12 de marzo de 2010

Hoy Crónica Subterránea quiere solidarizarse con un colega amigo, Alejandro Agostinelli, quién el año pasado fue uno de los entrevistados del blog, cuando la presentación de su libro Invasores.

Como siempre decimos, no estamos ajenos a las injusticias y menos en este caso, y es por eso invitamos al lector a que se interiorice en esta historia, contada por su propio protagonista.

FUERZA ALE!


Alejandro Agostinelli





El pasado lunes 9 de marzo, Magia Crítica desapareció de su soporte natural (el medio que me lo encargó, Crítica de la Argentina). ¿Cuál fue el detonante? Tuve la indecencia de preguntar a Nerina Sturgeon, jefa de la edición digital del diario, si “contaba con ella” para influir en la gerencia de la empresa, Papel 2.0, para recuperar el sueldo que solía pagarme por hacer esta tarea.

Su respuesta fue inmediata. Digo más: tal vez, nunca recibí de su parte una respuesta tan veloz: ni Fumanchú hubiese desmaterializado un blog con la misma celeridad. Delete, ¡pum!, y a otra cosa: no hay mejor muerto que el privado de decir sus últimas palabras.

Me resulta imposible saber si, cuando borró
Magia Crítica del Directorio de Blogs de Crítica de la Argentina, Sturgeon se sintió poderosa. Pero sé que eliminar de un plumazo un reclamo fastidioso causa placer entre ciertos espíritus morbosos, que disfrutan de unas facultades absolutamente temporarias y susceptibles de renovación, como lo son los puestos jerárquicos en los medios periodísticos.

Quiénes trabajan en Internet saben que la memoria de la red también es poderosa. Desde hoy, Sturgeon cargará con el estigma de haber liquidado sin contemplaciones un blog del diario porque consideró “pseudoamenazante” un modesto reclamo salarial.

En estas circunstancias sería mucho más fácil y espontáneo para mí soltar a los diablitos que se me amontonan en la punta de la lengua. Pero si lo hiciera, quebraría la línea que mantuve desde diciembre de 2008, cuando comencé a hacer Magia Crítica.

Desde luego, moderar calificativos hacia unos no me exime de expresar mis propios sentimientos. Voy a mencionar uno: sentirme ultrajado cuando fui privado de la posibilidad de despedirme de los lectores del blog.

Hasta el sentenciado frente al pelotón de fusilamiento tiene derecho a un último deseo.
Sturgeon ni siquiera me permitió decir chau.

Por suerte, los 171 artículos generados a lo largo de 14 meses de trabajo están a salvo: Max Seifert, un amigo ajeno al diario, los acaba de rescatar en este blog.

LA TRASTIENDA. Si alguien quiere conocer más detalles, sólo puedo prometer una tediosa crónica sobre pequeñas miserias humanas. Trataré de ser sintético: dejé de recibir mi sueldo en septiembre de 2009. El despido fue por mail. En aquel texto, Sturgeon anunciaba que desde octubre “el sistema pago” no corría más para aquellos blogs que no recibían una X cantidad de visitas.

Para entonces, habían pasado nueve meses del inicio de Magia Crítica. Ya había publicado más de medio centenar de notas, suficientes para resguardar mis derechos indemnizatorios. Para el Estatuto del Periodista, yo, como colaborador, soy parte (olvidada, minimizada, patadoculeada, pero parte al fin) de la redacción de Crítica Digital.

En ese momento elegí no invocar mis derechos. Creí que así iba a defender a un blog necesario y que me encantaba hacer. Pero también sentí una enorme curiosidad por saber cómo continuaba la historia: haber recibido un “telegrama de despido virtual” era para mí toda una novedad.

Interesado en cómo seguía el asunto, le pedí a Sturgeon una reunión. Tras largas dilaciones me recibió. La situación le resultaba incómoda y se le notaba. Me informó que la empresa se reservaba el derecho de decidir cuál blog seguía y cuál no y Magia Crítica estaba entre los que no.

“¿Y entonces?”, dije. “Y entonces nada, si te sirve quedarte, quedate, pero desde octubre no recibimos más facturas tuyas”.

