1 de junio de 2015

Decodificando Tiwanaku - Luis Fernando Pacheco Medrano - Entrevista Exclusiva - Débora Goldstern©

Decodificando Tiahuanaco
Luis Fernando Pacheco Medrano
Entrevista Exclusiva
Débora Goldstern©

Luis Fernando Pacheco Medrano


En mi antepenúltimo viaje a Bolivia durante 2013, tuve oportunidad de reunirme con los estudiosos más prestigiosos del país andino, quiénes actualmente vienen llevando a cabo desde hace décadas, la decodificación de Tiwanaku. 

Uno de esos investigadores, tiene a Luis Fernando Pacheco Medrano como un incansable traductor de aquel mundo perdido, quién amablemente fuera anfitrión en su hermosa casa de estilo colonial, durante el acercamiento con aquellos investigadores silenciosos pero tenaces, que lejos de los reflectores oficiales, vienen trabajando arduamente. 

En el caso de Luis Fernando, sus credenciales académicas revelan a un hombre entrado en estos misterios, resultado de sus extensos viajes hacia ruinas arqueológicas y museos por todo el mundo, además de ser un eximio epigrafista, que le permitieron ir descubriendo este universo poco comprendido, que mas tarde explayaría en sendas obras de exquisita escritura. 


Artista plástico y empresario de prestigio, su tiempo libre lo dedica a la magna tarea consagrada activamente a los enigmas de Tiwanaku, en la que lleva invertido casi cinco décadas, siendo activo participante en la escena local de su país. Sin dudas una voz entrenada, y digna de leer.

!Atienda el lector!


Pregunta inicial: ¿Cómo y cuándo se inician tus estudios acerca de Tiahuanaco?

En 1969 realicé mi primer viaje importante a Tiwanaku y desde entonces me maravilla su gran y recóndito misterio. Mi interés por la materia de tiwanakología aumento aún más debido a mi participación activa en la vuelta del Gran Pachacuti (estela 10) a Tiwanaku, en el año 2001, fecha en la que inicié mis investigaciones formalmente. En el año 2009 publiqué mi primera obra dedicada a la cultura-luz de América titulada Thäipykkhala, Arqueologia Poética y en el año 2011 se difundió Thäipykkhala, Tiempos Mágicos y en el año 2015 se publicará Thäipykkhala, Escritura Sagrada; trabajos que intentan rescatar aspectos centrales de esta cultura a partir de una idea fundamental, “la fantasía psicológica se halla inerme ante las cuestiones capitales de la creación y poesía de la época” (E. Meumann, 1924).

Arturo Posnansky y 
el Monolito Ponce, 1903 (Fig.1)
La escritura de Tiahuanaco representa un desafío, que actualmente tiene a la comunidad académica boliviana ocupada en su desciframiento. Uno de esos estudiosos lleva tu nombre, quién hasta el momento lleva varios trabajos publicados, centrados especialmente en los aspectos epigráficos, lo cual me lleva a inquirirte ¿Es posible aspirar a una decodificación total del sistema de escritura legado por esta civilización?

El carácter de la escritura simbólica de Tiwanaku, se presenta como un relato cósmico-sacro-religioso proveniente del seno del primitivo “Padre Cielo”. Memoria, transmisión visual y enseñanza, constituyen la estructura de una construcción singular, compleja y muy organizada de símbolos que tienen varios significados. El medio del que me valí fue puramente el análisis de los signos, realizado en base al sistema de desciframiento egipcio utilizado por Budge, Gardiner, Champolion. Usando la metodología empleada por ellos para decodificar los jeroglíficos egipcios fue posible comprender muchos aspectos que hasta la fecha han permanecido en el misterio. ¿Qué pensaron sus creadores? ¿Qué proceso creativo siguieron? ¿Qué vivencias les inspiraron? eso nunca lo sabremos con certeza. La clasificación de las inscripciones y sus “determinativos” fue estrictamente gráfica, “(...) de acuerdo a la categoría a la que pertenecen en el ámbito de las ciencias naturales y otras, como la figura humana, animales, objetos inanimados, formas geométricas, etcétera” (Budge, 1920).

Para comprender este rasgo propio y misterioso de la cultura Tiwanaku, se estudiaron muchas cuestiones comunes con relatos, mitos, tradiciones, creencias de otras culturas y de otros pueblos muy diversos y dispersos en el tiempo y el espacio. Como ejemplo se puede citar lo siguiente:

Thunupa (“el padre de la raza”), héroe cultural muy conocido en el altiplano boliviano es el gran guerrero y el mítico barquero; encarna la expedición, la empresa, la virilidad. La mitología le asigna dos compañeras Quesintü y Umantü, transformadas por la fábula en sirenas indias o mujeres-pez, quienes lo habrían rescatado de aguas del Ti’ti-kha’kha y se habrían perdido con él navegando por el Desaguadero rumbo al lago Aullagas (hoy Poopó), poblándolo de peces. El gigante de las sagas escandinavas, Hymir (“el Oscuro”) es un gigante del mar que personifica las fuerzas primordiales. Al salir a pescar con el dios Thor captura dos ballenas (Howard Pyle: Leyendas populares nórdicas del mar, 1853-1911). “La pareja humana (representada por los fundadores míticos del imperio) constituye el modelo dualista de la sociedad y del mundo... opuestos antagónicos constituyen una sola entidad contradictoria...” (F. Montes, 2009).

“En la isla de Suriqui, en el lago Titicaca, se siguen construyendo actualmente unos botes de junco de totora que son casi idénticos, tanto en el método de construcción como en el aspecto que ofrecen, una vez terminados, a las barcas de los faraones hechas con cañas de papiro. Los lugareños afirman que quienes les transmitió la forma de hacer esos barcos fue el pueblo de Wiracocha” (Daniel T. Fox, Tiwanaku, Pueblo de los Hijos del Sol).

Tres grupos de símbolos predominan: la simetría, las líneas onduladas, y los seres vivos. Tres son los temas centrales: la vida, la muerte, Dios. Existen diversas interpretaciones sobre el significado de los relieves de la cultura Tiwanaku. Al intentar decodificar los signos de las portadas y los monolitos, no se debe perder de vista que las ideografías tienen varios significados, tanto como valor numérico, o como valor simbólico o como valor volumétrico y/o geométrico, y recordar que “(...) varios diseños de Tiwanaku, como el arte de la Puerta del Sol, no emplean el dibujo de perspectiva. Esta manera de dibujar nos recuerda la de un niño que no representa lo que ve, sino lo que se imagina” (Fritz Buck, 1937).

