra, y pensaban también que podían mejorar el último experimento en el que habían estado comprometidos, aunque eran libres para moverse en los otros niveles de existencia.

(21.42.) No estaban interesados en comenzar de nuevo desde cero como una civilización de párvulos, en otras áreas. Por consiguiente, llevaban gran parte de su conocimiento incorporado de manera instintiva, de modo que este grupo particular pasó muy rápidamente por lo que vosotros llamaríais los distintos estados tecnológicos.

Al principio estaban particularmente interesados en desarrollar un ser humano que tuviese grabadas en su interior defensas contra la violencia. En ellos el deseo de paz era casi lo que vosotros llamáis un instinto. Hubo cambios en el mecanismo físico. Cuando la mente registraba una agresión fuerte, el cuerpo no reaccionaba. Ahora aún se pueden ver vestigios psicológicos de esto en ciertos individuos, que llegan a desmayarse, o incluso a atacar su propio sistema físico, antes de permitirse actuar con lo que ellos consideran que es violencia hacia el otro.

Esta civilización, por tanto, dejó en paz a los nativos que vivían a su alrededor. Aun así, enviaban fuera a miembros de su grupo para que vivieran con los nativos y se casaran con ellos, esperando pacientemente alterar con esto la fisiología de las especies.

La energía, que en vuestros tiempos se suele emplear en la violencia, se dedicó a otros propósitos y empezó a volverse en contra de ellos. No estaban aprendiendo a manejar la violencia o la agresión: intentaban sortearla físicamente, y esto, como pudieron comprobar, tenía sus complicaciones.

A la energía debe permitírsele fluir libremente a través del sistema físico, dirigida y controlada mentalmente, o psíquicamente si así lo preferís.

La alteración física resultó ser una carga para la totalidad del sistema. La función creativa, que había sido distorsionada por el concepto de agresividad -la necesidad de actuar-, no fue entendida. En cierta manera podría decirse que hasta el hecho de respirar es en sí violencia. La inhibición que tenían incorporada dio como resultado un sistema paralizado lleno de controles mutuos en el que se hizo prácticamente imposible el necesario impulso de actuar.

Esto evolucionó hacia un estado mental y físico demasiado concienzudo y restrictivo, en el que se
restringieron totalmente las necesidades físicas de supervivencia del organismo. La civilización, pues, progresó mentalmente. Su tecnología recibió un enorme impulso a medida que se esforzaban, por ejemplo, en desarrollar comida artificial para así no tener que matar por ningún concepto para sobrevivir.

(22.13.) Al mismo tiempo intentaban dejar el entorno físico intacto. Así pues, prescindieron totalmente de vuestra etapa de los automóviles, y también de los vehículos de vapor, y se concentraron enseguida en el sonido, un sonido que no podía ser oído por los oídos físicos.

La civilización se llamaba Lumania (deletreado), y el nombre se convirtió en leyenda y volvió a usarse más tarde.

Los lumanios eran personas muy delgadas y débiles en lo que al físico se refiere, pero psíquicamente eran o bien brillantes o bien totalmente faltos de talento. En algunos, estos controles incorporados causaban tantos bloqueos de energía que incluso se resintieron sus enormes capacidades telepáticas naturales.

Establecían campos de energía en torno a su propia civilización, así que estaban aislados del contacto con los otros grupos. Sin embargo, no permitieron que la tecnología los destruyera, y cada vez eran más los que se daban cuenta de que el experimento no era un éxito. Algunos de ellos lo abandonaron tras la muerte física, para unirse a los integrantes de la civilización anterior exitosa que habían emigrado a otros sistemas planetarios dentro de la estructura física.

Muchos otros se limitaron a dejar las ciudades, destruyendo los campos de energía que las encerraban, y se juntaron con los numerosos grupos de la otra gente relativamente salvaje, se aparearon con ellos y tuvieron hijos. Estos lumanios murieron pronto, pues no podían soportar la violencia ni reaccionar violentamente a ella. Aun así, confiaban en que sus hijos mutantes se sintieran poco inclinados a la violencia, pero sin las restrictivas reacciones de las que ellos estaban dotados.