Trabajar gratis no estuvo entre mis planes. Nunca iba a aceptar, nunca acepté, tales condiciones. Por eso le pedí independencia para administrar el blog, la disponibilidad técnica para añadir banners publicitarios o, llegado el caso, la posibilidad de irme con el blog a otra parte. Semanas después en la empresa se desató un largo conflicto: éramos decenas los colaboradores sin cobrar. El desprecio patronal por el sector más débil empezó a patear a los trabajadores. Unos perdieron por cansancio, otros siguen luchando. Parte de esa legión de desclasados, participé en los intentos por hacer reaccionar a la empresa: financiar la salida de un diario en base al hambre o el endeudamiento de quienes lo hacen remonta a sus gerentes a las nubes de la canallada.
Mientras mi pedido no era escuchado, yo seguí mi rutina actualizando Magia Crítica.
Papel 2.0, por su parte, siguió agregando avisos de los anunciantes del diario.

EL CUCO DE LOS BLOGGERS. Pese a que los salarios atrasados ni las respuestas llegaban, me distrajo la ilusión de suponer que Magia Crítica había pasado a ser un “mal necesario”. De hecho, era uno de los pocos blogs del diario que se actualizaba hasta tres veces por semana y no parecía que lo hubiesen “tolerado”, ya que sus titulares comenzaron a aparecer con frecuencia en la home del diario. Durante ese lapso hice lo posible por olvidar una larga tradición de maltrato, mentiras e indiferencia.

Pero no, resulta que Sturgeon creyó que yo estaba dispuesto a trabajar gratis para la empresa que -sin ser accionista- defiende a pisotones.

(Y abro aquí un paréntesis: en una nota publicada en Crítica de la Argentina el 11 de octubre de 2009,
El cuco del periodismo digital, Sturgeon parecía lamentar que “las redacciones digitales son el desván de las grandes redacciones”, las cuales “suelen ser vistas como el mal necesario que llegó de la mano de la expansión de las nuevas economías y tecnologías”. Según esa escuela de pensamiento, ¿qué vendrían a ser los blogs de los medios digitales? ¿El baño de servicio? En la misma nota, Sturgeon cita a Washington Uranga, ex director de la Maestría de Periodismo de la UBA, quien en un foro exigió un análisis sobre “el proceso de precarización de las condiciones laborales de los periodistas, en particular aquellos que participan en medios digitales”. Es llamativo comprobar cómo la discontinuidad entre lo que se dice y lo que se hace malogra el prestigio de colegas que hubiesen hecho mejor negocio cerrando el pico.)

Algunos medios en papel –los grandes y, como se advierte, también los que están en vías de extinción- han inventado la modalidad según la cual se permiten incorporar periodistas para escribir blogs temáticos sin costo. “Es una vidriera para mostrar tu trabajo”, pretenden.

Los editores que reclutan mano de obra gratuita para generar contenido han dejado de ser periodistas. El empresario más negrero sabe que hasta los pasantes deben ser remunerados. Y la piolada de los serviles paga con el repudio de quienes fueron sus compañeros.

CRÍTICA MAYA. También podría hablar un buen rato de la precarización del blogger periodístico, pero podría agregar mucho más sobre la insensibilidad, la mediocridad y las agachadas de los editores que se creen campeones del profesionalismo desgraciándose en las conquistas gremiales de los periodistas. Que para más Inri asumen con torpeza la urgencia de ganar lectores a cualquier precio.

Es que, para toda una generación de alcornoques, la vara del “nuevo periodismo” parece ser el
Google Analytics.

Mención aparte merecen los dispositivos contadores de visitas que sólo pueden ser monitoreados por los editores -y excepcionalmente por los autores-. Como muchos saben, hace muchos años que la
UTPBA es una burocracia impávida frente a la destrucción de los puestos de trabajo. Si los trabajadores de prensa tuviéramos quienes nos defendieran, este recurso tecnológico introduce una variante nada considerada por quienes deberían vigilar los atropellos que cometen las empresas periodísticas y sus disciplinados amanuenses. Para ellos, noticias, titulares e imágenes son mera mercancía. El único horizonte en sus agendas es negociar con masas o masitas de lectores a quienes consideran cotos de caza (en las reuniones de sumario los deben llamar target cautivo). En suma, que la disposición de una empresa periodística a pagar por una tarea dependa del número de lectores menoscaba y degrada a la tarea del comunicador. Ningún periodista comprometido con su oficio debería ser despedido porque sus notas reciben “pocas visitas”. Y si lo es, a hacerse cargo. La excomunión del “redactor poco leído” tampoco figura en los códigos de ética periodística.

Por lo demás, los editores mimetizados con las empresas deberían recordar que existe algo llamado período de prueba: si durante ese lapso el contratista “olvida” quitarse un clavo de encima, no les queda otra que afrontar sus responsabilidades cuando “descubren” tarde que el rendimiento de ciertos trabajadores es insuficiente.