Junto a Luis Fernando Pacheco Medrano, a mi izquierda.
Una observación que me viene a la mente durante el encuentro realizado en mi viaje del 2013, donde tomé contacto no solo con tu trabajo, sino también con otros investigadores vinculados en tu misma tarea epigráfica, es la gran diferencia a la hora de buscar puntos coincidentes acerca del mensaje transmitido ¿Por qué crees existen opiniones tan diversas, a la hora de encontrar respuestas acerca de esta enigmática escritura?

Cada investigador tiene una meta diferente, en mi caso no es lo arqueológico, es más el sicológico fantástico que se traduce en signos y símbolos. En otros casos el enfoque es a través del pensamiento mágico, lo cual reduce a un esquema frío y simplista las grandes manifestaciones del hombre. Así, por ejemplo, el altar es un símbolo de la proximidad a Dios; pero originariamente el altar no significaba otra cosa que mesa (mesa del sacrificio). Corona y cetro son símbolos del poder real; pero originariamente, la corona no era más que un tocado, y el cetro un bastón o maza para golpear. ¿Cuáles las razones psico-filosóficas para la forma de la pirámide?, no lo sabemos por cierto, pero se ha dicho que la pirámide en gradas representaba una escalera gigantesca por la cual, ascendía el sabio a la región astral, a la Unidad; en lenguaje gráfico y metafórico, de la pirámide escalonada se puede decir que es la representación geométrica del signo montaña, significa la fatalidad y el esfuerzo, y no así una plataforma para naves espaciales. En “donde hay una forma simbólica se produce  una asociación de la vieja forma con una nueva significación que no le fue propia originariamente” (E. Meumann, 1924).

Para una correcta interpretación y reconstrucción hipotética del alma tiwanakota, es necesario ampliar la investigación a diferentes ámbitos, como ser: el psicológico, el etnológico, el fantástico, la lingüística, la astronomía, etc.

Puerta del Sol (fig.2)
Una de las primeras interpretaciones sobre el real significado de Tiahuanaco, en base a los grabados existentes en sus rocas líticas, señala una especie de génesis bíblico, que se remontaría a los tiempos diluvianos, era cronológica aún en exploración a decir de algunos historiadores ¿Coincidís con esta visión, que remonta la antigüedad de la ciudadela andina a cifras casi astronómicas?

El credo ideológico de carácter folklórico de las razas posteriores a Tiwanaku, referente a su ser, reza que existió una humanidad anterior con la cual se disgustó el Creador y los transformó en los monolitos que hay en Tiwanaku. Esta tradición recoge reminiscencias fantásticas de las grandes catástrofes del planeta y marca el inicio de la segunda raza de los primeros tiempos de la vida en el mundo andino, después de Tiwanaku. “Conforme a las leyendas, cuando las aguas del diluvio comenzaron su descenso, la deidad sireniforme llamada Khopakhawana, subida sobre la península a la cual dio su nombre, vislumbra sobre las aguas la primera luz del entendimiento humano. Marca el inicio del calendario aimara, de antigüedad similar al calendario hebreo, 3008 a.C. En el año 500 a.C. se erige a orillas del lago Ti’ti-kha’kha un monolito de piedra verdusca y resplandeciente en honor a la Madre de las aguas y de los peces”(Arduz, M., 2002).

Las Mil y Una Noches contienen varios cuentos de “Personajes Marinos”, como "Abdullah el Pescador", quien descubre una sociedad submarina que se presenta como una humanidad diferente a la terrestre, en el sentido de que la cultura del agua los KJotsuñi en aimara, sigue una forma de comunismo primitivo donde los conceptos como el dinero y la vestimenta no existen.
“De la cosmovisión andina deriva el concepto más trascendente de la peculiaridad sociológica de los Andes: el ayllu. El ayllu define las bases de la relación social, la familia, el amor y —a su tiempo— el imperio incaico” (Renato Aguirre Bianchi, http://www.galeon.com/literaturarica/cosmoandina.htm, 2005). Desde este punto de vista el ayllu no solo es responsable de la producción económica y el orden social en el estado, sino, en ultimas, es el garante principal de la armonía de los mundos que se traduce en la prosperidad comunitaria” (Restrepo Arcila, Roberto A., Tiwanaku: Un estado precolombino-Instituciones sociales, políticas y económicas del Tawantinsuyu, Prod. CIMA, 1995.) El Ayllu, mecanismo social y económico inspirado en el cosmos, es el espíritu andino. Dependiendo de las lluvias y el clima de cada región, se cultivaban los dominios destinados a satisfacer, primero, la demanda familiar y luego la del Inca. El trabajo se hacía por cada familia, pero era costumbre la reunión de varias de ellas para efectuar un trabajo comunal en las plataformas agrícolas; “según Alan Kolata y Oswaldo Rivera, las plataformas medían entre cinco y veinte metros de ancho, y su longitud alcanzaba hasta los 200 metros” (Martti Pärssinen). “Este concepto permanente del trabajo comunitario es otro de los principios básicos de la vida en los Andes. Posteriormente, terminada esta labor, en medio de festividades propiciatorias se procedía a cultivar las posesiones dedicadas al Sol, en un trabajo comunitario donde participaban hombres y mujeres aptos. Finalmente, luego de nuevas festividades y ceremonias se continuaba con el trabajo en la tierra del Inka” (Restrepo Arcila, Roberto A., Instituciones sociales, políticas y económicas del tawantinsuyu, Revista Pumapunku No.8, Producciones CIMA, 1995.) El ayllu —a su tiempo— fue el imperio incaico.

Otras historias de Las Mil y Una Noches dan cuenta de civilizaciones y de tecnologías avanzadas del pasado que desaparecieron y de las catástrofes que las arrasaron. En otro cuento, “Las Aventuras de Bulukiya”, el protagonista Bulukiya en su cometido de conseguir la hierba de la inmortalidad explora los mares, donde encuentra una sociedad de sirenas. El primer relato conocido sobre las sirenas apareció en Asiria, ca. 1000 a. C. (http://www.crystalinks.com/mermaid.html) pero fue en Copacabana de los Andes donde se la vio por primera vez.