Físicamente la civilización sencillamente desapareció. Algunos de esos niños mutantes formaron posteriormente un grupo pequeño que viajó por el área, acompañados de grandes manadas de animales. Se preocupaban mutuamente los unos por los otros, y muchas de las leyendas antiguas sobre criaturas mitad hombre mitad bestias han llegado a través de las eras debido a la memoria de esta vieja asociación. Esta gente, que eran realmente supervivientes de la primera gran civilización, siempre llevaron en su interior fuertes recuerdos subconscientes de su origen, y me refiero a los lumanios. Ésta fue la causa de su gran avance, hablando tecnológicamente. Pero, con ese firme propósito de evitar la violencia, en lugar de buscar el desarrollo constructivo y pacífico del potencial creativo, su experiencia fue altamente unilateral.

Los movía un miedo a la violencia tal que ni siquiera permitieron al sistema físico la libertad de expresarla.

(22.33.) Por tanto, la vitalidad de esta civilización era débil; no porque no existiera la violencia, sino debido a que se restringió la libertad de la energía y de la expresión desde el exterior físico. Ellos entendieron bien la malignidad de la violencia terrestre, pero negaron el derecho de la persona a aprender a su manera, y eso impidió al individuo usar sus propios métodos de una manera creativa y conducir la violencia hacia áreas constructivas. A ese respecto, se anuló el libre albedrío.

Así como un niño está protegido físicamente de ciertas enfermedades cuando acaba de abandonar el vientre materno, de la misma manera está protegido contra ciertos desastres psíquicos durante un corto tiempo posterior al nacimiento, y, para su consuelo, lleva en su interior memorias de existencias y lugares pasados. Así los lumanios fueron apoyados durante varias generaciones por profundos recuerdos subconscientes de la civilización anterior. Pero al cabo, estos recuerdos comenzaron a debilitarse. Se habían protegido a sí mismos de la violencia, pero no del miedo.

Estaban, por tanto, sujetos a todos los miedos humanos corrientes, que en su caso fueron exagerados ya que físicamente no podían responder con violencia ni siquiera a la naturaleza. Si los atacaban se limitaban a huir. No aplicaban el principio de luchar o huir: sólo tenían un recurso.

(22.41.) El símbolo de su dios era masculino, una poderosa figura masculina que los protegía, ya que ellos no podían hacerlo. Este dios evolucionó a través de las eras al igual que lo hicieron sus creencias, y en él proyectaron aquellas cualidades que ellos mismos no podían expresar.

Mucho más tarde apareció como el viejo Jehová, el dios de la ira, que protegía al Pueblo Elegido. Por consiguiente, el miedo a las fuerzas naturales era inicialmente muy fuerte en ellos debido a las razones dadas, y trajo consigo un sentimiento de separación entre el hombre y esas fuerzas naturales que lo nutren. No confiaban en la tierra, ya que no podían protegerse de sus fuerzas violentas.

Su vasta tecnología y su gran civilización estaba en gran parte bajo tierra. En este sentido, fueron los primeros hombres de las cavernas, y también utilizaban esas cuevas como salidas de sus ciudades. Esas cuevas no eran solamente refugios para los poco hábiles nativos; a menudo eran puertas para entrar y salir de las ciudades de los lumanios. Mucho después de que las ciudades quedaran desiertas, los siguientes nativos, poco civilizados, encontraron estas cuevas y sus entradas.

En el período que vosotros llamáis ahora la Edad de Piedra, los hombres que creéis que son vuestros antepasados, los cavernícolas, solían encontrar refugio no en vastas cuevas formadas naturalmente, sino en canales creados mecánicamente que conducían a las desiertas ciudades en las que en una época habitaron los lumanios. Algunas de las herramientas que utilizaban los cavernícolas eran versiones distorsionadas de aquellas que encontraron.

La civilización de los lumanios estaba extremadamente concentrada en sí misma, ya que no intentaron conquistar a otros ni repartirse por un área extensa; sin embargo, a través de los siglos establecieron puestos avanzados por los que podían salir y seguir los pasos de los otros pueblos nativos.

Estos puestos estaban construidos bajo tierra. Había por supuesto conexiones entre las ciudades originales y los grandes asentamientos, un sistema de túneles extremadamente intrincados y con una bella trama. Como era un pueblo de estetas, las paredes estaban cubiertas de pinturas y dibujos, y había esculturas a lo largo de estas vías internas poco frecuentadas.