La afluencia de seguidores de Magia Crítica sin duda no reventaba los servidores. La empresa podría haber invitado a su autor a cuarteles de invierno: “prueba no superada”. Tuvo tiempo para hacerlo y no lo hizo. ¿Qué gana pisoteando nuestros derechos? Solamente tiempo.

Termino con una apelación al respeto intelectual por el lector que imagino de un diario como el que cobijó a mi blog.

Algunos medios eligen contenidos que, si bien no generan tanto rating, buscan lectores curiosos y exigentes. En suma, lectores que esperan un tratamiento crítico de la realidad.
Otros medios buscan aficionados al
Calendario Maya.
Me pregunto si los fundadores de
Crítica de la Argentina tuvieron en mente a ese tipo de lectores cuando bautizaron al diario “Crítica”.

Gracias a los que me siguieron hasta acá. Volveremos.

4 comentarios:

  1. Estimado señor Agostinelli:
    He leído muchas veces su interesante blog y lamento lo que ha pasado, pero creo que usted como hombre muy inteligente ya sabría a que atenerse cuando aceptó participar en ese diario, considerado psico stalinista , y que no acepta la libre opinión,la libre expresión ni la "critica ", es el estilo kirchnerista, llevado a su máxima expresión absolutamente pago mediante avisos oficiales.
    Como se suele decir en estos casos , quizás este cambio de aire para usted será "un mal que por bien no venga",de manera que el futuro puede ser mejor para usted y sus lectores.
    Mi solidaridad y espero que ahora no vaya a trabajar a Página 12.
    Un saludo.
    Keef Yolk Zuhonk

    ResponderEliminar
  2. Gracias Keef por la solidaridad, pero a Crítica se lo podrá acusar de muchas cosas, menos de filo kirchnerista. La línea de ese diario es anti-k hasta la médula. Pero me parece que eso tampoco viene al caso. De hecho, con algunas opiniones mías (que a veces se podían interpretar anti-k y otras pro-k, da igual) nunca se metieron.
    Para mí, la actitud más repudiable es el servilismo hipócrita de editores más papistas que el Papa, que actuaron por su cuenta pasándose por las botas el estatuto que regula las relaciones de los periodistas con sus empleadores, llegando al extremo de pretender que trabajar para ellos gratis es un honor porque uno tiene el privilgio de mostrar sus trabajos un diario nacional. Esto no es un invento mío, lo dice Nerina Sturgeon (editora de Crítica Digital) acá abajo:

    http://tejiendo-redes.com/2010/03/25/que-paso-con-magia-critica-y-la-precarizacion-del-periodismo-en-argentina/

    Saludos,
    AleA
    PD: ¿Qué quiere decir "psico stalinista"? Primera vez que leo esa untuosa expresión. ¿Tener eso es algo muy malo?

    ResponderEliminar
  3. En la década del 70 , se les decía psico marxista a quienes habían llegado a esa posición política luego de un trajinado período de psicoanálisis, por lo general gente joven influenciable por la generación de psicoanalistas marxistas que explotaban su capacidad de penetración ideológica sin miramientos.Muchos de los males de mi querida Argentina allí residen precisamente.Cuando digo psico estalinista hago referencia a eso precisamente,"in ewxtremis".Véase el actual gobierno y muchos de sus confesos integrantes. Se dice que es muy bueno tener una cabeza abierta, pero lo muy peligroso es que siempre hay alguien que quiere poner cosas dentro, y es en ese preciso momento en que dejamos de ser libres.
    Mi repuesta es que, "tener eso" no es muy malo sino preocupante sobre la forma en que se llegó, por inducción o por convicción, donde hay una sutil diferencia , pero diferencia fundamental al fin.
    Noto todo esto en muchos argentinos que a pesar de recibir el castigo del sistema político vigente, en lo económico,social y politico lo siguen defendiendo inflexiblemente, por perversos principios inducidos.
    Dejo un saludo Urbe et Orbi.
    Keef Yolk Zuhonk

    ResponderEliminar
  4. Que lindo es pontificar desde la comodidad del teclado!

    Estas nuevas generaciones de argentinos?, que juzgamos el pasado desde una mirada tan lejana, como si no fuéramos nosotros y la imagen del espejo devolviera una figura disociada.

    Dentro del modelo psicoanalista "no marxista", el término esquizofrenia debe contar con un lugar destacado.

    Débora

    ResponderEliminar