Estas imágenes, sin duda, sintetizan un poema amatorio con connotaciones sobre el origen, sexo y folklore, que dan lugar a las primeras manifestaciones de la libido, dentro del perfil que definió a las etapas protohistóricas de las culturas andinas. Las sirenas, las misteriosas criaturas de la fábula marina que tienen cabeza, torso y brazos de una hermosa mujer y la parte inferior del cuerpo con escamas y cola de pez, pueden haberse sido inspiradas en bañistas mujeres que cuando ingresan ó salen, del agua para lavarse ó sumergirse, llevan recogidos los largos cabellos en hermosos tocados sobre la cabeza y muestran el torso donde destacan los senos admirables y redondos; la parte inferior del vestido cubre lo carnal, dándole la apariencia de una cola de pez que se mueve de izquierda a derecha, de igual manera que las mujeres que concurren a tomar baño, cantando, lo hacen queriendo llamar la atención. Una sonrisa encantadora para la mirada encantada.

El dios del rayo (fig.3)
Los ecos que prevalecen sobre el origen de Thäipykkhala anuncian que todo comenzó con Perúm-Whirajhocha, el misterioso ser acuático que advino a la región emergiendo de las aguas con vestido de apariencia de pez, y cuyo nombre probablemente significa “Señor del Agua”; según la tradición recogida por el cronista Juan Betanzos en 1557. “Surgió del lago Titicaca, hizo el cielo, la tierra, creó a los hombres y dándoles un señor que debía gobernarlos regresó al lago”. se apareció con cierto número de gente. Eran los enviados venidos por agua y conocidos como los Whirajhochas: Ta’takh’i Pachakhutekh, Thunupa, Illapa, Laura Jhak’e, Perúm. Como soberano, y a la vez sabio, instauró las bases de un orden social; “pintándoles los trajes y vestidos que cada uno había de traer y tener... El Hacedor estaba en Tihuanacu, porque dicen que aquel era su principal asiento...” (B. Cobo, Historia del Nuevo Mundo, 1615). El padre Cristóbal de Molina (1557), a su vez, cuenta lo siguiente: “… en Tihuanacu, el Hacedor empezó a hacer las gentes y naciones que en este orbe hay, y haciendo de barro cada nación, pintándoles los trajes y vestidos que cada una había de traer y tener… Y prosiguiendo la dicha fábula dicen que el tiempo que El Hacedor estaba en Tihuanacu, porque dicen que aquel era su principal asiento… y dicen que era de noche y allí hizo el Sol, la Luna y las estrellas; y mandó al Sol, la Luna y las estrellas fuesen a la isla de Titicaca que está allí cerca; y que desde allí subiesen al Cielo” (Pärssinen, Ob. Cit.). Sus fieles no lo conocieron bien y prometió, antes de irse a lugares desconocidos, regresar vía marítima, no sin antes dejar el control de la ciudad a su comitiva. Según la tradición recogida por el cronista Juan Betanzos (1557), “el hacedor Contiti Viracocha  se apareció con cierto numero de gente de la laguna del Collasuyu (Ti’ti-kha’kha) y después en Tiwanaku creo el sol, la luna y las estrellas, así como una nueva generación de gente con un principal que la gobernaba”. De todos modos, es probable que el cronista mexicano Gutiérrez (c. 1600) se esté refiriendo a la Puerta del Sol cuando copia los textos del padre José de Acosta (1590): “(...) dicen los naturales que la truxeron cincuenta leguas (275km) de allí, de las sierras de los Andes. Y esta puerta era de una casa muy grande que habían hecho para que se aposentase el discípulo Viracocha la cual estaba caída y arruinada por la diuturnidad del tiempo.” (Dr. Martti Pärssinen, en su obra Pariti: isla, misterio y poder, 2005).

Thäipykkhala, la capital de la Antigua Tiwanaku, se presenta como una gran ciudad de la antigüedad con baños, alcantarillados y puertos. En su apogeo fue una ciudad de comercio floreciente y se la concibió como “el centro de la tierra”; así lo pensaban por razones místicas. Como Platón, los antiguos creían que la tierra estaba en reposo en el centro del universo y que los astros, el sol, la luna orbitaban alrededor de ella. Su nombre significa del aimara “mojón central”; esta denominación fue rescatada por el cronista Cobo en el siglo XVII. Los monolitos, que allí se hallan representan a hombres de extraordinaria estatura y de origen desconocido, cuya memoria se conserva en la tradición popular ligándolos a las construcciones ciclópeas de la Antigua Cultura Tiwanaku; que fue cuando vivió su máximo esplendor.

Según observaciones de Posnansky, llama la atención que las ruinas se encuentren hoy a unos veinte kilómetros al Sur del lago Titicaca y a una altura de más de treinta metros de la presente línea costera cuando, al parecer, esta ciudad fue un puerto costero. Recientes investigaciones científicas en el lago Ti’ti-kha’kha han comprobado la existencia de ruinas arqueológicas en sus aguas. Estos sucesos iluminan la teoría de que la desaparición de Thäipykkhala fue misteriosa y repentina.

Arthur Posnansky estima la antigüedad de  las construcciones de Tiwanaku hacia 15,000 a.C., y que duraron cinco mil años antes de que sobrevinieran una serie de cambios geológicos de proporciones apocalípticas. La catástrofe se dio hacia 11,000 a.C., produciendo “una absoluta y definitiva decadencia”.