Tenían distintos sistemas de escaleras mecánicas, algunos para transportar a la gente a pie y otros para transportar las mercancías. No obstante, no era práctico construir esos túneles en ciertos puntos que tenían comunidades algo pequeñas y relativamente autosuficientes, algunas de las cuales estaban a una buena distancia de las áreas principales de comercio y actividad.

(21.21.) Estos puestos se hallaban situados en áreas dispersas, pero había un considerable número de ellos en lo que es ahora España y los Pirineos. Había varias razones para ello, una de las cuales era la existencia de ciertos hombres de enorme estatura en las áreas montañosas. Debido a la naturaleza tímida de esta gente [los lumanios], no gozaban de la vida en los puestos avanzados, y sólo a los más valientes y de confianza se les asignaba esta tarea, que, por cierto, era temporal.

(Una nota añadida posteriormente: Seth no nos ha dado fechas para la civilización lumania. Sin embargo, es interesante señalar que afínales de julio de 1971, unos ocho meses después de esta sesión, los periódicos trajeron las noticias -incluso con fotografías- de la excavación de un «enorme» cráneo prehumano en una cueva de los Pirineos franceses, muy cerca de la frontera con España.)

(El cráneo tiene al menos una antigüedad de doscientos mil años y representa a una raza que aún no ha sido identificada. Ahora hay hipótesis de que existieron en Europa ciertas razas primitivas en esa época. El período es anterior al del hombre del Neanderthal, y marca el comienzo de la penúltima era glaciar. Esta región del sur de Francia es famosa por sus abundantes cavernas, fácilmente excavadas en los macizos de piedra caliza por el agua. Jane no posee formación paleontológica.)

Las cavernas, repito, servían como puertas de salida al exterior y, con frecuencia, lo que parecía la
parte trasera de una cueva estaba por el contrario construido con material opaco al exterior y transparente desde el interior. Los nativos del área, que usaban estas cuevas como refugio natural, podían ser así observados sin peligro. Este pueblo reaccionaba a unos sonidos que no son audibles para vuestros oídos. Su peculiar miedo a la violencia intensificó todos sus mecanismos hasta un punto increíble, y siempre estaban alertas y en guardia.

(21.29.) Esto es difícil de explicar, pero eran capaces de entonar mentalmente un pensamiento en ciertas frecuencias —un arte altamente exquisito- y traducir luego ese pensamiento de muchas maneras, en forma o color, por ejemplo, e incluso en cierto tipos de imágenes. Su lengua era extremadamente rica de una manera que no podríais imaginar, simplemente debido a que las gradaciones de timbre, frecuencia y pausas eran muy precisas y complicadas.

De hecho, la comunicación era uno de sus puntos más fuerte, y si estaba desarrollada hasta tal grado era sencillamente porque temían tan profundamente la violencia que estaban constantemente en estado de alerta. Se reunían en grandes grupos familiares, por su necesidad de protección. El contacto entre padres e hijos era muy intenso, y los niños se sentían profundamente incómodos si estaban fuera de la vista de sus padres durante cierto período.

(21.34.) Por todo esto, aquellos individuos que estaban en los puestos avanzados se encontraban en una situación muy incómoda. Estaban muy limitados en número y enormemente separados de las áreas principales de su propia civilización. Por consiguiente desarrollaron una actividad telepática aún mayor, y una gran compenetración con la tierra que tenían sobre sus cabezas, de manera que notaban inmediatamente el más mínimo temblor o pisada y el mínimo movimiento fuera de lo normal que hubiese arriba.

Tenían, por así decirlo, numerosas mirillas hacia la superficie desde las que podían observar, y cámaras situadas allí capaces de tomar las fotografías más precisas no sólo de la tierra, sino también de las estrellas.

Por supuesto, tenían un conocimiento preciso sobre las áreas de gas bajo tierra y la corteza interna, y mantenían una cuidadosa vigilancia para prever los temblores de tierra y las fallas. Se sentían tan orgullosos de su descenso a la tierra, como pudiera estarlo cualquier otra raza de las que la habían abandonado. (21.40.) Ésta era, como ya os he dicho, la segunda y quizá la más interesante de las tres civilizaciones. La primera siguió aproximadamente vuestra línea de desarrollo y tuvo que hacer frente a muchos de los problemas que tenéis ahora. Estaban situados principalmente en lo que llamáis Asia Menor, pero eran expansionistas y viajaban fuera, a otras áreas. Éste es el pueblo que mencioné anteriormente, que finalmente se fue a otros planetas en otras galaxias, y del cual surgió el pueblo que formó la civilización Lumania.