Templo de Akapana (fig.4)
Siendo que los habitantes de Thäipykkhala, se beneficiaran de conocimientos y tradiciones astronómicas de muchos siglos, orientaron sus edificios conforme al “meridiano astronómico”. Por tanto, la observación de la bóveda y mecánica celeste era de suma importancia a fin de que los sacerdotes pudieran predecir las cosechas, y por ende la armonía social y el prestigio y merecimiento de su misión. La datación de estos acontecimientos surge del criterio de la oblicuidad de la elíptica, término que hace referencia al ángulo entre el plano orbital del mundo y la del ecuador celeste; y que varía levemente en grandes lapsos de tiempo. En la actualidad este ángulo es 23°27’, y según cálculos astronómicos del Prof. Posnansky, el templo de Kalasasáya fue construido con un ángulo de 23°8’48’’. De esta manera, Posnansky pudo determinar la fecha de construcción del Templo de Khalasasáya 15,000 a.C. Esta conjetura sitúa Thäipykkhala, Tiwanaku como se la conoce hoy, en la alborada del florecimiento del hombre. Recientes hallazgos de cincuenta momias, con una antigüedad de unos seis mil años, desenterradas en pleno centro de la ciudad chilena portuaria de Arica, son evidencias de la prehistoria del continente americano. “Las momias pertenecen a la cultura de chinchorro y son consideradas las más antiguas del mundo” (Momias de 6,000 años son halladas en Chile, Periódico La Razón, La Paz 5 de junio de 2005).

Un terrible cataclismo hizo que se desbordaran las aguas del lago Ti’ti-kha’kha inundando toda la región y la metrópoli. Al cabo de cierto tiempo se produjo, tras el hundimiento de otras regiones del mundo, un efecto contrario que alejó de forma progresiva y definitiva, las aguas de la ciudad portuaria de Thäipykkhala, que antaño habían albergado a los habitantes de una civilización muy avanzada y recordados en las tradiciones locales como los Whirajhocha, los Señores Dominadores. El enigma de esta gran ciudad parece nacer en tiempos cuando el clima era más benigno y cuando era un puerto remoto en la ruta de los antepasados.

Existen evidencias de que Tiwanaku sucumbió a grandes catástrofes telúricas y desapareció en un solo día y una sola noche a consecuencia del desborde del gigantesco lago que existió en la región, posiblemente coincidente con otros fenómenos como el Gran Diluvio. Sorprende ver en Tiwanaku la enorme cantidad de piedra y cerámica fragmentada dispersa por todo ello.

Vista panorámica del templo de Khalasasaya (f.5)
Cuándo se examina Tiahuanaco bajo parámetros científicos, surge su inmenso saber describiendo a una cultura en extremo avanzada, y de casi imposible aceptación, desafiando la opinión establecida acerca de las antiguas civilizaciones sudamericanas ¿Cuál es tu opinión acerca de este dilema?

Thäipykkhala, fue concebida por astrónomos, con amplios conocimientos geométricos, que estudiaban las estrellas con reflectores y lentes y que dominaban el eje geográfico del mundo, por cirujanos que realizaban operaciones cerebrales y por artistas, matemáticos y sabios afanados por encontrar y registrar correspondencias astronómicas para pronóstico de los tiempos benignos y malignos y el destino de las almas. La aplicación práctica de este conocimiento ha convertido a Tiwanaku en un paraje de leyendas, de felinos y cóndores venerables; de hombres pájaro y serpientes mitológicas, de templos astrales.

Monolito Bennet. El gran Pachacuti (fig.6)
Sus leyendas nos hablan de una gran ciudad habitada por gigantes que emergieron de las aguas y que se dedicaron a las observaciones astronómicas. Cieza de León notó con sorpresa “muchas portadas con sus quicios, umbrales, todo de una sola pieza y que de estas portadas salían otras piedras mayores de las cuales algunas tenían 30 pies de largo más de 15 de ancho y seis de frente. En cuanto a su labor, algunas las presentan muy toscas, otras están por devastar; el mayor número sorprende por el pulido de sus caras, la precisión de su corte y lo acabado de sus ángulos y superan en calidad a todas las demás edificaciones de las antiguas civilizaciones sudamericanas”. “Las portadas de una sola pieza las cuales obras no se alcanza ni se entiende con qué instrumentos se pudieron labra. Los naturales dicen que no saben quién lo hizo, más de que oyeron decir a sus pasados que en solo una noche renacieron hechas todas aquellas maravillas. Las cuales obras parecen que no se acabaron, sino que fueron los principios de lo que pensaban hacer los fundadores(...) entre otras obras que hay en aquel sitio, que son para admirar, una de ellas es un cerro o un collado hecho a mano, tan alto que causa admiración(...) lo fundaron sobre grandes cimientos de piedra, y no se sabe para qué fue hecho aquel edificio(...) dos figuras de gigantes entallados en piedra, con vestiduras largas hasta el suelo y con sus tocados en la cabeza. Se ve una muralla grandísima de piedra(...) también en otra parte otros edificios bravos” (G. de la Vega).

El concienzudo Ephrain George Squier, durante su exploración en 1887, y nada propenso a las exageraciones, da imagen de tan admirables labores en los siguientes términos: “(...) Separad las construcciones de los mejores edificios de nuestras ciudades y pocos, si hay alguno, dejarán a descubierto cimientos puestos con igual cuidado y ninguna de las piedras cortadas con tal esmero y tan admirable habilidad como las existentes en el Perú y que a pesar de esto, en ninguna parte del Perú hay alguna que sobrepuje a las que están esparcidas en las llanuras del Tihuanacu”. “Las construcciones de Thäipykkhala se caracterizan por el empleo de piedras muy grandes, generalmente de una pieza (monolitos), y su civilización, por el desarrollo más perfecto de la “metalurgia”; la fabricación de herramientas de metales; el empleo de la balanza; el desarrollo intenso de las artes, la ciencia y el comercio; su cerámica negra. Cuando el imperio se encontraba en los mejores días de su esplendor y su civilización se había impuesto en todo el territorio de Bolivia y del Perú, como lo comprueban las ruinas existentes semejantes en estilo, situadas en Chavín, Huánuco el viejo, Machu Picchu, Quelap; sucumbió a un desastre natural” (M. F. Calvo y Perez, Resumen de la historia del Perú).

Su urbanismo obedecía a que se reputaba como centro del mundo. Su antigua y genuina denominación, rescatada por el cronista Cobo en el siglo XVII, fue Taypikala, “designación equivalente a la piedra de en medio, metafóricamente capital central del universo. Una perspectiva, al mismo tiempo, egocéntrica y etno-céntrica” (Ponce Sanginés, 1999).

(véase, https://www.youtube.com/watch?v=eeRedfA5rDs#t=72)

Puma Punku. Observatorio Lunar (fig.7)
¿Se puede considerar a Tiahuanaco como producto autóctono dentro del continente, o demos buscar influencias en otras civilizaciones datadas de aquel período?

El “sentido del período cósmico yace en toda mitología. En la primitiva base de mitos helénicos encontramos algo similar. Se llaman edades, periodos, razas. Prefiero la última denominación.” (Á. M. Garibay, 1996). La primera edad o raza, en la mitología andina, es la de los Whirajhochas, los Señores y Dominadores, hombres nacidos del agua por su espontánea fuerza. Ésa era la raza feliz obtenía, de la creación, sus frutos en forma sencilla y pródiga. Se extinguió y quedan como recuerdos los espíritus vagos de Tiwanaku. La segunda raza se da en una época de la Luna (todos los pueblos de las tres Américas tienen en su folklore la tradición de una época sin sol; los aimaras la llaman Chamak-patscha o Purùma y los keshuas Purum-patscha) y eran de menor condición, en comparación de la anterior. Los vestigios antropológicos y arqueológicos de la raza aludida, hoy en día, son los pertenecientes a las etnias Urus, Chipayas, Pukinas, Arawaks, Lípez, Chichas, Potolos, Guaraníes, Yamparaes, entre otras (menos Khollas, Aimaras, Quechuas, que son flujos y reflujos posteriores). La tercera raza, los Khollas, es la raza de los guerreros, batalladores, rudos, ásperos, usaban armas y técnicas parecidas a las originales y utilizaron la hoja de coca para someter a sus esclavos (De igual manera, los españoles, obligaban a los indios a akullicar, mantener el carrillo abultado por la coca. Esta les mitigaba el hambre y el cansancio. En vez de plata recibían coca como pago). Sobre la destrucción y los destructores de Thäipykkhala existe la misma discusión que sobre la raza pobladora “(...)pero nosotros pensamos que posiblemente fueron los khollas, basándonos, entre otros datos, en que estos poblaban la región del Collao en ciudades construidas sobre las ruinas de este imperio, cuando los aimaras trataban de organizar la nueva nación de los incas en los valles del Cusco y Pachacamac” (M. F. Calvo y Perez, Resumen de la historia del Perú).

Puma Punku, fragmentos de un templo piramidal (fig.8)
La cuarta edad o raza son los Ayar, que “fueron inmigrantes aimaras, portadores de una nueva cultura, los cuales, diciéndose de origen divino, avinieron a los valles del Cuzco, la tierra de los agrestes ALCAHUISAS, donde impusieron, con satisfacción de todos, su autoridad, sus leyes, su religión, sus hábitos, hasta formar un pueblo dichoso; AYAR MANCO o MALLCU se tituló el INCA (el vocablo Inca es compuesto, está formado, por contracción de las voces INTI = sol, y YOKKA = hijo, y responde a la locución de “Hijo del Sol”), fue el primer soberano y también primer pontífice (HUILLCA, después HUILLCA-UMA, o cabeza del Sacerdocio)” (J. M. Camacho, 1945). La quinta edad o Raza de Bronce desciende de la anterior y ha heredado más sus vicios que virtudes. Producen y consumen la hoja de coca para trabajar y la tienen como cosa sagrada. Son gente tosca y supersticiosa que cree en un Nuevo Amanecer.

Científicos británicos afirman haber encontrado huellas humanas en México que datan de hace 40,000 años, contradiciendo la teoría de que las Américas fueron pobladas no antes de 13,500 años atrás, al final de lo que se conoce como la Era de Hielo. Según esa teoría, los pobladores cruzaron desde Asia, a Alaska, a través de un puente natural por Siberia, el estrecho de Bering a pie y se esparcieron por el continente. La Dra. Silvia Gonzáles del equipo de científicos señala que el hallazgo reivindica la teoría de que las primeras colonias de las Américas vinieron por mar en embarcaciones y no por tierra: “Creemos que hubieron varias rutas migratorias hacia las Américas en distintos momentos. De dónde vinieron estos pobladores es aún un misterio” (Rincon, Paul, Footprint of “First Americans”, BBC News science reporter, july 2005). Reciente evidencia apunta que los hombres y familias que poblaron las Américas llegaron de las más apartadas latitudes y en diferentes instantes en la historia, contribuyendo al nacimiento y desarrollo de numerosas y sofisticadas civilizaciones que florecieron a lo largo del continente americano en tiempos pre-colombinos. Entre las influencias culturales tenemos: remotas culturas sumerias, escandinavas, egipcios de la época faraónica, edad del bronce del mediterráneo, dinastías chinas, polinesios, y muchas otras culturas. A partir de estudios genéticos recientes, el ADN de los pobladores de la región occidental de Bolivia muestra relación con los polinesios, y que los pueblos ayoreos de oriente descienden de los asiáticos. “Lo que se ve en el árbol filogenético (relación evolutiva de especies) es que los urus son un grupo vinculado a los polinesios y los ayoreos a los pueblos asiáticos. También queda claro que los urus y ayoreos tienen orígenes evolutivos distintos, no están emparentados genéticamente”, reveló uno de los investigadores del IITCUP, Ruddy Luna (La Razón (Edición Impresa) / Aleja Cuevas / La Paz / 01:29 / 12 de diciembre de 2014.)

Debido al carácter multiétnico y pluricultural de Tiwanaku, en su inicio y cuando era dominada por una primera raza de “Señores Dominadores”, colonizadores y comerciantes, su sistema iconográfico manifiesta memorias mezcladas y diversas, por lo que el supuesto “género” tiwanacota tiene origen en numerosos “estilos”.

Puerta del Sol. Tránsito hacia otra vida (fig.9)
Algunas opiniones más atrevidas sugieren a esta civilización como producto de un contacto de tipo alienígena, abordaje postulado por los teóricos de los antiguos astronautas, especialmente debido a los estudios realizados en la zona de Puma Punku ¿Pensás estamos ante voces poco fundadas, o es posible Tiahuanaco guarde algún secreto vinculado a este concepto?