Antes de que entremos en la tercera civilización, hay algunos puntos que me gustaría tocar sobre la segunda.

Esto tiene que ver con la comunicación y con la manera en que la aplicaban a sus dibujos y pinturas, y a todas las delicadas formas que podía adoptar su comunicación creativa. En cierta manera su arte era muy superior al vuestro, y no estaba tan aislado. Por ejemplo, las distintas formas del arte estaban conectadas de una manera que a vosotros os resulta prácticamente desconocida, por lo que será bastante difícil explicarlo.

(22.00.) Considerad, por ejemplo, algo muy sencillo, digamos, el dibujo de un animal. Vosotros lo percibiríais como un simple objeto visual, pero estas gentes eran grandes sintetizadores. Una línea no era simplemente una línea visual, sino que, de acuerdo con una variedad de divisiones y distinciones casi infinita, también representaba ciertos sonidos.

Un observador podía traducir los sonidos automáticamente antes de preocuparse por la imagen visual, si así lo deseaba. En lo que hubiera podido parecer sólo el dibujo de un animal, podían darse también su historia total y sus características. Las curvas, los ángulos, las líneas; todos representaban, además de las obvias funciones objetivas de un dibujo, una complicada serie de variaciones de timbre, tono y valor, o palabras invisibles, si así lo preferís.

(22.07.) Las distancias entre líneas eran traducidas como pausas de sonido, y a veces también como distancias en el tiempo. El color se usaba como un lenguaje para la comunicación en pinturas y dibujos; y, como ocurre en cierta manera con vuestros colores, representaba distintos grados de emociones. Además, el valor o intensidad del color, servía para refinar y definir más a fondo; por ejemplo, bien reforzando el mensaje ya dado por el valor objetivo de las líneas, los ángulos y las curvas, y por los mensajes invisibles de palabras ya explicados, o bien modificando éstos de varias maneras distintas.El tamaño de estos dibujos también tenía su propio mensaje. En cierta manera era un arte muy estilizado, y sin embargo permitía una gran precisión de expresión en cuanto a los detalles y una gran libertad en cuanto a su ámbito. Obviamente todo estaba muy comprimido. Esta técnica fue descubierta más tarde por la tercera civilización, y aún existen algunos dibujos hechos en imitación de los primeros. Pero la clave para interpretarlos se ha perdido totalmente, así que todo lo que puede verse ahora es un dibujo desprovisto de los elementos multisensoriales que le daban esa enorme diversidad. La diversidad está, pero no podéis darle vida.

Debería quizá mencionar aquí que algunas de las cuevas, especialmente en ciertas áreas de España y de los Pirineos, y algunas anteriores en África, eran construcciones artificiales. Esa gente podía mover las masas mediante el sonido y, como os dije anteriormente, realmente transportaban la materia gracias a su gran dominio del sonido. Así construyeron sus túneles originalmente, y ése fue también el método utilizado para abrir algunas de las grutas en áreas donde había pocas originalmente. Los dibujos de las paredes de las grutas solían tener una información enormemente estilizada, casi como los letreros que usáis vosotros en los edificios públicos, sobre los tipos de animales que había en el área.

Estos dibujos fueron usados más tarde como modelo por vuestros primeros hombres de las cavernas en los tiempos históricos a los que os referís normalmente.

(22.20. Yo había empezado a toser durante la transmisión de Jane, debido al humo de sus cigarrillos. Ella dijo que se había dado cuenta de ello, pero que incluso así su trance había sido mejor esta vez. Aireamos el estudio a pesar de la temperatura exterior. Continuamos a las 22.33.)

Bien. Sus capacidades de comunicación, y por tanto sus capacidades creativas, eran más vitales, más vivas y más sensibles que las vuestras. Cuando vosotros oís una palabra puede que seáis conscientes en vuestra mente de la imagen correspondiente. Pero, en esta gente, los sonidos conformaban automática e instantáneamente una imagen sorprendentemente vivida que no era tridimensional en forma alguna, pues era interna, pero que era mucho más vivida que vuestras imágenes mentales corrientes.