El hombre siempre ha creído en el matrimonio cósmico entre el cielo y la tierra. Existen muchas evidencias y sobre abundantemente en los mitos y las leyendas griegas, en los relatos bíblicos, en los grabados sagrados de Egipto, en fin muchas culturas creían en esta relación ambivalente, estableciendo así un contacto o flujo energético sagrado y eterno entre lo de arriba y lo de abajo. Aquí vemos claramente el concepto de Unidad como el elemento central de su cosmovisión. El Cielo y la Tierra representaron a las leyes naturales que gobernaron la existencia y, más que a deidades, hacían referencia al principio masculino y femenino. La leyenda del Thunupa es una forma de la concepción del poder sexual personificado y del poder dador de vida que viene del par de creadores. De ahí el resguardo al género humano, al matrimonio y a la fertilidad de los campos. Tal como explicaba el padre Cobo (1653) acerca de Thunupa Wiracocha, a veces Illapa dios del rayo: “(... ) Imaginaron que era un hombre que estaba en el cielo formado de estrellas, con una maza en la mano izquierda y una honda en la derecha”. Thunupa, el personaje mítico, como autor sumo de todas las cosas sobre la tierra, con su estrellado manto a cuadros, oculta la luz y nos invita a meditar sobre Dios y a afrontarnos con la Muerte. El sentido mitológico de los dibujos y detalles inscritos en la Puerta del Sol declaran, como Plotino (Enéades V.8, 4) una extensión paradisíaca del principio de identidad:
El universo son todas las estrellas,
Y cada estrella es todas las estrellas y el universo.

Grabado del Monolito Bennet, imagen del Creador Divino (fig. 10)
Otros de los enigmas pendientes, tiene al tema subterráneo como uno de los temas principales en cuanto a Tiahuanaco, que tu libro, “T h ä i p y k k h a l a. Escritura Sagrada II” (2006), desarrolla en extenso, y donde esta concepción es presentada como: Alaxpacha (Mundo de Arriba), Akapacha (Mundo territorial Presente) y Manqa Pacha (Mundo de Adentro). Incluso un antigua leyenda recogida en crónicas coloniales por el historiador González de la Rosa, hace mención de Chucara, que sería la contraparte subterránea de todo el complejo ¿Mitología o realidad?

El Cosmos de la Orden de Ta’takh’i Pa’tche’khu’tekh (la estela 10 y/o Bennett), el Gran Ordenador Universal, preceptúa tres planos existenciales: el sustancial, el circunstancial, y el final (en aimara: alajh-pacha, akha-pacha, mankha-pacha). La historia: El alajh-pacha es la fuente de la luz que sustanció el gran principio inmutable que está en todos sus seres (seres de luz). En unión con la Madre Tierra (Pachamama en aimara), crea el Akha Pacha, la naturaleza, los árboles y todas las plantas y peces y aves y animales que van por la tierra, y también el Sol, la Luna y las estrellas. Crea también, el Mankha Pacha, el universo de lo profundo en español, o también “la casa de la eternidad”. El Ta’takh’i Pa’tche’khu’tekh es una trascripción de dicho pensamiento filosófico.

La fabulosa serpiente mitológica alada y con cabeza de puma, a manera de un monstruo alado, que lleva como distintivo principal el Thunupa de la Puerta del Sol es, también, una representación gráfica de estos tres conceptos, La serpiente de agua es el mundo de adentro, de lo profundo; las plumas de cóndor representa al mundo de arriba y el puma representa el mundo de acá. El tótem de la serpiente emplumada, asiro-tche’ka en aimara, que ostenta el principal personaje de la mitología andina, podría ser un símbolo de realeza relacionado con alguna casta de origen marino, dueños de las aguas y de las profundidades de la tierra, una de las talasocracias más antiguas de las que se tiene noticia;. Muestras de su actividad son: la astronomía, la arquitectura, la agricultura, el comercio, la colonización. Son por estas razones que la serpiente alada se constituye en el origen de nuestra identidad y epicentro y nacimiento del poder de Thäipykkhala.

Fernando, y su increíble Museo de cerámica negra 
(Cortesía Jim Allen)
Hablemos del Museo. Llevás adelante la recogida de material altamente preciado, convirtiendo a tu colección, en una de las más valiosas e inusuales de toda Bolivia, por los artefactos presentados. Material en su mayoría (labrado en cerámica negra), identificado como de Tiahuanaco ¿Cómo nació este proyecto?
La oferta

Conocer el origen y la identidad del Mundo Andino es de suma importancia, porque se ha constituido en el principal hito histórico de reivindicación de los pueblos indígenas de América, que lo reclaman como lo más sagrado de su patrimonio existencial y de su herencia.

En una presentación multimedia se difundirá el patrimonio etnográfico de los Andes desde una perspectiva innovadora e integral, que brinde una corroboración independiente del “diario” de vida que esta registrada en las cerámicas negras. Si bien mi trabajo es ambicioso, este será de gran interés para la comunidad artística y científica y representara un hito en la divulgación, rescate y estudio del mundo tiwanakota. La parte más interesante, tiene que ver con la interpretación de la actividad humana y biológica asociada a los restos etno-arqueológicos encontrados. Vemos seres y figuras combinadas de hombres, animales y símbolos en diferentes actitudes, poses y combinaciones que son como la representación gráfica de un pensamiento o una idea. Mi interés por coleccionarlas radica en la compresión científica de los dominios artísticos y estéticos de la vida tiwanakota. Este es un gran debate que no se resuelve mediante una sola colección de cerámicas negras sin importar cuan completa y única esta sea, pero será de enorme interés para el mundo conocerla. Este el proyecto que me gustaría impulsar, como también la publicación de mis obras.

Pirámide Akapana. Archivo personal, 2013
Recientemente Tiahuanaco ocupó nuevamente los titulares mundiales, haciendo mención de un nuevo hallazgo sin precedente, que reporta la localización de una pirámide gigantes, la cual en proporción superaría a la ya conocida como Akapana ¿Qué se puede decir acerca de este descubrimiento revolucionario?

En Tiwanaku existieron varios templos piramidales como el caso de la pirámide de Akapanah, el templo piramidal de Puma Punku (del aimara puma = felino, zoomorfo asociado a la luna, punkhu = puerta, por tanto Puma Punku es el Observatorio Lunar) templo dedicado a la observación de la Luna, y ahora la pirámide de Kantatayita (“Luz del Amanecer” en aimara). El sitio donde está emplazada dicha pirámide, presenta una estructura de planta rectangular donde se encuentra un dintel en arco rebajado -en dura andesita gris- y es una de las piezas más extraordinarias en cuanto a sus detalles de acabado, presentando un friso con depurado trabajo iconográfico. Por sus características, es probable que esta pieza hubiera estado cubierta por planchas metálicas de oro, y que los depredadores causaron los graves daños que evidencia cuando extrajeron el dorado recubrimiento. Es importante señalar que esta pieza es la prueba del empleo de detalles curvos en la arquitectura de Tiwanaku. Estas evidencias se presentan como la oportunidad para realizar estudios y análisis, que nos permita proyectar una nueva luz sobre un periodo crucial en la historia del hombre.

También se han encontrado muchas otras evidencias importantes, sin embargo el misterio aún persiste. Como ejemplo tenemos el siguiente link: http://www.la-razon.com/la_revista/cultura/Presentan-Coloso-Tupac-Katari-Ojje_0_2210178979.html


Pregunta final y obligada. Recomendación de Luis Fernando Pacheco Medrano, a todos aquellos que deciden iniciarse en estos estudios.

Ante todo pasión y estar dispuesto a pasar muchas horas en soledad hablando con los muertos y las estrellas. Por ende, la investigación es una experiencia metafísica cuyo propósito es el de aporta con soluciones imaginativas y métodos con los cuales se pueda hacer penetrable  a la indagación de la ciencia una actividad tan especial como es la de la creación artística del Tiwanaku.

El análisis que planteo, intenta una exposición completa del sistema de formas y circunstancias respecto a sus motivos y de las relaciones estético-conceptuales esenciales que entonces dominaban. El método de investigación, resulta de la colaboración más o menos íntima de otras tres metodologías: el método comparativo histórico, el método biológico y, por ultimo, el método etnológico que aprovecha el material suministrado por la psicología popular y la Etnología para aclarar los problemas de la creación artística y del arte. Los arquetipos tiwanakotas, no tiene la grandiosidad ni la solemnidad de otros grandes héroes, pero son tan sencillos, tan directos, tan originales, que pueden ser un modelo de narrativa para todas las formas antiguas. He aquí un nuevo campo de investigación, para la ciencia y el arte.

Es importante recordar que la historia es una invención del hombre, y depende de quien la cuenta, cuando la cuenta y porqué la cuenta.

Luis Fernando Pacheco Medrano
¡Infinitas Gracias!

Notas:

Fig.1 El Illapa (estela 7 o también monolito “el Fraile”.) junto a Arthur Posnansky, está representado con los característicos atuendos de la época: ropas talares más largas y de otra forma que las túnicas usadas por los khollas. La pieza esta labrada en arenisca veteada donde se aprecian algunos grabados en relieve de manos que sostienen símbolos o jeroglíficos religiosos. En la diestra algo parecido a un cuchillo con hoja ondulante, posiblemente la representación de un rayo “... remonta su ascendencia a los tiempos en que Dios se manifestó entre el retumbar del trueno y el fulgor del rayo” (W. Scot, Ivanhoe) y “(...) responde con la oscuridad que conviene a las revelaciones divinas” (Borges); en la zurda un Keru o vaso a manera de una flor campaniforme con base plana y reservado al culto del agua y sus libaciones. Cómo dueños de las aguas superficiales y profundas no usan sandalias, Tschata en aimara, mucho menos en la laguna y andan cómo “pez en el agua”. Todas estas evocaciones, desentierran el tema del hombre pez, un mito recurrente en diferentes lugares del planeta Tierra. El sufijo pa es aceptado en varios idiomas como padre y del aimara illa = amuleto, o también “fuerza oculta” por tanto, Illapa es: el Padre de la fuerza oculta. Encuentra su alma gemela en Zeus, Baal, Thor, Yahveh.

Fig.2Figuras aladas en torno a Thunupa, el Padre de los Hombres. Las esbeltas figuras aladas que corren sin descanso y que aquí podemos observar, representan a las estrellas en eterno movimiento. En algunas culturas se pensó que las estrellas representaban a los difuntos y que ellos ocupaban un lugar en el firmamento para iluminar la noche. Sir Isaac Newton señala, “en las sagradas profecías, que no considera a individuos, el sol está puesto en representación de toda la especie y raza de reyes [Incas]”. Por tanto, “ascender a los cielos” debe ser “obtener nuevo poder y nueva gloria” y Daubuz apunta, “ascender a los cielos” es obtener gobierno y dominio. Parte central y ala izquierda del frontis de la Puerta del Sol (fotografía: A. Posnansky c. 1903-4). El vocablo Inca es compuesto, está formado, por contracción de las voces Inti = sol, y Yokka = hijo, y responde a la locución de “Hijo del Sol”. Del aimará, Thunu = raíz, raza y pa = dos, par; también, sufijo aceptado en varios idiomas como padre; por tanto, Thunupa es: el Padre de la Raza.

Fig.3:  La llamada Puerta del Sol de Tiwanaku, altiplanicie boliviana; construida de un sólo bloque de piedra volcánica (andesita), con un friso en relieve que corre por encima del dintel con genios que se dirigen hacia una figura central que, desciende de pie sobre la cima de la montaña o una especie de trono escalonado, sobresale de sus satélites cómo si surgiera de su tropel de genios. En ambos lados, las tres figuras extremas de cada fila de satélites, no estan acabadas de grabar. Debajo de esta zona hay un friso de cintas formando meandros que rodean cabezas con rayos (fotografía: A. Posnansky, c. 1903).

Fig.4Según A. Posnansky, Akhapanahviene del aimara: Aka–Kjahuana = en este lugar se observa o, Hake-Apana = lugar donde la gente perece, por tanto, Akha’pa’nah es: el Observatorio o, el Panteón, o bien ambos. Consta de siete escalones y una terraza con una piscina cruciforme, de observación astronómica, que reflejaba el cielo y a la que se podía subir por medio de una escalinata central. Soberbio monumento que servía de templo y observatorio; según la leyenda, fue el centro de las observaciones astrales y fue construida sobre una planta escalonada. El cosmos fue para Tiwanaku una fuente constante de expresión, de función paralela y cooperadora del Ser. Si tratásemos de dar al estilo arquitectónico de Thäipykkhala una razón de ser, ésta se asociaría a la astronomía como un planetario con alineaciones astronómicas. En el solsticio de verano, el sol salía al final del eje central (como se daría muchos milenios antes de Cristo). Se piensa que las orientaciones astronómicas están asociadas exclusivamente al sol y la luna, y queda por investigar si existen otras relaciones astrales como con otras estrellas o los cinco planetas visibles a simple vista (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno).