Ciertos sonidos, repito, eran utilizados para indicar sorprendentes distinciones de tamaño, forma, dirección y duración, tanto en el espacio como en el tiempo. En otras palabras, los sonidos producían automáticamente imágenes brillantes. Por esta razón existía una fácil distinción entre lo que se llamaba la visión interna y la visión externa, y era bastante natural en ellos cerrar los ojos cuando estaban sentados hablando, para comunicarse más claramente, pues así gozaban de las siempre cambiantes imágenes internas que acompañaban a todo intercambio verbal.

(22.41.) Aprendían rápidamente y la educación era un proceso muy estimulante, porque su facilidad multisensorial imprimía, en ellos automáticamente la información, y no empleando un único canal cada vez, sino muchos simultáneamente. Sin embargo, todo esto, y la inmediatez de sus percepciones, generaba en ellos una debilidad inherente. La falta de capacidad para enfrentar la violencia y aprender a dominarla significaba, por supuesto, que ellos también reprimían drásticamente ciertos impulsos a actuar. La energía estaba bloqueada en estas áreas, por lo que realmente les faltaba una cualidad de fuerza o un sentido de poder.
No me refiero necesariamente a un poder físico, pero usaban tanta energía para evitar cualquier encuentro con la violencia, que luego no eran capaces de canalizar los sentimientos agresivos ordinarios en otras áreas.

Mauritia continente recientemente descubierto.
¿La antigua Lumania?
He estado hablando sobre los lumanios con cierto detalle porque ellos forman parte de vuestra
herencia psíquica. Las otras dos civilizaciones tuvieron mucho más éxito en muchos sentidos, pero el fuerte propósito que subyacía tras el experimento de los lumanios fue extremadamente volátil. Y, aunque no fueron capaces de resolver el problema de la violencia tal como la entendían en vuestra realidad, su apasionado deseo de hacerlo todavía resuena a lo largo y a lo ancho de vuestro entorno psíquico.

Debido a la verdadera naturaleza del «tiempo», los lumanios todavía existen tal como eran en vuestros términos, y con frecuencia hay infiltraciones en la atmósfera psíquica. Esto no sucede por casualidad, sino cuando cierta clase de relación tiene el efecto de saltar entre sistemas que de lo contrario están bastante separados. Así que ha habido esas infiltraciones entre vuestra propia civilización y la de los lumanios.

(21.13.) Por ejemplo, varias religiones antiguas tomaron la idea de la fiera figura del dios de los lumanios, y proyectaron sus conceptos de fuerza, poder y violencia en él, en ese dios cuya intención era la de protegerlos cuando la no violencia no les permitía protegerse a sí mismos.

Ahora están ocurriendo otras infiltraciones, por así decirlo, que permitirán que vuestra gente vislumbre los conceptos mul-tidimensionales sobre el arte y la comunicación de los lumanios, pero de forma rudimentaria.

Debido a la naturaleza de las probabilidades hay también, por supuesto, un sistema de realidad en el que los lumanios tuvieron éxito en su experimento con la no violencia, y en el que surgió un tipo de humano completamente diferente.

(21.19.) Todo esto puede pareceros muy extraño, simplemente porque vuestros conceptos de la existencia son muy específicos y limitativos. Los conceptos de las realidades probables y de los dioses y hombres probables pueden resultar bastante absurdos, y, sin embargo cuando leéis este libro, sois sólo uno de los «vosotros» probables. Otros vosotros probables no os considerarían reales a vosotros, por supuesto, y algunos podrían cuestionar vuestra existencia con bastante indignación. No obstante, el sistema de realidad probable no es una simple cuestión filosófica. Si estáis interesados en la naturaleza de vuestra propia realidad, entonces se convierte en un asunto altamente personal y muy pertinente.

Al igual que las distintas cualidades de los lumanios están presentes todavía en vuestra atmósfera psíquica, al igual que sus ciudades aún coexisten en las áreas de tierra que vosotros consideráis propias, de la misma manera otras identidades probables coexisten con las identidades que vosotros llamáis ahora las vuestras propias.

(Nota: De acuerdo con Seth, los lumanios eran los segundos de un grupo de tres civilizaciones altamente tecnológicas que existieron en nuestro planeta mucho antes del tiempo de la Atlántida).

3 comentarios:

  1. ¿Hay algún indicio científico sobre la probable existencia de esta civilización?

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  2. Me siento muy identificado con esta civilizacion, auq es primera vez q la leo y escucho, y m recuerdo q hay una pelicula q habla sobre esto, es vieja creo q blano y negro. Q inrerezante...

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