Fig.5Vista panorámica del Templo de Kkhalasasaya en ruinas hacia 1903, en el fondo se observa la iglesia que fue construida sobre las restos y con las piedras de la  antigua Thäipykkhala. Khalasasaya “Palacio de los sarcófagos”, está orientado astronómicamente, conjuntamente con el templete semisubterráneo, Putuni y Kerikala. Así en Khalasasaya (khala = piedra; saya o sayasta = parado) o también “Templo de las Piedras Erguidas”, se verificaban con exactitud los cambios de estaciones y el año solar de 365 días. En ambos equinoccios (otoño: 21 de marzo y primavera: 21 de septiembre) el Sol nacía por el centro de la puerta principal de ingreso, a la que se accede por una magnífica escalinata. En el solsticio de invierno (21 de junio) el Sol nacía en el ángulo del muro NE. el solsticio de verano (21 de diciembre) se marcaba por el nacimiento del Sol en el ángulo muro SE.

Fig.6El Gran Pachacuti, gran estatua monolítica descubierta en 1932 por Wendell C. Bennett en Tiwanaku en el templete semi-subterráneo al Este de Khalasasa; largo de la estatua 7,30m; largo de la cabeza  1,90m. Material: asperón rojo. Fotografía de cuando la estatua fue erigida en La Paz. El brazo extendido sosteniendo imágenes simbólicas, ha sido un pictograma egipcio que representaba actividad. En este caso tenemos un brazo que nos ofrece “la copa rebosante” y el otro muestra una vara de autoridad. La palabra para profeta en hebreo es nabi (Smith’s Bible Dictionary) que deriva de un verbo que significa “la copa rebosante” como una “fuente que rebosa gracia”; por tanto la palabra significa aquel que anuncia el manifiesto de Dios. De igual manera, en los jeroglíficos egipcios, un celebrante o profeta está invariablemente representado por un hombre derramando el contenido de una copa, significando “hombre noble o profeta”. (Lamb, 1835). Ta’takh’i Pa’tche’khu’tekh (del aimará Ta’takh’i = grande y Pa’tche’khu’tekh = productor, constructor; por tanto, Ta’takh’i Pa’tche’khu’tekh o El Gran Pachacuti llevado al español, es: el constructor supremo) es el monolito mayor y el que le impone carácter a la cultura de Thäipykkhal (del aimara Thäipy = centro y kkhala = piedra, mojón, por tanto, Thäipykkhala es el “Mojón Central”). Su aspecto es el de un hombre de grandiosas proporciones, por lo tanto de alto rango e importancia vital. Estuvo a cargo de la planificación espacial de la urbe portuaria de Thäipykkhala, el “Mojón Central”. Para los Incas es Pachakhamaq,“su nombre podría significar “Creador de Todas las Cosas”, pues viene de pacha palabra que implica tiempo, espacio, totalidad y del verbo kamay (crear), con la terminación “q”, que significa “el que hace”. Pero kama también significa animar, dar vida, y en quechua, alma, por tanto representaría la deidad cósmica, el ser original y generador de toda la fuerza. Él les enseñó a organizarse y hacer viviendas de barro y a cómo usar armas primitivas para pescar y cazar. Les instruyó en la siembra del maíz y otras especies, en la ganadería, piscicultura, geometría.

Fig.7Cada observatorio y/o templo era una alegoría en piedra resumiendo el universo. Las relaciones astronómicas no se refieren sólo a la orientación de un edificio, sino también a que ocurra un determinado fenómeno en un momento determinado del año, en dicho lugar. El palacio piramidal de Puma- punku albergaba un número de recintos, terrazas, patios que permitían observaciones de la luna y disfrutar de los espectáculos lunares.

Fig.8Fragmento con decoración, los relieves del templo piramidal Puma-Punku. Este templo fue construido en el lado Sur con frente al Este; el relieve que se ve en primer plano es uno de los tallados que adornan los muros de la estructura. Estas formas decorativas alrededor, puertas, ventanas y nichos en Thäipykkhala, fueron frecuentes. Del aimara, Puma = felino nocturno, lunar y punku = puerta; por tanto, Pumapunku es: la Puerta de la Luna.

Fig.9: La Puerta del Sol de Tiwanaku vista oblicuamente por delante, para mostrar el carácter de tapiz del relieve y cómo surge la figura central del tropel de los genios alados. Altura de la puerta, 3m; ancho 3,82m; espesor 0,42m-0,48m; peso aproximado 9.500kg. El piloto divino que va al frente de sus crías y que parece extender sus alas sobre ellos para protegerlos y cuidarlos. El supuesto tránsito del alma después de la muerte, de una región a otra, es vista como una migración de pájaros. Las aves representan siempre para el hombre una metáfora de la ascensión y la liberación del alma y su ansia de libertad. En una lectura inversa observamos a la divinidad y a los seres alados descender sobre la cima de la montaña.

Fig.10La imagen del Creador Divino, que planificó un universo rico y complejo y lleno de vida, está ubicada en la parte posterior de la estela 10. La figura que lo identifica fue imaginada a manera de un tronco bifurcado sobre una pirámide solitaria en medio de fuentes y vastos jardines. El Gran Pachacuti (llevado al castellano), con la frente engalanada con el símbolo Ala se transportaba sobre los campos de la montaña sagrada impulsado por las corrientes de aire. A su paso se daban las cosas, lo cual lo identificaba, también, como los Vientos de la Fertilidad y/o el Padre Alado.

Museo de Luis Fernando Pacheco Medrano

1 comentario:

  1. Sin comentarios, pero quiénes serán los artesanos, no? Mi admiración a ellos por la imaginación y por sus grandes dotes de comerciantes

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